Happy pills

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- ¿Le viste la cara a la persona que te apuñaló?

- ¿Eh?

Dazai se estaba despertando de la anestesia y lo veía todo borroso. Adoraba la anestesia. Lo llevaba... A la nada. Esperaba que morir fuera así. Claro que eso solo hacía que despertar se le hiciera aún más difícil. Y más cuando ni había terminado de abrir los ojos y ya tenía a un tipo haciéndole preguntas.

- Que si le viste la cara a tu agresor.

- Buenos días.

- Es de noche.

- Buenos días. Acabo de despertarme, para mí es por la mañana. Yo soy Dazai Osamu. Encantado.

No era un fan de las normas de cortesía pero en ciertos momentos prefería tomarse las cosas con calma y no ir directo a un interrogatorio policial.

- Sé quién eres. ¿Viste...?

- Venga, hazme ese favor. Yo también te conozco, pero sería mucho más agradable fingir lo contrario.

- Tetchō Suehiro, teniente de la policía.

- Así me gusta. Cuánto tiempo, creo que la última vez que nos vimos fue cuando me arrestaste por el asesinato de Ranpo.

- Sí - dijo con un tono más firme -. ¿Te llamó...?

- Era una persona - dijo Dazai con expresión pensativa, como si intentase recordar los detalles pero le costase -. No tenía un tercer ojo ni dos narices. Y desde luego solo poseía una boca.

El oficial de policía sabía que ese interrogatorio iba a poner a prueba su paciencia. Así que, para soportarlo mejor, se había llevado una bebida que siempre le hacía animarse. Le dio un trago y procuró no estrangularlo.

- Hala, ¿por qué a mí no me has traído nada?

- Es chocolate caliente con salsa teriyaki. ¿Quieres?

La cara de Dazai fue un poema.

- Quiero morir, pero esa muerte suena demasiado dolorosa. Creo que debo rechazar tu amable oferta. No, gracias.

- Más para mí. ¿Una galleta?

- ¿De qué son?

- De salmón y verduras. Muy nutritivas - dijo enseñándole una cajita de galletas con forma de pececitos.

- ¿¡Son galletas para gatos!?

- ¿Ah, sí? - Tetchō miró con más atención el recipiente con un gato dibujado -. No me había dado cuenta. Bueno, están buenas igualmente. Y le van bien al chocolate. ¿Estás seguro de que no quieres?

- Bastante. Quitarles la comida a los perros lo comprendo. ¿Pero a los gatos?

- Comida es comida - dijo Tetchō mientras se encogía de hombros -. Si te apetece algo que te haga hablar, dímelo. Hago unos smoothies de larvas de mosquito con guindilla picante buenísimos.

- Un trato. Tú no me hagas beber eso y yo te contaré lo que quieras saber.

- Hecho.

El policía parecía complacido con sus habilidades de negociación. Luego se burlaban sus compañeros de él pero no creía que ellos fueran capaces de hacer hablar a Dazai tan rápido.

- No me fijé bien en sus rasgos, la verdad. Todos los guardias me parecen iguales - dijo como si no fuera capaz de describir con pelos y señales a todos los guardias que le habían tocado -. Pero sí me fijé en que el uniforme estaba bastante arrugado - las mejores mentiras eran las que se mezclaban con verdades.

Buenas noches (una historia de Bungō Stray Dogs)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora