Capítulo 21: Rumores y Malentendidos

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El día del partido contra el Manchester United llegó. Era un evento muy esperado, y el ambiente en el estadio era electrizante. Las gradas estaban llenas de aficionados animando a sus equipos, y el clima se sentía cargado de emoción. Los cánticos y aplausos resonaban en el aire, creando una atmósfera vibrante y llena de adrenalina.

Leah y sus compañeras se preparaban en el vestuario, revisando estrategias y mentalizándose para el juego. El entrenador dio las últimas instrucciones, y el equipo realizó un círculo, agarrándose de las manos y haciendo una promesa de darlo todo en el campo. Leah, como capitana, dio un discurso motivador, recordándoles a todas la importancia de ese partido y lo mucho que habían trabajado para llegar hasta allí.

Desde el inicio, el partido fue intenso. Ambos equipos demostraron su calidad y determinación, con jugadas rápidas y estrategias bien pensadas. El Arsenal, liderado por Leah, mostró su acostumbrada fortaleza defensiva y habilidad para crear oportunidades de gol. Los pases precisos y las jugadas coordinadas reflejaban horas de entrenamiento y dedicación.

Sin embargo, en el minuto 60, todo cambió. Karla, la talentosa delantera del Manchester United, recibió un pase perfecto dentro del área y, con una precisión impecable, envió el balón al fondo de la red. El estadio estalló en aplausos y gritos de emoción. Pero lo que siguió dejó a todos atónitos.

Karla, en lugar de un festejo habitual, se giró hacia Mariana, que estaba en el banquillo como sustitución, apoyando a sus compañeras, y le lanzó un beso desde la distancia. La reacción en el estadio fue inmediata: cámaras enfocando, murmullos entre los espectadores y las redes sociales estallando con comentarios y especulaciones. Los flashes de las cámaras iluminaron el campo, capturando el momento para siempre.

Leah, que había estado corriendo de regreso a su posición, se detuvo en seco. La imagen de Karla lanzándole un beso a Mariana se grabó en su mente, y sintió una oleada de celos y confusión. Intentó concentrarse en el partido, pero sus pensamientos estaban nublados. Cada vez que miraba a Mariana, sentía una punzada en el pecho, preguntándose qué significaba realmente ese gesto.

Esa noche, después del partido, Leah y Mariana regresaron al apartamento de la rubia en silencio. La tensión era palpable, y Leah no podía contener más sus sentimientos. Se sentaron en la mesa de la cocina, y el silencio se hizo incómodo. Mariana, ajena a lo que pasaba en la mente de Leah, estaba hablando de su desempeño en el partido.

—Fue un gran juego, ¿verdad? —dijo Mariana, con una sonrisa brillante. —Siento que finalmente estamos en la misma sintonía como equipo.

Leah la miró, sintiendo cómo el nudo en su pecho crecía. No podía dejarlo pasar.

—Mari, ¿podemos hablar de lo que pasó hoy? —dijo Leah, su voz un poco más tensa de lo habitual.

Mariana frunció el ceño, notando el cambio en el tono de Leah.

—Claro, amor. ¿Qué sucede? —preguntó, dejando de lado su entusiasmo.

—Ese beso que te lanzó Karla... ¿qué significó? —preguntó Leah, sin rodeos.

Mariana se sorprendió, parpadeando mientras procesaba la pregunta.

—¿De verdad estás preguntando eso? Fue solo un gesto. No hay nada entre nosotras, Leah. Era solo un juego, y todos sabemos que Karla es así —explicó Mariana, tratando de restarle importancia.

Leah sintió que la frustración la invadía.

—No me malinterpretes, pero no puedo evitar sentir que hay algo más. ¿Por qué le importa tanto a Karla? ¿Por qué siente la necesidad de hacer algo así? —dijo Leah, su voz temblando con emoción.

Más que Fútbol - Leah Williamson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora