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Al llegar a la mesa, se sentaron todos juntos, o sea, los padres de Ryujin, ella y Yuna, Yeji, Hyunjin y su mamá. Ellos ya se habían movido de la anterior mesa en la que estaban.

La comida fue tranquila, no hablaron demasiado, aunque cuando esto pasaba la que lo hacía era mayormente Yeji, puesto que ella se llevaba bien con todos los de su edad.

Los adultos estaban en su propio mundo, charlando sobre sus compañías y los beneficios que traería el casamiento de los dos herederos. Resumiendo, cosas totalmente aburridas.

De igual manera, todo estaba perfecto, al menos para la pelirroja, hasta que sus padres los quisieron meter en la conversación.

"Chicos, ya tenemos decidido cuándo será la boda. Va a ser el 15 de julio, exactamente dentro de cuatro meses. Hay que ir preparando la vestimenta, decoración, invitaciones y todo lo demás." Habló el padre de Ryujin, con una sonrisa en la cara.

Instantáneamente Yeji sintió algo en el pecho, específicamente en el corazón. Este sentimiento se parecía al que sintió cuando la rubia le había pedido una cita a Beomgyu y definitivamente no era algo lindo. Era como si sintiera que su corazón se rompiera lentamente ¿Entienden? Pues Yeji no lo hacía. Y tampoco sabía que lo causaba. Se sentía algo tonta por no entender nada, más aún cuando se trataba de Ryujin, pero no podía hacer nada al respecto.

Y era, en cierta parte, raro que le doliera que Ryujin se fuera a casar, ya que ella era solamente su amiga, pero al mismo tiempo, su alma gemela. Yeji supuso que esta era la razón por la que le molestaba, si no era por eso, no tenía ninguna otra explicación en su mente.

Por otro lado, Ryujin tampoco estaba muy contenta que digamos, a ella simplemente no le caía del todo bien Hyunjin, por el simple hecho de que sus padres la estaban obligando a casarse con él cuando claramente ninguno tenía sentimientos por el otro. A Ryujin también le molesta que sus padres ni siquiera le hubieran preguntado, un día simplemente llegaron a su casa y le dijeron que se iba a casar con un hombre llamado Hyunjin. Eso es todo.

No era como si la rubia no sabía que probablemente esto iba a ser así, ella siempre tuvo presente que su mamá y papá querían que se casara con alguien con la misma o más cantidad de dinero que ellos tenían. No obstante, nunca se le había siquiera pasado por la cabeza que sus padres la iban a meter en un matrimonio arreglado. Y ni hablar del hecho de que se debía casar con el hermano mellizo de su propia alma gemela.

No es como si Ryujin tuviera pareja, por ahora no lo hacía, pero le gustaba alguien desde hace un tiempo. Le había tocado en la misma clase que esa persona por lo que estaba aprovechando esa excusa para acercársele más. Por el momento lo estaba logrando.

Esa era una de las razones principales por las cuales ella no tenía interés en este compromiso, además de algunas otras cosas.

La voz de Hyunjin la sacó de sus pensamientos.

"Está bien, luego te mandaremos la lista de invitados." Comentó él.

Siguieron hablando sobre ese tema por algunos minutos más, hasta que todos terminaron de comer y se levantaron de la mesa. Yuna y Hyunjin levantaron los platos, cubiertos, vasos y botellas mientras que Yeji y Ryujin se encargaron de limpiarlos, secarlos y dejarlos en su respectivo cajón. Los adultos simplemente se levantaron y se fueron a sentar al sillón que estaba en la sala de estar.

Al terminar, la pelirroja decidió que ese era el momento de aclarar las cosas con la más baja. Esto puesto a que, aunque un rato antes parecían estar bastante bien, todavía estaba presente esa tensión que se había estado creando en los días anteriores.

Yeji se acercó a la contraria y le tocó el hombro un par de veces hasta que esta se dio la vuelta.

"Ryu, ¿Podemos hablar un segundo por favor?" Preguntó la mayor y la miró expectante.

"Claro, Yeddeong, ¿De qué querías hablar?" Aceptó Ryujin.

"Aquí no, podemos ir a tu habitación o a cualquier otro lugar pero en privado." Le respondió y luego de ver a la menor asentir, agarró su muñeca y la guió hasta las escaleras. Subieron y Yeji la soltó, ya que no tenía idea de dónde quedaba su cuarto.

La pelirroja siguió a su alma gemela y luego entraron al lugar. Yeji cerró la puerta.

"Bien, ahora sí, ¿De qué querías hablar?"

"Bueno, yo solo necesitaba aclarar lo de la otra vez. Bueno es que... básicamente que no pienses que gusto de vos o algo así, porque no es así la cosa. Digo esto porque bueno, emm, estuvimos... muy cerca de besarnos y, bueno... Se puede malinterpretar, ya sabes... además después de ese día nos estuvimos ignorando y evitando por un tiempo, por lo que pensé que era por eso o no sé." La mayor habló, en todo momento mirando hacía abajo.

"Sí, está bien, no te preocupes, yo no lo había malinterpretado. A mi me pasó lo mismo que a vos, pensé que pensarías cosas que no son... pero bueno, ya se aclaro todo, ¿Verdad? ¿Nos volveremos a hablar como antes? ¿No nos ignoraremos?" Le contestó Ryujin y luego hizo una serie de preguntas. Ella estaba un poco preocupada de que Yeji diría que no, probablemente no lo haría, pero había extrañado mucho hablar con ella y no quería que esta le dijera que ya no lo podrían hacer más.

"Sí, ya está todo perfecto. Ahora veni a darme un abrazo. Te extrañe." Yeji pronunció y pocos segundos después Ryujin la abrazó por la cintura, mientras que los brazos de la pelirroja estaban entre los hombros y el cuello de la contraria. La sensación era cálida y reconfortante.

A Yeji le agradaba ese sentimiento.

"Yo también, tontita." Respondió Ryujin y estuvieron en esa posición por algunos segundos más hasta que se separaron.

Yeji notó que la menor tenía hoyuelos en las mejillas, estos le parecieron tiernos.

"Bien, ahora bajemos que dejamos a Yuna sola. Se debe de estar preguntando dónde estamos." Y como fue antes mencionado, las dos fueron, mano en mano, hasta el piso de abajo, donde la menor de las tres parecía estar buscándolas.

"Hasta que aparecen. ¿Dónde estaban?" Preguntó ella y luego dirigió su mirada a sus manos entrelazadas. La volvió a subir y las observó. Por su cara, se notaba que estaba desorientada pero no comentó nada.

De igual manera Yeji rápidamente soltó la mano de la más bajita.

"¿Qué?" Cuestionó Ryujin al ver que Yuna solamente se quedaba mirándolas.

"¿Pues van a responder o qué? ¿Dónde estaban y qué hacían que se fueron y me dejaron sola?"

"Estábamos en la habitación de Ryu hablando de algo importante." Explicó la pelirroja

"Está bien. Bueno, vayamos a ver una película." Sugirió la pelinegra y así hicieron, vieron una película, que estaba muy buena, y luego los Hwang regresaron a su casa y se fueron a dormir.


Soulmate - RyejiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora