9. La pasión por Hoshina

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La boca de Hoshina se movía lentamente, explorando cada recodo del cuerpo de Yuzu con una delicadeza intensa y provocativa. Sus dedos se deslizaron en círculos contra su piel mientras sus labios y lengua se movían con intensidad, provocando una nueva onda de calor a través de su cuerpo.

Yuzu se estremeció, su respiración se aceleró mientras Hoshina se movía lentamente a través de su cuerpo.

—¡Dios mío, Hoshina!—, exclamó ella con una voz entrecortada por la pasión.—¡Me estás volviendo loca!

Hoshina se rió, sus dedos estaban moviéndose con más intensidad en su centro.

—¡Yuzu!, susurró Hoshina, su voz grave y seductora, llena de deseo y adoración. — ¿Te gusta?

Yuzu suspiró profundamente, deseando sentirlo más.

—¡Lo estás haciendo bien, Hoshina! ¡Oh, Dios mío, no pares!

—Te tengo, Yuzu—, dijo Hoshina, sus labios ya cuidadosamente tejiendo un camino hacia su cuello. —Siempre estaré aquí para ti.

Yuzu se mordió el labio, su cuerpo deseaba más y más.

—Hoshina, por favor, necesito sentirte dentro de mí—, susurró ella.

Hoshina la miró a los ojos, sus pupilas expandidas con deseo.

—Lo tienes, Yuzu—, dijo él, su voz suave y suave como una miel.

—¡Te tengo!

Yuzu respiró profundamente, su corazón retumbó en su pecho.

—¡Hoshina! ¡Por favor!—, se quejó ella.

—Sí, mi amor—, susurró Hoshina, lentamente y con cuidado se colocó sobre ella, su mirada llena de pasión y adoración. —Te tengo, Yuzu. Te tengo.

Yuzu se relajó debajo de él, sus manos se deslizaron lentamente por su espalda mientras sus cuerpos se unían en un abrazo apasionado.

—¡Oh Dios mío, Hoshina!—, exclamó Yuzu en un gemido de placer. —¡Me haces sentir tan viva! ¡Te adoro!

Hoshina se sonrojó y miró a Yuzu, sus ojos brillantes.

—¡Oh, Yuzu! ¡Te adoro también! —Se inclinó para besarla profundamente.

Como su pasión se volvía más intensa, Hoshina y Yuzu se enredaron en un baile erótico, sus cuerpos giraron y se movieron en sincronía. Hoshina se movió con una fuerza poderosa y precisa, su cuerpo en tensión mientras su alma se desataba contra Yuzu.
Yuzu respondió con unas caricias delicadas y tímidas, sus dedos recorrieron el cuerpo de Hoshina como si estuvieran explorando el territorio por primera vez.

—¡Hoshina!—, exclamó ella, su voz ardiendo con el calor de la pasión. —¡Dios mío, me estás volviendo loca!

Hoshina levantó la barbilla, una mirada arrogante y seductora cruzó su rostro mientras sus movimientos se volvieron más intensos, sus manos recorriendo su cuerpo con una dulce y peligrosa profundidad.

—Oh, Yuzu —susurró él. —¡Yo soy lo que te hace tambalear! ¡Tú eres mía!

Yuzu se retorció y se relajó, su pasión casi insoportablemente intensa.

—¡Oh, Dios mío, Hoshina! ¡ Me encandilas! ¡Eres todo lo que deseo!

Hoshina sonrió con una mirada llena de lujuria y dominación.

—Sí, Yuzu —susurró. —Yo soy todo lo que necesitas.

Con esas palabras, Hoshina empujó su cuerpo con más fuerza contra Yuzu, sus manos buscando nuevas zonas de placer. Yuzu respondió con una tremenda fuerza, sus manos se deslizaron por el cuerpo de Hoshina, anhelando más y más.

Amor sin límites: Hoshina y YuzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora