Réquiem

68 10 33
                                    

- Habría dormido a lo sumo tres cuartos de hora. Y al despertar Ranpo ya no estaba. Así de rápido. Ni siquiera pude despedirme - Yosano hablaba con la voz rota en mitad de un completo silencio. Nadie se atrevía ni a respirar más alto de lo normal para no interrumpir la declaración.

Lo que no contó era que en medio de la tristeza por haber perdido a la persona que era casi como un hermano para ella, se había dado cuenta de la sonrisa que había en la cara de Ranpo. Una sonrisa mucho más genuina que las que había estado esbozando desde que le diagnosticaron la enfermedad.

Ver eso había mitigado bastante su pesar. Por un momento algo había despertado en su subconsciente el recuerdo de otro amigo que también la había dejado. Pero esa pequeña sonrisa le había hecho darse cuenta de que la situación no tenía nada que ver. Él se había ido por sus propios medios y, aún en la muerte, no parecía en paz.

Claro que ni por un momento había sido lo suficientemente ingenua como para creer que la muerte de su amigo hubiera sido producida por causas naturales, pero no sentía resentimiento alguno hacia quien hubiera podido hacerlo - ya en ese momento tenía alguna que otra idea -. Solo gratitud por haberle dado aquello para lo que ella no habría tenido valor: paz.
Claro que Fukuzawa no se lo tomó así.

Dazai no había perdido palabra de la declaración de Yosano y por su expresión y su tono de voz ahora sí que lo sabía. Ella no le guardaba rencor, aunque sí que le hubiera gustado haber estado enterada para decirle adiós a Ranpo. Ya lo sospechaba, pues a diferencia de Kunikida ella jamás le había gritado ni dicho cosas de las que luego podría arrepentirse. Pero tampoco había hablado con él tras su arresto. Estaba sorprendido. La confirmación de que no le odiaba le había alegrado bastante. ¿Qué le pasaba? Pensaba que le daría igual la opinión que tuvieran de él sus compañeros pero al parecer no era así.

- Fukuzawa-san llegó a la habitación un par de minutos más tarde. Yo todavía no le había dicho nada a nadie. Supongo que acudiría movido por un presentimiento. Se le veía algo más descansado, aunque traía una expresión de preocupación que no se molestaba en disimular. Apenas entró, lo supo. Se acercó a la cama y ya no pudieron apartarlo de ahí de ninguna manera.

Fukuzawa se estremeció al recordar ese momento. Hasta entonces había pensado que el peor momento de su vida había sido cuando trabajando como agente del gobierno durante la guerra había tenido que asesinar a unos políticos partidarios de continuarla. Durante los meses que siguieron a la masacre se había sentido profundamente culpable y avergonzado y por un tiempo dejó de ser capaz de emplear armas. Entonces se había fallado a sí mismo. En ese momento le había fallado a Ranpo, que era mucho más valioso.

Cuando había conocido a Ranpo le había parecido el niño más impertinente que había visto en su vida. Unas horas después ya había decidido que lo iba a proteger a toda costa. No sabía bien por qué. Hasta ese momento a lo único que había aspirado era a tener un gato.

Él, que había rechazado incluso unirse al ejército con su amigo porque no le gustaba trabajar con más gente, había acabado fundando una agencia de detectives para que Ranpo tuviera el lugar perfecto para desarrollar su potencial.

Había llegado a querer a ese niño como si fuera su propio hijo. Era mutuo. Sabía que Ranpo también le amaba.
Y de repente... Ya no estaba.

- Mientras abrazaba a Ranpo, me preguntó qué había pasado. Yo no sabía cómo explicarle que me había dormido y al despertar ya estaba así, pero se lo conté todo. Él no me culpó. Y lloró. Jamás le había visto llorar hasta ese momento.
Avisé a los doctores. Era algo necesario. La noticia voló. El cuerpo todavía estaba caliente cuando la prensa se enteró de lo sucedido. Parecía una pesadilla. Apenas lo sabían nuestros compañeros y ya los periódicos divulgaban la noticia por todas partes. Todos estaban ansiosos por anunciar que el mayor detective del mundo había fallecido.

Buenas noches (una historia de Bungō Stray Dogs)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora