Capítulo 8

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No hay otra cosa que prefiera hacer,

vamos, es hora de divertirse,

mis amigos irán también,

estoy en la autopista al infierno.




"Numbed Crows, Parte II"




Pasado

Marzo 1974

Londres

Elisa entraba aprisa a la cafetería en donde trabajaban los Numbed Crows y con cara de pocos amigos.

Sólo Terry estaba de turno y en el momento en que la vió entrar, le sonrió y le dio los buenos días y la bienvenida con un claro tono de burla.

— Elisa, buenos días querida, que alegría verte tan temprano, te traigo café o solo vienes de visita.

— Con un demonio Terry, ¿acaso ustedes ya no van a la universidad? Ayer no pude encontrarlos en ningún lado, ni en los dormitorios, ni en la escuela y menos aquí

— Ayer la novia de Charlie nos invitó a su departamento en Soho, tomamos cervezas, comimos salchichas, usamos bastante ácido y estuvimos componiendo más canciones.

— Menos mal que estuvieron "trabajando"— reclamó ella—Reúne al grupo, los quiero en mi casa hoy cuando salgan de trabajar, me urge explicarles acerca de las reuniones que he tenido en estas semanas, deben tomar una decisión a más tardar mañana.

— Está bien, nos vemos en la noche, ¿nos vas a dar de cenar?

Elisa puso cara de fastidio, y se limitó a salir de la cafetería despidiéndose con una seña obscena.

Eran casi las 9 de la noche, los cuatro muchachos caminaron desde la estación del metro Queensway a la dirección que Elisa les había dado anteriormente, ella vivía en Kensington. En poco tiempo llegaron al edificio de su departamento, tocaron el interfón y subieron al Pent house.

Los recibió una Elisa muy estresada.

—Vamos niños, primero trabajaremos y de verdad requiero de toda su atención, y después les daré de cenar, no quiero tonterías hasta que terminemos.

—Sí mamá, y si me porto bien ¿me darás postre? — respondió Archie con sorna.

— Archibald no empieces, hay muchos pendientes que resolver y si vuelves a llamarme "mamá" te voy a sacar los ojos con una cuchara.

En silencio los demás se acomodaron en la mesa del comedor. Anthony se asomó desde la cocina, no llevaba su usual traje, usaba jeans y un suéter, así se veía mucho más joven.

— ¿Quieren tomar agua o prefieren una Coca-Cola?

Todos respondieron al unísono que preferían la Coca-Cola.

Elisa al ver qué todos estaban atentos empezó a explicar.

—Ok, como saben, después del concierto del Roundhouse algunas casas discografías han pedido tener una entrevista con ustedes y yo me he adelantado investigando en cada una de ellas para hacerles saber quién ofrece las mejores condiciones para que ustedes firmen su primer contrato.

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