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"Ryujin, yo quería preguntar por qué me... por qué me besaste." Habló Yeji, rascándose la nuca nerviosamente. La menor no respondió inmediatamente, pareció pensarlo un poco hasta que habló.

"Bueno, yo, ehh... no le sé... su-supongo que solo me dejé llevar por el momento..." Tartamudeó la rubia, jugueteando con sus dedos.

"¿Eso es todo?" Cuestionó la mayor, en cierta parte decepcionada por lo que acababa de escuchar.

"¿Por qué me siento desilusionada? ¿Por qué me gustaría que me hubiera dicho otra cosa? ¿Qué es lo que me gustaría que me hubiera dicho?" Se preguntó a sí misma Yeji, en ese momento había un millón de preguntas en su cabeza y no podía resolver ninguna.

"No, también quería decir que bueno, ehh... que, no sé para ti, pero al menos para mí el beso fue, emm, f-fue un e-error. Mira, yo no siento nada por ti y sé que tú no sientes nada por mí por lo que esta situación nunca tendría que haber pasado. Lo siento mucho por haberte besado Yeji, como ya dije me dejé llevar por el momento e hice cosas que no tendría que haber hecho. Perdóname, en serio no quiero arruinar nuestra amistad por culpa de una simple equivocación."

"Oh... Em, s-sí, yo concuerdo contigo... esto no debería haber pasado." Susurró Yeji con la voz entrecortada, llevándose una mano al pecho debido al insoportable dolor que empezó a sentir en su corazón. Esas palabras realmente lo habían lastimado como si de un cuchillo se tratara. Lo peor es que no entendía por qué le dolía, a ella ni siquiera le gustaba Ryujin.

"Oh, mierda. No llores. No llores. No llores." Pensó la pelirroja y se dio la vuelta para ocultar las lágrimas que comenzaban a acumularse en sus párpados.

Ella no podía dejar que Ryujin se enterara que sus palabras le afectaban, aunque no supiera exactamente por qué lo hacían.

"Y-ya arreglamos esto, ¿No? Ahora va-vayamos a decirle a Lia." Tartamudeó Yeji, sacando su celular de su bolsillo y mandándole un mensaje a Jisu para que ella pudiera por fin liberarlas. Unos segundos después la más bajita asomó la cabeza por la puerta ahora entreabierta, observando a las dos chicas.

"Dios, parecen incluso peor que antes. ¿Qué pelea pueden haber tenido como para que terminaran así?" Se preguntó la castaña a sí misma.

"Pueden salir." Dijo Lia puesto a que no quería empeorar aún más el asunto.

"Y-yo... voy al... baño." Se excusó Yeji. Empezó a caminar hasta el baño pero al ver que ni Ryujin ni Jisu estaban a la vista arrancó a correr. En el camino, sintió como una lágrima comenzó a caer por su mejilla y luego otra.

Al llegar, cerró la puerta y se sentó en el piso, abrazando sus piernas con su cabeza apoyada en sus rodillas. Podía sentir un nudo en la garganta y odiaba la sensación que le traía, era como si no pudiera respirar. El llanto y los sollozos tampoco ayudaban, solo lo hacían más difícil.

Por otro lado, al Yeji irse al baño, Ryujin y Lia quedaron paradas en la puerta de la habitación de la mayor. El silencio se apoderaba del lugar. Estuvieron así por eternos minutos hasta que la rubia habló.

"Lo siento Jisu pero me tengo que ir, me olvidé que tengo que, eh, hacer una tarea para mañana. Nos vemos." Se disculpó la menor, caminando hasta las escaleras y luego yéndose de la casa, sin siquiera esperar a que la contraria respondiera.

"Debería ir a ver cómo está Yej, hace un rato no parecía nada bien." Pensó Lia, yendo al baño y tocando la puerta.

"Ey, Yeji, ¿todo bien? ¿Puedo pasar?" Cuestionó la menor, preocupada por su amiga.

"Emm, s-sí, todo per-perfecto, ahí salgo, no e-entres." Escuchó del otro lado de la puerta y esperó a que saliera del baño. Una vez ella lo hizo, Lia se quedó quieta en su lugar, desconcertada. No podía creer lo que estaba viendo: los ojos de Yeji estaban algo rojos y un poco hinchados y sus expresiones faciales hacían obvio que estaba triste.

"Nunca la he visto llorar. Lo que sea que pasó entre estas dos tiene que haber sido algo muy fuerte." Pensó Jisu.

"Ya me tengo que ir, tengo que... estudiar para una prueba." Dijo la mayor, comenzando a irse pero siendo frenada por la castaña.

"¿Quieres que vaya contigo?"

"No gracias, tú quédate aquí con Yuna y Chaeryeong y diviértanse." Rechazó Yeji. En ese momento lo único que quería era estar sola.

"¿Estás segura?" Preguntó una vez más Lia.

"Sí, segurísima."

"Está bien, si tu lo dices..." La pelirroja luego de esas palabras se fue, bajando las escaleras, caminando hasta la puerta y saliendo de la casa. Jisu la siguió hasta la puerta y después de despedirse volvió a entrar, yendo hasta el sillón, donde estaban Yuna y Chaeryeong hablando, y sentándose al lado de ellas. Dejó escapar un suspiro, rendida.

"¿Qué pasó? ¿Ya arreglaron el problema?" Preguntó la menor una vez vio a la mayor.

"No lo parece." Comentó la pelirroja, mirando la expresión facial de Lia.

"¿Escaparon?" Volvió a preguntar la pelinegra.

"No, pero creo que ahora están mucho peor. Es decir, Yeji estaba llorando en el baño, nunca en la vida la he visto llorar. Ryujin también estaba mal, se fue apenas salió de la habitación."

"¿Qué crees que pasó?" Cuestionó Yuna.

"No lo sé. Intenta hablar con tu hermana, yo trataré con Yeji." Dijo Jisu. La menor asintió y luego decidieron poner una película para distraerse un poco pero apenas la pusieron empezó a llover.

"Está lloviendo, voy a llamar a Yeji. Espero que ya haya llegado a nuestra habitación. Ryujin seguro ya llegó." Habló la mayor, sacando su celular y llamando a la pelirroja.

"Hola Lia, ¿Qué pasa?"

"Nada, llamaba para ver si ya estás en nuestra habitación. Está lloviendo, no quiero que te enfermes." Contestó la menor.

"Sí, ya llegué, tomé un taxi. Nos vemos." Respondió Yeji.

"Nos vemos." Se despidió la castaña y luego cortó la llamada.

Aunque, en otra parte, la pelirroja en realidad seguía en la calle, caminando bajo la lluvia hasta el colegio.

"Mal momento para no haber traído un buzo. Yo sabía que tenía que agarrar uno por las dudas." Pensó Yeji.

Después de un rato, llegó al edificio de las habitaciones y entró a la suya. Se metió a bañar y luego de eso comió unas empanadas que habían en la heladera y se acostó en su cama. Tardó mucho tiempo pero finalmente, luego de algunas horas, se quedó dormida.

Soulmate - RyejiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora