Capítulo 26

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Pov jennie




No había marcha atrás.

Me encontraba en mi habitación, observando cada rincón como si en las paredes blancas pudiera encontrar una solución a lo irreversible.

Suspiré profundamente, el aire entrando y saliendo de mis pulmones con una pesadez que reflejaba el peso de mis pensamientos.

Mis chicos se habían marchado del pueblo.

Mi Lili se había ido.

Aunque Zico se quedó aún haciendo compañía, una gran parte de mí también se había ido este verano.

Mi inocencia estaba perdida.

Mi virtud que conservaba con recelo se quebranto.

Mi virginidad era el tesoro más preciado que poseía.

Ya no estaba.

"Gatita" se fue con mis chicos, lejos de mí y del pueblo, La chica de ojos felinos se marchó junto con mi Lisa.

Todos ellos se fueron ayer, y hoy apenas podía mirarme en el espejo, arrepentida, Sí, lo estaba.

No había contemplado que las cosas se desarrollaran de esta manera, fuí tan tonta y mi orgullo herido me había llevado a tomar una decisión que ahora parecía un error monumental.

Cerré los ojos, tratando de calmar el torbellino de arrepentimiento que giraba dentro de mí, pero era inútil. La idea de que ese suceso pudiera costarme caro en el futuro no salía de mi mente.

Pero ya no había vuelta atrás para mí.

En estos momentos ya me sentía perdida y sola sin ellos, sin ella y apenas había pasado tan solo un día.

Miré la ventana, observando cómo las gotas de lluvia se deslizaban por el vidrio, trazando caminos sinuosos que se desvanecían en la nada. Mis pensamientos parecían reflejar esa lluvia, enredándose y deshaciéndose sin rumbo fijo.

¿Cómo podía haber sido tan imprudente?


No podía creer que perdí mi virginidad de esa manera, No podía creer que se la di tan fácilmente, Dios, ¿Que había hecho?.

No podía creer que se hubiera ido.

Con ellos.

Con él.


Gatita... se había ido, y jennie... ella se quedó aquí, y era lo que él reflejo de mi espejo me mostraba sin piedad.

Estaba asustada por una elección inesperada que hice...

Estaba aquí parada con una culpa que infligí...

Con un dolor que provoqué... y se que en un futuro saldría a luz, quiera o no.

Sola y con arrepentimiento me encontraba...

Y se que esa decisión me perseguiría por siempre.

Mi habitación, antes mi refugio, ahora se sentía como una fría celda. Las paredes se cerraban sobre mí, amplificando mi sensación de angustia. Sabía que debía afrontar las consecuencias, pero el miedo y la ansiedad me paralizaban.

Necesitaba un plan, una salida de este laberinto que yo misma había creado por ser impulsiva.

Solo espero algún día tener su perdón.






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