DESTINO IMPRIMADO - SETH CLEARWATER

Capitulo 10: Encuentro Fugaz

P.O.V SETH CLEARWATER
La brisa fresca de la tarde acariciaba los árboles mientras corría a través del bosque, mis sentidos agudizados y el corazón latiendo con fuerza, estaban a todo dar. La patrulla de hoy estaba tranquila, sin señales de vampiros o cualquier otra amenaza. Aunque disfrutaba de la paz, una parte de mí deseaba algo más emocionante, algo que rompiera la rutina. Ser un adolescente de 16 años me pide que haga algo divertido pero mis responsabilidades como lobo y de proteger a los habitantes del pueblo no me lo permitían mucho, aunque tenia ese defecto no me molestaba del todo, es decir, amaba correr en mi forma lobuna, a lo contraria de Leah que parecía no gustarle mucho todo esto, y la verdad que lo comprendo, con todo lo que ha pasado.

Aunque la Imprimación de un lobo era un tema demasiado fuerte para nosotros, Emily, la prometida de Sam no tenia culpa de que Sam se imprimara de ella, al fin y al cabo, son los ancestros que eligen la impronta de un lobo. La verdad no sabía mucho del tema, era el lobo más joven y más próximo al transformarse, no creía imprimarme en este momento. Pero según Sam, el imprimarse es algo que se da y que ninguna de nosotros podemos evitar.

Estaba corriendo junto a Leah, mi hermana, quien siempre mantenía una actitud seria y enfocada. Eran odiosa la mayoría de veces, aunque la admiraba porque a pesar de todo por lo que ha pasado, ha sido muy fuerte, no le es muy grato estar cerca de Sam, creo que todavía siente algo por el, no lo sé, supongo, ella no me cuenta mucho sus cosas.

—¿Ves algo, Seth? —preguntó Leah, su voz sonaba cortante y directa, negué mientras ambos nos deteníamos en una pequeña colina, mirando el horizonte.

—Nada fuera de lo común —respondí, escaneando el área con mis ojos agudos

—. Todo parece estar en orden. 
Leah asintió, pero algo en su expresión sugería que estaba tan aburrida como yo, pero la conocía y no iba a decírmelo.

—Vamos, sigamos vigilando. No podemos bajar la guardia —dijo Leah, comenzando a moverse de nuevo.

Asentí y la seguí, pero algo capturó mi atención. Un aroma diferente, dulce y atrayente, llegó hasta mí. Mis ojos se entrecerraron mientras seguía el rastro, y entonces la vi: una chica de cabello castaño oscuro, de pie junto al lago, mirando hacia el agua. No podía ver su rostro, pero algo en su postura y la forma en que el sol jugaba con su cabello me dejó intrigado.

—¿Quién es ella? —murmuré para mí mismo, sintiendo una extraña atracción hacia la desconocida.

Leah, notando mi distracción, se detuvo y me miró expectante.

—¿Qué pasa, Seth? —preguntó con impaciencia.

—Esa chica, ahí abajo —respondí, señalando hacia el lago—. No la reconozco. ¿Quién crees que sea?

Leah siguió la dirección de mi mirada y bufó.

—Debe ser Dakota Swan, la hermana de Bella. Estuvo en la fogata, cuando Jacob nos la presento junto con los chicos, ¿contento? Vamos, no tenemos tiempo para distracciones —dijo Leah, su tono firme.

Asentí, aunque mi mirada se mantuvo fija en Dakota por unos momentos más. Si parecía de mi edad, y con un cabello muy lindo, por cierto. Sacudí mi cabeza para dejar de pensar en eso, probablemente Leah lo haya escuchado. Una de las pocas cosas que odio de ser lobo.

Leah se fue dejándome un poco atrás.

—De acuerdo, sigamos patrullando —dije finalmente, obligándome a apartar la vista y seguir a Leah.

Mientras nos alejábamos del lago, no pude evitar volver la cabeza una vez más, sintiendo una conexión inexplicable con la chica que apenas había visto de espaldas. Algo me decía que esto no era una simple coincidencia, pero por ahora, debía concentrarme en mi deber. Sino Leah me regañaría.