Destello de una sonrisaYuna se despertó antes del amanecer, como solía hacerlo cada mañana. Sus movimientos eran precisos y calculados, casi mecánicos. Se vistió con una elegancia sobria, traje blanco impecablemente planchado, y bajó el ascensor hasta el lobby del hotel.
El aire matutino estaba fresco y limpio, y Yuna disfrutaba de la tranquilidad de las calles vacías. Cada paso resonaba suavemente contra el empedrado, marcando su ritmo constante y decidido hacia la universidad.
De repente, el suave ronroneo de un motor interrumpió la quietud. Una limosina blanca se acercó lentamente y se detuvo a su lado. La ventana tintada se bajó, revelando a Chloé Bourgeois, con su mirada altiva y su sonrisa de superioridad apenas contenida.Yuna, sube. No tiene sentido que camines hasta la universidad cuando puedes venir conmigo– dijo Chloé, su tono autoritario como siempre.
Yuna apenas giró la cabeza, manteniendo su expresión impasible. –Prefiero caminar, gracias.Chloé arqueó una ceja, claramente no acostumbrada a ser desobedecida. —No seas tonta. Es un trayecto largo y no quiero llegar tarde. Además, es una oportunidad para... charlar.
Yuna suspiró internamente, sabiendo que Chloé no aceptaría un no por respuesta. ·De verdad, me gusta caminar.
Chloé hizo una pausa, estudiando a Yuna con ojos calculadores. –Insisto,– dijo finalmente, su voz dejando claro que no había espacio para más discusión.Yuna contempló la situación durante un momento, valorando su deseo de caminar contra la inevitabilidad de ceder. Finalmente, con un ligero asentimiento, abrió la puerta de la limosina y subió.
El interior del auto era lujoso, con asientos de cuero y un suave aroma. Chloé sonrió satisfecha, como si hubiera ganado una pequeña batalla. –Así está mejor. ¿Ves? Mucho más cómodo.
Yuna asintió y se acomodó en su asiento, mirando por la ventana mientras la limosina se ponía en marcha. Aunque su rostro no mostraba emoción, su mente seguía repasando el recorrido a pie que tanto le gustaba. Pero, por ahora, se resignó a la compañía de Chloé y al lujoso vehículo que las llevaría a la Sorbonne.
Chloé comenzó a hablar sobre trivialidades, y Yuna la escuchaba educadamente.
La limosina se detuvo suavemente frente a la entrada de la Sorbonne. Yuna salió primero, agradecida de sentir de nuevo el aire fresco de la mañana. Chloé salió detrás de ella, su presencia imponente y su ropa de diseñador inmediatamente atrajeron las miradas de los estudiantes que llegaban temprano.Yuna caminó con paso decidido hacia la biblioteca, ignorando los murmullos a su alrededor. La tranquilidad de ese santuario de conocimiento le había ofrecido un respiro del bullicio y las distracciones del campus. Pero hoy, algo era diferente. Al girar en un pasillo, se dio cuenta de que Chloé la seguía de cerca, sus tacones resonando en el suelo de mármol.
¿Qué haces? –preguntó Yuna, sin detenerse ni girarse.
Voy contigo, por supuesto –respondió Chloé, como si fuera lo más obvio del mundo.
Yuna suspiró pero no protestó. Sabía que Chloé tenía una capacidad única para imponer su voluntad.Al entrar en la biblioteca, el ambiente cambió inmediatamente. El silencio y la solemnidad del lugar contrastaban con la exuberancia de Chloé, quien aún así parecía disfrutar de las miradas que atraía. Los estudiantes levantaron la vista de sus libros y laptops, algunos murmurando entre ellos, sorprendidos de ver a Chloé Bourgeois en un lugar tan... académico.
Yuna se dirigió a una mesa en una esquina tranquila, colocando sus libros y notas con la misma precisión que siempre. Chloé se sentó frente a ella, dejando su bolso de diseñador con un gesto despreocupado.
— Realmente no creo que te interese este ambiente —dijo Yuna, mientras organizaba sus materiales.

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Sabor a Miel
FanfictionChloé Bourgeois había forjado una reputación de arrogancia y crueldad, siempre resguardada por la sombra de los privilegios que su apellido le otorgaba. Para muchos, era imposible imaginar un cambio en su corazón, endurecido por años de desdén y sup...