Capítulo 01

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»Caotico despertar«

El día era sublime. La frescura del aire daba en su rostro, ni tan fresco pero tampoco tan cálido, sino en una temperatura perfecta. Al mismos tiempo que los rayos del sol iluminaban su rostro, tocando las pecas de su fino rostro con su calidez.

Aquel ruido de las olas, tan relajante como un arrullo, ayudaba en el bello ambiente. Arrullandolo con su movimiento. Todo colisionando en una bella canción de cuna para un muy atractivo jóven, quien yacía recostado con un plácido sueño.

Todo era pacífico y relajante.

Lo hubiera seguido siendo si aquel joven no se hubiera removido, recién despertando y en tan solo instantes, dándose cuenta del entorno.

Asustado, el joven se levantó de su cómodo sitio. ¿Cómo era posible que se escuchará el ruido de las olas? ¿Porqué había luz golpeando cálidamente su rostro y todo su cuerpo? ¿Porqué olía al salado mar? ¿En qué momento su cama se movía como si flotara en agua?

Fue inmediato que noto su situación.

El joven se encontraba sobre una vieja balsa de pesca, justo en medio del mar.

—¿¡Pero qué.....!?— Grito y se oyó a la lejanía. Sin embargo, sabe que nadie lo ha escuchado. Solo había agua y más agua a su alrededor, y al horizonte era lo único que veía.

No había rastros a lo lejos de una isla tampoco. ¿Cómo ocurrió eso? ¿Cómo terminó así? No tenía respuestas.

La respiración del jóven castaño se volvió pesada. Inevitablemente se estaba empezando a alterar, y al notarlo, trata de que su respiración ya no sea errática.

No tenía explicación, ni tenía idea de como había pasado de estar en su hogar, durmiendo junto a su fiel amigo. A estar en un barco antigüo de pesca. No había coherencia que lo llevará a cometer, por si mismo, dichos actos.

—Uh, está bien.. muy bien.— murmuró para el mismo, tratando de calmarse. —No encontrarás nada si te alteras, controlarte Hiccup.

Como alguien que es el hijo del jefe de la tribu de los Gamberros Peludos, Estoico el Vasto, y heredero al trono de Berk, Hiccup Horrendous Haddock III debía controlarse. El alterarse no lo haría conseguir nada. Debía razonar. Tenía que pensar en una solución y con alterarse no lo lograría.

Luego de inhalar y exhalar, logro regular su respiración. Ya tranquilo, se sentó y analizo su ambiente.

Efectivamente, estaba a la deriva, en medio de la nada.

Era poco más de medio día, lo noto por la postura del sol y su sombra.

A su alrededor lo único que se veía era el mar. No importa cuánto se esforzará por ver más halla, solo veía el azul del cielo y agua.

Lo único que lo mantenía a flote era la vieja madera de la balsa de pescar. Aunque no era lo único en el barco. En una esquina, habían suministros. En una caja se encontraban varios pescados, una pequeña caja con utensilios para prender fuego, acompañados de algunos cuencos de hierro para la comida y una tabla de madera. Además de que en otra caja estaba llena de fruta, y a su lado, un pequeño artefacto purificador de agua que hace meses había creado para los navegantes de su tribu.

El moreno no pudo evitar bufar. La situación era extraña y hasta donde el supiera, no caminaba dormido ni era sonámbulo.

Ante el gruñido de su estómago, Hiccup decidió alimentarse de la fruta, pero ya cuando andaba por tomar una pera, noto como una hoja había caído. Al parecer había estado pegada a la fruta.

Mi lindo Luz Nocturna •Toothcup• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora