Espacios Vacíos

Capitulo 15

Muévete,

Siempre vives tu vida

sin pensar en el futuro,

ponte a prueba

Eres el movimiento que haces

Arriésgate, ya sea que ganes o pierdas

Mírate a ti mismo, eres los pasos que das.

Tú y solo tú, y esa es la única manera.

Agítate, sacúdete

Eres cada movimiento que haces.

Así va la historia

Dueño de un corazón solitario.

Denver Colorado

Hotel Ritz Carlton

Mayo 1981

-Vamos, chúpalo, te va a gustar.

- ¿Cómo lo sabes?

- Lo sé

- Esto que estamos haciendo no debe ser para nada bueno...

- Esto te está gustando y no puedes evitarlo.

- Eres una muy mala influencia Terry Graham.

- Anda, abre la boca y mételo, por lo menos a la mitad.

- Eres un puerco.

- Lo sé, pero sé que te va a gustar y mucho......¡ahhh!!! ¡qué rico!

- ¡Mhhh!!!

- Así nena, ¡ahhh! ¡Delicioso!!

Candy abrió tanto como pudo su boca, Terry sostenía con su mano derecha una barra enorme de chocolate Milky Way y lo introducía en la boca de la rubia poco a poco con una perversa mezcla de placer y diversión, eran casi las 3 de la mañana y ambos habían vaciado todas las golosinas del minibar de la habitación de Candy.

Terry no había tenido desde la desintoxicación ninguna noche de sueño decente, y en las últimas semanas pasaba casi todas las madrugadas acompañado de Pitufina. Las últimas 2 semanas ambos se habían controlado bastante bien con las golosinas, pero un día antes del concierto, Terry se sentía nervioso y extremadamente ansioso. Por la tarde, después del ensayo de la banda y las pruebas de sonido, le había pedido a Albert que aumentara solo un poco la dosis de metadona, la sustancia que el médico le daba para controlar el deseo de volver a usar heroína. Albert se negó y le aconsejó que tratara de relajarse, que la ansiedad que sentía era muy normal por regresar al escenario. Él había intentado leer, ver una película en la televisión, Mark le había conseguido medio galón de helado de vainilla que Candy y él habían devorado por la noche.

Pero después de haber visto la película de "Somewhere in time" (Pídele al tiempo que vuelva) con Christopher Reeves y Jane Seymour, -Candy lloró inconsolable por 20 minutos y Terry se inventó una alergia cuando tuvo que usar los pañuelos desechables que Candy le ofrecía para limpiarse los ojos y la nariz - lo único disponible a esas horas eran las golosinas del mini bar y eso se veía perfectamente correcto.

Los atracones de golosinas y comida chatarra por la madrugada debían dejar de ser una costumbre, pero para sobrellevar el regreso de Terry al escenario no parecía estar tan mal.