Capítulo 27

81 8 0
                                    

Pov Lisa




Me encuentro en el baño, rociando mi rostro con agua fría.


Siento cada gota deslizarse por mi piel, tratando de sacarme esta pesada neblina de posibles sueños rotos y noches en vela.


Estos días, dormir es un lujo que no quiero permitirme. No puedo tomarme ese respiro mientras Jennie esté en este hospital.

No mientras mi chica favorita esté luchando por despertar.


Agarró el borde del lavabo con fuerza, buscando un punto de apoyo en medio del caos. Mis dedos se clavan en la fría porcelana mientras levanto la mirada al espejo.


Lo que veo me duele más que la fatiga que aprieta mi pecho: mis ojos hundidos, las ojeras oscuras que eclipsan mi rostro, el reflejo de alguien que está perdiendo la esperanza poco a poco.

Respiro hondo y me seco las manos.

Salgo del baño y me dirijo a la pequeña capilla del hospital.

Es un lugar tranquilo, un remanso de paz en medio de tanto tormento.

Me arrodillo ante el altar y cierro los ojos, buscando las palabras adecuadas en medio de mi angustia.

"Dios", susurro, apenas audible.


"te pido por Jennie, me ofrezco para sentir su dolor a cambio del suyo, no puedo soportar verla sufrir así. Si alguien tiene que pasar por el dolor, que sea yo. Déjala a ella en paz. Te lo suplico. Si he de pedir más, también te pido por Zico. Protégelos a ambos".

Me quedo unos momentos más en silencio, sintiendo el peso de mis palabras en el corazón.

Cuando finalmente me levanto, salgo de la capilla con el alma cargada de angustia y mis pasos me llevan de nuevo por los interminables pasillos del hospital hasta la habitación de Jennie.

El dolor se intensifica al ver su cuerpo frágil, inmóvil.

Las máquinas a su alrededor son un recordatorio constante de la batalla que está librando.

Me acerco lentamente y me siento a su lado. Observo cada detalle de su rostro, cada respiración que toma con esfuerzo. El eco de las máquinas es un ritmo escalofriante que llena el silencio.


Sin darme cuenta, mis ojos se cierran y caigo en el sueño.

No sé cuánto tiempo pasa, pero cuando despierto, el panorama sigue siendo el mismo.

Jennie sigue sin abrir los ojos, y el dolor en mi pecho sigue creciendo, preparada para soportar lo que sea necesario.

Nuevamente me recosté apoyando la cabeza contra el asiento, con mis piernas extendidas frente a mí, para poder estirarlas y que la sangre pudiera circular y se encontrarán entumecidas y mis brazos cruzados sobre mi pecho.

Estaba buscando una buena y cómoda posición.

"Lisa, cariño, vamos yo creo que tienes que ir a casa y descansar un poco, no es bueno para ti estar aquí todo el tiempo" dijo mamá.

Negué tajantemente con mi cabeza.

"Lo siento, Pero, yo no me voy de aquí" respondí con los ojos cerrados.

" Hija, tu sabes perfectamente que no saben cuándo ella despertará" mamá me lo recordó.

" Escuché al doctor, Lisa....."

My Favorite GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora