Min Yoongi es un alfa que nunca ha creído en esas historias de niños, de que algún día llegará a tu vida tu pareja predestinada y que el orden natural debería ser un alfa para un omega o viceversa.
¡No! El cree en que el destino lo forja uno mismo y es por eso que a sus veintisiete años es un hombre exitoso, como productor de música y dueño de su propia compañía disquera. Independiente y seguro de sí mismo.
Pero ese no es el resumen de su vida.
Min tiene un socio, otro alfa que fundó la empresa junto con él. Uno que es su mejor amigo desde que recuerda, que comparte su pasión por la música y sus opiniones sobre eso de que eres tú quien decide con quien estar y qué tipo de relación quieres tener. Jung Hoseok.
Hoseok también de veintisiete años y un alfa igual de dominante que Min, o Suga como él lo llama. Hoseok, o J-Hope, como es conocido en el mundo artístico ha levantado su éxito a base de esfuerzo y trabajo en equipo con su socio y amigo de juventud.
Pero es que aquí es donde las cosas cambian. Ellos son más que socios, mucho más que amigos. Si, ambos son alfas, pero se han acoplado demasiado bien el uno al otro y no saben desde cuándo, o como fue que llegaron a eso. Ellos son pareja. Una pareja sentimental que no es bien vista ante la sociedad, por el hecho de su condición de género.
Pero a la mierda, la sociedad. Tanto su parte humana, como su parte animal están en sintonía. Se quieren, se llevan bien y es todo lo que importa. Tampoco es como si pudieran, o quisieran formar un lazo. Ninguno de ellos quiere convertirse en un Delta, y no es como si tuvieran la necesidad de enlazarse. Sí, es verdad que sus lobos se complementan y se reconocen como pareja, pero el instinto no los lleva a querer dominar al otro o a ofrecer sumisión como se supone que es en parejas de alfa y omega.
Eso está bien para ambos, pues no les gusta seguir la norma, ni los estereotipos. Por eso mismo es que su relación no es pública. No la niegan, si se los preguntasen, pero tampoco la andan exhibiendo. Eso no es para nada profesional.
***
Park Jimin es un omega de veintidós años, que cree fielmente que algún día llegará su alfa predestinado a reclamarlo, hacerlo suyo y ser una pareja feliz, con un lazo que los una de por vida.
Él estudia música en la universidad. Canta, baila y está estudiando para algún día hacer sus propias canciones, cantar, bailar y producir su trabajo. Se está esforzando mucho para poder lograrlo. Es un chico que ha salido adelante, solo, los últimos cuatro años, desde que perdió a su familia en un derrumbe, en el edificio donde vivían.
Necesita urgentemente un trabajo, pues la beca que tiene gracias a su promedio académico no es suficiente. Todo está caro y tiene demasiados gastos que cubrir. Trabajaría de lo que fuera, con tal de poder sobrevivir hasta terminar su carrera y dedicarse a lo que mejor sabe hacer... música y danza.
Jimin es el típico omega cliché, pero es muy respetuoso de los gustos y preferencias de las demás personas. Ha visto y conocido algunas parejas de la misma condición de género y eso a él no le molesta. Cada quien es libre de hacer o actuar como mejor le plazca, si eso los hace felices. De hecho, sus dos amigos de infancia son un claro ejemplo de eso. Una pareja de omegas que se quieren desde que él tiene memoria y eso está bien. Lo importante es tener a quien te haga feliz.
Él sólo espera poder encontrar algún día a un alfa que le de esa felicidad.Pero eso sí, un día que no sea muy pronto. Él aún tiene que terminar la universidad y cumplir sus metas y para eso necesita un trabajo de medio tiempo tan pronto como le sea posible.
🐺🐺🐺
Honestamente, esto a mi ya me da una pena mortífera. Pero siguen preguntando por la historia y pues... aquí la tienen (por 293829384 vez).
Capítulos cortos.
Historia principal con extras + 2 spin-off de parejas secundarias.
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INOPINATUM |YSM|
FanfictionMin Yoongi es un alfa de veintisiete años y dueño de su propia compañía disquera. En sociedad con Jung Hoseok, otro alfa de la misma edad. Hombres liberales y poco creyentes en esa mierda de los destinados, un alfa para un omega, ni los lazos de par...