Capitulo 29: Entre Fronteras

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P.O.V. DAKOTA SWAN

La tensión seguía. Después de todo lo que habíamos escuchado sobre los Vulturis, mi mente no podía dejar de centrarse en un solo pensamiento: Bella. Sabía que estaba en una situación delicada y, aunque las palabras de Carlisle y Edward habían sido claras con respecto a la situación de Bella, no podía ignorar la necesidad de verla con mis propios ojos, de asegurarme de que estaba bien. La idea de que algo estuviera mal con el bebé, sumada a que los Vulturis sabían del embarazo de Bella me ponía mal.

Me acerqué a Seth, quien había estado a mi lado todo el tiempo, y lo miré directamente a los ojos. Sabía que estaba herido, que aún no se había recuperado del todo, pero no podía esperar más.

—Seth... necesito ver a Bella —dije, mi voz apenas un susurro, pero llena de determinación.

El cambio en su expresión fue inmediato. Su cuerpo, que hasta entonces había estado más o menos relajado, se tensó al instante. Vi cómo su mandíbula se apretaba y un ligero destello de preocupación cruzó sus ojos. Se miraba excesivamente guapo, pero no debería de estar pensando en eso.

—Dakota, no podemos hacer eso —respondió, su tono firme, pero con un toque de suavidad, como si intentara no herir mis sentimientos.

Leah, que estaba a unos metros de nosotros, escuchó nuestra conversación y se acercó rápidamente, su ceño fruncido.

—Seth tiene razón. No podemos cruzar la frontera de los Cullen. Esas son las reglas. Si lo hiciéramos, estaríamos en problemas—su voz era dura, y aunque entendía sus razones, no podía evitar sentirme frustrada.

—¡No me importa la frontera! Eso será para ustedes no para mi —exclamé con frustración, mi voz temblando con la urgencia de mis palabras—. Bella está en peligro, y necesito saber si está bien. ¡Todo esto es por ella! ¡Yo... yo solo quiero ayudar!

Explote. Sintiéndome impotente, por Bella por todo lo que iba a venir luego de que ese bebe naciera y la probabilidad de Bella si podrá resistir a todo esto. Siento impotencia porque soy la más frágil en todo esto, no quiero que nadie salga lastimado, y alguien ya salió lastimado por culpa mía, no podía evitar sentirme de lo mas fatal, porque no sabía que viniendo aquí me encontraría con todo esto, creyendo que todo lo que me contaba Bella era solo más que ficción y tonterías de ella.

Seth me miró con ojos tristes. Sabía que él también estaba preocupado por Bella, pero las reglas de la manada eran más marcadas para él, y no podían romper el acuerdo que tenían con los Cullen.

—Lo sé, Dakota —respondió con un suspiro—. Pero no es tan simple. Si cruzamos esa frontera, las cosas podrían salir mal. Los Cullen y nosotros... tenemos un acuerdo. Ellos cuidan de Bella y nosotros respetamos su territorio y ellos el nuestro. No podemos interferir, al menos no de esa manera.

—Además —agregó Leah—, estas a salvo aquí, estoy segura que a tu hermana la están cuidando bien.

Sus palabras, aunque lógicas, me frustraron aún más. Me sentía atrapada, impotente. Quería hacer algo, cualquier cosa, para ayudar, pero las reglas y los límites nos mantenían a raya. Seth y Leah no podían cruzar, pero yo no tenia nada que ver en esto ¿verdad?

—¿Y si solo voy yo? —pregunté de repente, mi mente buscando una solución desesperada—. Yo no soy parte de la manada. No tienen por qué preocuparse por mí. Puedo ir a ver a Bella y asegurarme de que todo esté bien. Llevare ropa y me quedare unos días.

Leah negó con la cabeza, su expresión más severa que nunca.

—No. No puedes. Estas muy equivocada. Si algo te pasa, sería nuestra responsabilidad. Créeme estas mas metida en esto de lo que crees. — Sus palabras eran fuertes y sentía que había algo muy profundo en eso, pero no le di importancia, no ahora.

Seth me tomó suavemente de los hombros, bajando su mirada hacia la mía.

—Entiendo cómo te sientes, Dakota, de verdad lo entiendo —dijo en un tono más calmado— Pero tienes que confiar en que los Cullen están haciendo todo lo posible para cuidar de Bella. Ellos saben lo que está en juego. No podemos poner en riesgo la paz que tanto nos ha costado mantener. Edward esta ahí, y se que quieres estar ahí con ella, pero tu seguridad también es importante para nosotros para mí.

Sentí las lágrimas acumulándose en mis ojos, pero me negué a dejarlas salir. No quería parecer débil, no ahora. Mi corazón latía con fuerza en mi pecho, lleno de preocupación y miedo por Bella. Pero, por más que lo odiara, Seth tenía razón. Si cruzábamos esa frontera, podríamos empeorar las cosas y por mi culpa.

Respiré hondo, tratando de calmarme.

—Está bien... —murmuré, aunque la idea de quedarme quieta me resultaba insoportable—. Confiaré en Edward y en que los demás la cuidaran bien. Pero si algo sale mal...

—Si algo sale mal, seremos los primeros en actuar —dijo Seth—. Iras con ella, yo mismo hare lo que sea para que vayas con ella.

Asentí lentamente y me sentí solo un poco tranquila por sus palabras tan bellas y tranquilizadoras, aunque el miedo en mi pecho no se disipaba del todo. Leah y Seth tenían razón. Tenía que aferrarme a lo único que me hacía sentir bien a Seth

Leah dio un paso atrás, su mirada vigilante hacia el bosque que nos rodeaba.

—Vamos a estar atentos. Esperaremos hasta que Jacob nos diga algo. Pero hasta entonces, no podemos hacer nada más que esperar.

La palabra "esperar" me dejó un sabor amargo en la boca. Nunca me había sentido tan inútil como en ese momento. Pero sabía que la paciencia era lo único que nos quedaba. Por ahora, al menos.

Seth se quedó a mi lado, su presencia era cálida y reconfortante, hacia que todo esto se sintiera menos tenso. Mientras observaba afuera como anochecía lentamente,

Lo único que podía hacer ahora era prepararme para lo que viniera, y confiar en que, cuando el momento llegara, estaríamos listos para enfrentarlo juntos.

DESTINO IMPRIMADO - SETH CLEARWATERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora