Capítulo 71: Regalo Inesperado

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Era una mañana tranquila en Londres. Leah y Mariana habían comenzado su día como de costumbre, con un entrenamiento temprano seguido de un desayuno saludable. Sin embargo, ese día era especial y Mariana tenía una sorpresa preparada para Leah.

Después del desayuno, Mariana sugirió que salieran a dar un paseo por el parque. Leah aceptó, contenta de pasar tiempo de calidad juntas fuera de las exigencias del campo de fútbol. Mientras caminaban, Mariana parecía más pensativa y nerviosa de lo habitual, lo cual Leah notó.

—¿Todo bien, Mari? —preguntó Leah, tomando la mano de Mariana.

Mariana sonrió, apretando su mano—. Sí, todo bien. Solo estaba pensando en algo que quiero mostrarte.

Leah levantó una ceja, intrigada—. ¿Algo que quieres mostrarme?

Mariana asintió, llevándola hacia un banco apartado bajo un gran roble. Allí, escondido en la sombra, había un pequeño paquete envuelto con esmero. Mariana lo recogió y se lo entregó a Leah con una sonrisa nerviosa.

—Esto es para ti, Leah —dijo Mariana—. Es algo especial que he estado guardando.

Leah tomó el paquete, su curiosidad aumentada por la sorpresa. Lo desenvolvió con cuidado, revelando  dos sobres y un folleto brillante con imágenes de una playa paradisíaca.

Leah miró los sobres y el folleto con asombro—. Mari, ¿qué es esto?

Mariana tomó uno de los sobres y lo abrió, revelando dos boletos de avión—. Compré estos boletos hace un tiempo. Son para un viaje a las Maldivas, justo después de la final. Quería que tuviéramos algo especial que esperar después de toda la presión y el estrés.

Leah se quedó en silencio, escuchando atentamente mientras Mariana continuaba.

—Sé cuánto has trabajado y cuánto hemos dado de nosotras mismas esta temporada. Pensé que un viaje a un lugar hermoso y relajante sería la manera perfecta de celebrar y recargar energías. Además, siempre has hablado de querer visitar las Maldivas.

Leah sintió un nudo en la garganta mientras la emoción la invadía—. Mari, esto es... no sé qué decir. Es el regalo más hermoso y significativo que he recibido.

Mariana sonrió, sus ojos brillando con lágrimas contenidas—. Quiero que este viaje sea una celebración de nosotras, de todo lo que hemos logrado y de nuestro amor.

Leah tomó el folleto y lo hojeó, viendo las imágenes de aguas cristalinas, playas de arena blanca y villas sobre el agua. Miró a su novia, sus ojos llenos de gratitud—. Gracias, Mari. Esto significa el mundo para mí. Siempre he soñado con ir a las Maldivas, pero hacerlo contigo hace que sea aún más especial.

Las palabras de Leah fueron sinceras y profundas, cada una cargada de la emoción que sentía. Mariana se acercó más, envolviendo sus brazos alrededor de Leah en un abrazo cálido y reconfortante. Leah correspondió, sosteniendo a Mariana con fuerza.

—Te amo, Mari —susurró Leah—. Eres todo para mí.

Mariana cerró los ojos, disfrutando del momento—. Y yo te amo a ti, Leah. No hay nada en este mundo que pueda cambiar eso.

Leah se separó un poco, lo suficiente para mirar a Mariana a los ojos—. Esto es perfecto, Mari. Has hecho que mi sueño se haga realidad, y hacerlo contigo lo hace aún más especial.

Mariana sonrió, tocando suavemente la mejilla de Leah—. Quiero que cada momento con nosotras sea especial, Leah. Y este viaje es solo el comienzo de muchas aventuras más juntas.

Pasaron el resto del día hablando sobre sus planes para el viaje, imaginando todas las cosas maravillosas que harían juntas en las Maldivas. Leah no podía dejar de sonreír, su corazón lleno de amor y gratitud por Mariana.

Más que Fútbol - Leah Williamson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora