Capitulo 3: La Boda

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El día de la boda había llegado, y la mansión Cullen estaba bañada por una luz suave y dorada. El jardín, meticulosamente decorado por Alice, era un espectáculo de elegancia y belleza. Las flores blancas y las luces parpadeantes creaban un ambiente mágico que parecía sacado de un sueño.

Dentro de la casa, Bella estaba en la última etapa de sus preparativos, rodeada de su madre, su hermana Dakota, y Alice, quienes la ayudaban a alistarse. El nerviosismo y la emoción se mezclaban en el aire mientras Bella se miraba al espejo, su vestido blanco reflejando la luz del sol.

—Bella, te ves absolutamente increíble —dijo Renée, con lágrimas en los ojos mientras ajustaba el velo de su hija.

—Gracias, mamá —respondió Bella, tratando de mantener la compostura—. Estoy tan feliz de que estés aquí.

Dakota se acercó, sonriendo con orgullo.

—Bella, este es el día más importante de tu vida, y estoy tan emocionada de estar aquí contigo. Edward es realmente un tipo increíble, y estoy feliz de que te haya encontrado —dijo Dakota, abrazando a Bella con fuerza.

Alice, con su energía inagotable, daba los últimos toques al vestido de Bella.

—Todo está perfecto, Bella. Estás lista para deslumbrar a todos —dijo Alice con una sonrisa radiante—. No te preocupes por nada, hoy es tu día y todo saldrá a la perfección.

Mientras tanto, en el otro extremo de la casa, Edward y su familia se preparaban para la ceremonia. Carlisle y Esme miraban a su hijo con orgullo.

—Edward, hoy es el comienzo de una nueva vida para ti y Bella. Estamos muy orgullosos de ti —dijo Esme, abrazando a su hijo.

—Gracias, Carlisle, Esme. —respondió Edward, con una sonrisa tranquila.
Emmett, siempre el bromista, se acercó con una sonrisa traviesa.

—Edward, más te vale tratar bien a Bella o tendrás que vértelas conmigo —bromeó Emmett, dándole una palmada en la espalda.

— No te preocupes, la cuidaré siempre —respondió Edward, agradecido por el apoyo de su familia.

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En el jardín, los invitados comenzaban a llegar. Entre ellos estaban Charlie, que lucía nervioso pero orgulloso, y los amigos de Bella de Forks High School, que se maravillaban ante la belleza del lugar. La presencia de los lobos, aunque discreta, era reconfortante para todos.

Sam Uley, junto a los demás miembros de la manada, mantenía una vigilancia cuidadosa

—Todo parece estar en orden, Sam. —dijo Seth, su voz tranquila y confiada.

—Bien Seth, sigue en lo tuyo, Jacob ya sabes. —respondió Sam, su tono firme y resolutivo.

Jacob, que se mantenía un poco apartado, observaba la escena con una mezcla de dolor y rabia. Su corazón dolía, SU Bella, ¿casándose? ¿con un chupasangre? Debe ser la broma mas asquerosa que le han hecho.

Finalmente, llegó el momento de la ceremonia. La música suave llenó el jardín mientras los invitados tomaban asiento. Charlie se acercó a Bella, su expresión llena de emoción.

—Bella, estás hermosa. Estoy tan orgulloso de ti —dijo Charlie, con voz entrecortada.

—Gracias, papá. Estoy tan feliz de que estés aquí conmigo —respondió Bella, sintiendo las lágrimas amenazar con caer.

Charlie le ofreció su brazo, y juntos comenzaron el camino hacia el altar. Los ojos de todos los presentes se volvieron hacia Bella, quien caminaba con gracia y determinación.

Edward, esperando al final del pasillo, miraba a Bella con una mezcla de amor y admiración. Cuando finalmente llegó a su lado, Charlie la entregó con una sonrisa orgullosa.

—Cuida de mi hija, Edward —dijo Charlie, su voz firme pero emotiva.

—Lo haré, Charlie. Siempre —respondió Edward con sinceridad.

La ceremonia comenzó, con Carlisle oficiando y los votos intercambiados llenos de amor. Los momentos se sentían como eternos, cada palabra y mirada cargada de significado profundo.

Cuando finalmente llegó el momento del "sí, acepto", Bella y Edward se miraron con una felicidad que iluminaba todo a su alrededor. El beso que selló su unión fue aplaudido por todos los presentes, sus amigos y familia celebrando con alegría.

Después de la ceremonia, la recepción se llenó de risas, música y baile. Alice había preparado un banquete impresionante, y la pista de baile estaba animada con la energía de los invitados.

Dakota, siempre enérgica, se acercó a Bella mientras esta compartía un momento tranquilo con Edward.

—Bella, esto es maravilloso. Estoy tan feliz por ti —dijo Dakota, abrazando a su hermana—. Y Edward, gracias por hacer a Bella tan feliz ¬— Edward sonrió y se limito a asentir y solo ver a su ahora esposa, Bella Cullen.

DESTINO IMPRIMADO - SETH CLEARWATERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora