3. El desafío de Yuzu

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Un nuevo día les esperaba a Yuzu y Asumi, ambas nerviosas por el anuncio que Narumi tenía planeado, Yuzu se había reservado de contarle a Asumi lo que Hoshina le había platicado la noche anterior.

—¿De que crees que tratará la noticia?— preguntó Asumí mientras se colocaba el uniforme.

—No tengo idea —respondió Yuzu, que estaba terminando de peinarse.

Ambas chicas se arreglaron y se dirigieron a la sala de la ceremonia, nerviosas y felices de ser aceptadas en el cuartel. Ahí estaban Narumi y Hoshina, platicando entre ellos, Yuzu observaba a Hoshina con un poco de desdén, pero sentía que estaba preocupado por algo, quizás la discusión de anoche le había afectado, pero Yuzu sentia que estaba en lo correcto.

—Muy bien, soldados—, dijo Narumi, mientras miraba a su equipo. —Hoy es un día especial. Vamos a asignar algunos nuevos cargos en nuestra división.

Los soldados permanecieron firmes, mientras su mirada se dirigía de un lado a otro.

Narumi se volvió hacia Yuzu, que estaba de pie en la fila de soldados.

—Tú, Yuzu Misaki, has sido seleccionado como vicecapitán de la primera división.

Los soldados aplaudieron y gritaron, mientras Yuzu se acercaba a Narumi para recibir su insignia de oficial.

Narumi se quedó mirando fijamente a Yuzu y asentándose.
—¡Adelante, soldado Misaki!

Yuzu caminó hasta su puesto, sintiendo las miradas de todos.

—Sí, señor—, dijo en voz alta.

A su lado, su compañera Asumi sonrió y le aplaudió fuerte.

Hoshina recorrió el frente de los soldados con los ojos, hasta que se encontró con Asumi.

—Soldado Asumi Nakajima—, dijo, levantando su voz para que todos pudieran escuchar.

Asumi se puso en posición de firmes y sintió que su corazón se aceleraba.

—¡Sí, señor!

Hoshina sonríe ligeramente.

—Asumi, eres una chica brillante. Has sido asignada a la Tercera División. Esperamos cosas grandes de ti—, dijo.
Asumi tragó saliva.

—Sí, señor. Muchas gracias señor.

A su lado, Yuzu también se giró para saludarla, llena de emociones.

Hoshina continuó con el resto de los soldados, mientras todos estaban eufóricos por su nueva designación.
Pero Yuzu notó que Narumi le estaba mirando con suspicacia, con su rostro serio. Ella se sintió incómoda, pero se obligó a mirarlo a los ojos, sin bajar la vista.

Yuzu siguió mirando a Narumi, sabiendo que debía ser fuerte. Pero la expresión del capitán Narumi no cambió.

—Vicecapitán Misaki—, dijo, mirando a Yuzu. —Tienes muchos zapatos que rellenar.

Yuzu se mantuvo firme. —¿Qué significa eso, capitán?—, preguntó.

Narumi se acercó a ella, su rostro casi a un par de centímetros de su cara.

—Eso significa que tu padre era un gran hombre y un líder fuerte, Yuzu. Sé que quieres seguir sus pasos. Pero esto es un equipo de combate, no una fiesta de cumpleaños.

Yuzu tragó saliva.

—¡Yo lo sé!.

Narumi siguió sin cambiar de expresión. —Entonces, ¿por qué me parece que tú no tienes la fuerza para continuar su legado?—, preguntó. —¿Es que quieres ser uno de los soldados regulares de tu equipo y estar en un lugar seguro?

Amor sin límites: Hoshina y YuzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora