Epílogo Final.

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Pov Jisoo.

El principio....

Flashback.


Trescientos sesenta y cinco días.


Cincuenta y dos semanas.

Doce meses.

Un año...

Ese era el tiempo que había pasado desde la última vez que hablé con Rose desde que dejé de vivir en mi antiguo departamento con Lisa,. Mino y después Zico, y me mudé a California, San Francisco.


Me despedí de ella de la única manera que pude.

Le dije que había conocido a alguien nuevo, que estaba feliz y enamorada

Ella no volvió a hablarme.

Yo fui la única culpable.


Fue una mentira, todo fue una gran mentira, fué solo una fachada que me inventé, la verdad es que nunca conocí a nadie.


No tenía novia.


Ni mucho menos, no tenía una relación seria.


Yo no era feliz ni estaba locamente enamorada, fue todo una completa y absoluta mentira de mierda.


Siempre supe que lo que ambas hacíamos estaba mal, no porque yo no la quisiera, sino por nuestras circunstancias, una de mis conversación con Lisa, sobre varias cosas, incluso sobre su pequeña hermana y todo lo que estaba pasando por su madre, su escuela, ella simplemente estaba saltándose cosas que toda jovencita debería estar experimentando, todo eso y mucho más, esa simple conversación con mi mejor amiga, puso todo en perspectiva.


Lisa hablo sin saber nada de lo que sucedía entre su pequeña hermana y yo.


Yo estaba frenando a Rose.

No era justo para ella, ella merecía ser amada sin esconderse, y merecía mucho más de lo que yo podía ofrecerle.


La gente diría que yo era una cobarde.


Una cobarde, que simplemente había tomado el camino fácil y que tendrían razón, pero cuando se trataba de Rosie, yo me rendiría cualquier día si eso significaba que ella podía ser feliz.

Le dije a Rose lo que tenía que decirle, mintiéndole a esos grandes ojos marrones en los que siempre me habían visto con adoración, luego planté la semilla en Lisa y mi madre, sabiendo muy bien que se lo dirían sin querer en alguna plática trivial.

Ella lo creería porque yo nunca le había mentido antes de esta vez.


Esta fue la primera y la última vez que lo hice.

Ya ni siquiera yo podía mirarme al maldito espejo, le prometí, le juré que yo nunca le mentiría, que podía confiar en mí de todo corazón.

Soy una maldita bastarda.

Tía Chittip estaba empeorando, madre dijo que ya casi no la reconocía por qué la enfermedad se había apoderado de su cuerpo, lucía más delgada y débil, y quería celebrar la Nochebuena en su casa con todos nosotros.

My Favorite GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora