Capítulo 21

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Pov jennie.



La brisa del océano acariciaba mi rostro mientras me recostaba sobre la barandilla de la terraza del restaurante.

La charla con Taehyung había sido intensa y su cercanía no hacía más que incrementar la tensión.

Él me tenía acorralada, entre los murmullos de las olas y su propio susurro, insistiendo en que lo acompañara a la ciudad para comprar algunas cosas que necesitaba.

"Lo pensaré," le respondí, tratando de mantener el control, aunque la confianza con la cual me hablaba siempre lograba desarmarme.

Su risa suave, llena de seguridad, me hizo sonreír.

"De todas maneras, Jennie, sé que te convenceré," dijo con ese brillo en los ojos que siempre me hacía sentir a medio camino entre la molestia y la fascinación.

En ese momento, un ruido a lo lejos perturbó la burbuja en la que estábamos envueltos.

Miré hacia la orilla y, para mi sorpresa, allí estaba Lisa, de pie junto a su tabla de surf. Nos observaba, como si intentara decodificar la escena que presenciaba.

Sentí una incomodidad inmediata al percatarme de la posición en la que Taehyung me tenía.

El brazo de él, cerca de mis hombros, la cercanía, todo parecía demasiado íntimo. No quería que Lisa tuviera la imagen equivocada.

La mirada de Taehyung y Lisa se cruzaron, llenas de una tensión palpable que me molestó profundamente.

No entendía por qué, pero cada vez que esos dos intercambiaban miradas, la atmósfera se volvía insoportable. Sin embargo, Taehyung, con la delicadeza que lo caracterizaba, usó sus dedos para atraer mi atención nuevamente.

Me sentí atrapada entre sus ojos oscuros, sin saber cómo lidiar con la situación.

"Creo que debería volver al trabajo," dije, intentando sonar natural, aunque mi voz temblaba ligeramente.

"Voy a ir mar adentro otra vez," respondió con una sonrisa tranquila, "Nos vemos después."

Asentí, y nos despedimos.

Observé a Taehyung alejarse, la figura segura mientras se dirigía hacia las olas.

Cuando volví a mirar hacia donde estaba Lisa, ya no había rastro de ella.

Me quedé con una mezcla de emociones, preguntándome cómo había llegado a esta compleja y lo que realmente sentía en el fondo de mi corazón.


Desde adentro del restaurante, veía cómo el bullicio de la tarde comenzaba a calmarse.

Acababa de servir unos pedidos a unos clientes y me dirigía hacia el mesón para seguir preparando servicios limpios en bandejas. El sol de la tarde iluminaba todo a través del gran ventanal, donde mi madre estaba parada observando la playa.

Noté su ceño fruncido mientras miraba algo con intensidad. Curiosa, me acerqué y eché un vistazo también.

Una gran cantidad de personas se había reunido en la orilla de la playa, mirando fijamente hacia el mar.

Mi madre murmuró: "¿Qué diablos está pasando allí afuera?" Algo en su tono me hizo sentir una ola de alarma.

Miré con más atención y mi corazón se comenzó a acelerar.

Había una tensión en el aire, algo no estaba bien.

Sin pensarlo dos veces, mamá y yo nos dirigimos hacia la terraza. Nos unimos a los curiosos que observaban la escena.

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