Capitulo 35: Un Vinculo Inesperado

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Dakota estaba destrozada, no sabía ni siquiera ya que decir o pensar, simplemente estaba existiendo. Tras la llamada de Alice, y de todo lo que le había revelado, la dejo prácticamente en un shock, Bella había dado a luz a una niña, pero el precio había sido alto. La imagen de su hermana, postrada en la línea entre la vida y la muerte, la atormentaba. La angustia de que Edward le hubiera inyectado veneno para transformarla en vampira no dejaba de rondar en su mente. Y la niña a la que se llamaría, Renesmee, esa criatura mitad humana, mitad vampiro... ¿qué significaba para todos?

No podía guardar esa información más tiempo, y decidió contárselo a Jacob y Seth. Sabía que Jacob reaccionaría mal, pero debía ser honesta, Jacob estuvo yendo los primeros días a visitar a Bella, y a decir verdad no se lo tomo bien, pero él se preocupaba genuinamente por ella y en verdad la quería a pesar de todo. Corrió hacia donde los lobos solían patrullar cerca del límite de La Push y, después de algunos minutos, los encontró. Ambos estaban hablando, pero en cuanto la vieron, supieron que algo andaba mal, su expresión la delataba

Seth estaba con Jacob en la frontera, luego de las situaciones pasadas Seth no se alejaba mucho con ella, y a Jacob lo miraba también seguido.

—Dakota, ¿qué sucede? —preguntó Seth, acercándose rápidamente hacia ella.

—Tengo que contarles algo... sobre Bella —dijo ella, respirando con dificultad. Sabía que lo que iba a decir cambiaría todo, especialmente para Jacob.

—¿Está bien? —Jacob dio un paso adelante frunciendo el ceño.

Dakota asintió levemente, aunque la expresión en su rostro decía lo contrario.

—Bella... tuvo a su bebé, una niña. Se llama Renesmee. Pero... las cosas no salieron bien. Bella se complicó, y... Edward tuvo que inyectarle veneno para transformarla. Está... está luchando por su vida.

El rostro de Jacob se tensó de inmediato, sus puños se cerraron con tanta fuerza que los nudillos se le pusieron blancos.

—¡¿Qué?! —gritó Jacob, sin poder contenerse—. ¡¿Le inyectó veneno?! ¿Está tratando de convertirla en uno de ellos?

—Jacob... —Seth intentó calmarlo, pero Jacob ya estaba completamente fuera de sí.

—¡Todo es culpa de esa maldita cosa! —gritó Jacob, furioso—. ¡Ese monstruo! ¡Es por su culpa que Bella está así!

Dakota intentó intervenir, pero las palabras de Jacob la golpearon como un puñetazo. Sabía que Jacob siempre había tenido un resentimiento profundo hacia los Cullen especialmente a su cuñado Edward, pero ahora parecía dirigido hacia la inocente bebé. Y antes de que pudiera decir algo para detenerlo, Jacob ya había girado en dirección a la casa de los Cullen.

—¡Jacob, espera! ¡No por favor! —gritó Dakota, corriendo tras él.

—¡No! —respondió él, su voz rota por la furia—. Voy a detener esto. No puedo dejar que esa cosa viva si eso significa perder a Bella.

Dakota dio un paso atrás, horrorizada ante la reacción de Jacob. Sabía que estaba molesto, pero jamás pensó que reaccionaría de esa manera.

—Jake, cálmate, no es tan sencillo —intervino Seth.

—¡No me digas que me calme! —rugió Jacob, sus manos temblando—. ¡Bella está muriendo por culpa de ellos, y ese bebé solo va a traer más problemas! ¡Voy a acabar con todo esto!

Antes de que alguien pudiera detenerlo, Jacob salió corriendo hacia la casa de los Cullen. Dakota y Seth intercambiaron miradas preocupadas, sabiendo que Jacob estaba a punto de hacer algo de lo que se arrepentiría después.
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              En la casa de los Cullen

Jacob corrió lo más rápido posible en un santiamén irrumpió en la casa de los Cullen, sin preocuparse por la tensión que su presencia pudiera causar. El ambiente en la casa era sombrío. Edward estaba junto a Bella, quien yacía inmóvil mientras su cuerpo Todavía esta adaptándose a la transformación. Carlisle, Rosalie y Esme estaban atentos al bebé, tratando de cuidarla.

—¡Jacob! —exclamó Edward al verlo entrar. Sabía por el olor en el aire que Jacob estaba más allá de enfadado, lleno de rabia y colera.

Jacob no perdió tiempo. Su mirada se posó directamente en el pequeño bebé en los brazos de Rosalie.

—¡Quítate del medio! —rugió Jacob, sus músculos temblando mientras se acercaba al bebé.

Rosalie sostuvo a la niña más cerca, protegiéndola instintivamente. Edward se levantó de inmediato, poniéndose en el camino de Jacob.

—Jacob, no lo hagas. No sabes lo que estás a punto de hacer —dijo Edward con voz baja.

—No... —susurró Jacob, sin poder creer lo que estaba ocurriendo—. No puede ser...

De pronto el resto de la habitación observaba en silencio, sin entender del todo lo que estaba sucediendo....

—Jacob. Para por favor, lo resolveremos afuera, —susurró Edward, en shock.
Jacob Black sintió la furia en sus venas calientes latientes, algo que jamás lo había sentido.

—¡Voy a terminar con esto ahora! —gritó Jacob, su corazón lleno de odio. Él amaba a Bella, y ver que estaba a punto de transformarse un chupasangre por culpa de ese bebé lo estaba destrozando.

Pero cuando Jacob dio un paso más cerca de la niña, algo cambió.

El aire en la habitación pareció volverse más pesado, más denso, y de repente, la furia que había estado controlando a Jacob desapareció. Sus ojos se fijaron en la pequeña bebé, y algo profundo, más allá de su control, se rompió dentro de él. Su respiración se detuvo por un segundo, y su corazón, que antes latía con rabia, ahora latía con un propósito completamente nuevo.

Jacob se quedó inmóvil, sus ojos fijos en los de la pequeña niña. Sintió cómo todo en su mundo cambiaba, cómo todo lo que había conocido y sentido se desmoronaba para dar paso a algo nuevo y poderoso. Era como si todo el universo hubiera dado un vuelco, y de repente, solo existiera esa pequeña criatura frente a él.

Se había impreso de la hija de Bella.

—No... —susurró Jacob, sin poder creer lo que estaba ocurriendo—. No puede ser...

El resto de la habitación observaba en silencio, sin entender del todo lo que estaba sucediendo, pero Edward lo sabía. Lo sintió en los pensamientos de Jacob y en la conexión que ahora unía a su hija con el lobo.

—Jacob... —susurró Edward, en shock.
Toda lo que ahora Jacob pensaba era que, había dejado su impronta en la hija de Bella Y Edward, a quien tanto despreciaba.

DESTINO IMPRIMADO - SETH CLEARWATERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora