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"Dios, ¿Por qué estoy tan nerviosa? Ni siquiera es una cita, solo vamos a salir como amigas. Además, ¿Qué si fuera una cita? No es como si tuviera sentimientos por Ryujin, no tengo motivos para estar así."

Yeji se miró una ultima vez en el espejo. Había decidido no vestirse tan elegante por lo que se puso una musculosa de color azul marino, una chaqueta peludita del mismo color y un pantalón de un tono azul un poco más apagado. Su cabello estaba suelto, cayendo por sus hombros.

(Soy horrible describiendo ropa así que acá una imagen de referencia

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(Soy horrible describiendo ropa así que acá una imagen de referencia.)


Luego de mirarse en el espejo Yeji agarró su celular para fijarse la hora. Eran las siete y veinticinco, lo que significaba que Ryujin podía llegar en cualquier momento.

La pelirroja salió de su habitación, quedando cara a cara con Lia, quien justo estaba pasando por la puerta de su dormitorio.

"Hola Yej. ¿Vas a algún lado?" Preguntó Jisu apenas vio a Yeji salir de su cuarto.

"Hola Lia. Voy a salir con Ryujin, vamos a ir a cenar. ¿Quieres que te traiga algo para comer cuando vuelva?" Preguntó Hwang.

"No, muchas gracias Yej, no es necesario. Sobró una porción de fideos de ayer, cuando tenga hambre los recaliento y me los como." Respondió la castaña.

"Está bien. Nos vemos más tarde entonces. Ryujin ya debe de estar por llegar." La pelirroja abrazó a Jisu y después de separarse observó como esta ultima se adentraba en su habitación. 

Yeji se fue a sentar al sillón del living, para luego sacar su celular y escribirle un mensaje a Ryujin, quien respondió algunos segundos después.

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Tú: Ya estoy lista.

Ryuddaeng💗: Perfecto, estaré ahí en 5.

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Hwang apagó el celular y se paró del sillón, agarrando todas sus cosas para así no tener que hacer esperar a la rubia. No más de un minuto después escuchó como alguien tocaba la puerta. Caminó hasta la entrada del cuarto y abrió la puerta, quedando cara a cara con Ryujin.

La mirada de la pelirroja recorrió el cuerpo de la contraria. Ella estaba vestida con un pantalón azul, un crop top blanco y un buso verde militar que dejaba al descubierto todo su abdomen y su cabello estaba recogido. Además, también tenía un bolso negro colgando de uno de sus hombros.

 Además, también tenía un bolso negro colgando de uno de sus hombros

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Yeji no pudo evitar quedar hipnotizada al ver a la rubia. Ella se veía tan linda con esa ropa que le fue casi imposible despegar sus ojos de ella. Y dios, esos abdominales. Yeji tuvo que detener el impulso de estirar su mano y tocarlos.

"Hola Yeddeong." Ryujin rompió el silencio, haciendo que la mirada de la pelirroja se desviara de su cuerpo a sus ojos, su cara ardiendo.

"Hola Ryu." Saludó Yeji, sacudiendo la mano.

"Llegaste rápido." Dijo la mayor, saliendo de su habitación y cerrando la puerta detrás suyo.

"Sí, ya estaba lista. Solo estaba esperando a que sean y media para venirte a buscar." Contestó Ryujin. Ambas estaban caminando una al lado de la otra por el pasillo de la secundaria, dirigiéndose hasta la entrada del edificio.

Yeji asintió y seguido a eso el silencio inundó el lugar. Caminaron por los pasillos hasta llegar a las puertas de salida y se fueron de la escuela.

"Ryuddaeng, ¿Queda cerca el restaurante al que vamos?" Preguntó Hwang una vez estaban en la calle.

"Sí, está acá a unas cuadras."

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La cena fue divertida. Ambas disfrutaron mucho de la compañía de la otra.

"Bueno, supongo que ya es momento de volver a las habitaciones." Dijo Yeji para luego suspirar. Ella no quería tener que volver al colegio tan pronto, quería seguir estando con Ryujin. Sin embargo, ya habían terminado de comer, lo que significaba que ya era hora de volver.

"No tan rápido. Todavía nos queda una parada." Respondió Shin, agarrando la muñeca de Yeji y arrastrándola en la dirección opuesta a la del colegio. La mayor dejó que Ryujin la arrastrara sin reproches, siguiéndola a dondequiera que ella fuera.

Estuvieron caminando por algunos minutos. Luego de un tiempo llegaron a un área cubierta de pasto y algunos arboles.

"¿El río Han?" Preguntó Yeji una vez llegaron a su destino, su voz llena de entusiasmo.

"Sí, el río Han. Sabes, antes de conocerte, cuando mis padres me arreglaban salidas con Hyunjin, él solía hablar bastante de ti. Recordé que una vez me dijo que a ti te encantaba venir al río Han así que decidí traerte aquí." Explicó Ryujin, viendo como la sonrisa de Yeji se ampliaba.

"Sí, ¡Amo venir aquí! Es muy tranquilo. Me encanta sentarme y observar las estrellas mientras escucho musica." Exclamó la de ojos felinos, acercándose al río. Estaba apunto de sentarse en el suelo cuando Ryujin la frenó.

"¡No, espera! Si te sientas te vas a ensuciar." Shin metió la mano en el bolso que traía y sacó una enorme manta. La apoyó en el piso y luego la estiró un poco. De esa manera había suficiente espacio para que las dos se pudieran incluso acostar.

"Listo, siéntate aquí." Ambas se acomodaron en la lona. Ryujin estaba sentada abrazando sus piernas, mientras que Yeji estaba con sus piernas estiradas  y apoyando todo el peso de su cuerpo en sus brazos, que estaban apoyados atrás de su espalda. 

Las dos se pusieron a ver las estrellas. La vista era hermosa, se podía ver la luna llena y las brillantes estrellas que se encontraban esparcidas por todo el cielo.

Ryujin volvió a meter la mano es su bolso, esta vez sacando una gran variedad de dulces.

"Toma. Traje estas golosinas."

"¡Sí! ¡Esta es mi favorita! Muchas gracias Ryuddaeng." Ambas agarraron los dulces y empezaron a comer en silencio. Estuvieron así por un tiempo hasta que terminaron de comer todo lo que Ryujin había traído.

Al terminar, ambas se acomodaron mejor para poder estar más cómodas. Al apoyarse en la manta, Ryujin sintió como su mano rozaba la de Yeji. Se acercó un poco, colocando su mano justo encima de la de Hwang y entrelazando sus dedos.

La pelirroja la volteó a ver, entregándole una sonrisa genuina.

Sus miradas conectaron por un segundo hasta que Yeji la desvió y se enfocó en la maravillosa vista que tenía en frente. Ryujin, sin embargo, no podía apartar su mirada de la pelirroja. Ella observaba los ojos felinos de Yeji, como sus orbes reflejaban todas las estrellas.

Se sentía perdida en esos ojos cafés.










Soulmate - RyejiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora