Pétalos Falsos

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Te mostré mi fragilidad,
te mostré cada grieta de mi silueta.
Te di cada pedazo de mí, uno por uno.
El baúl de mis dádivas acumula polvo
sol a sol, acumulando cada mar en cada cristal.

Dime, ¿dónde estaba yo?
En las sillas oxidadas, viendo los campos verdosos
esperando tu llegada por los senderos,
senderos por mí sembrados,
aguardando por ti, anhelando el nosotros.

Esperaba con abundancias de rosas
en lo que solía ser nuestra alcoba.
Quité cada espina de cada una de ellas.
Ahora el color vino se evapora.

Sus pétalos caen
y con su ahora deterioro
ellas de mi cuerpo se llevan
los quebrados restos.

Frasco de cristal puro, reposan las floras.
Con alfileres creciendo en sus interiores.
Cada hojuela conteniendo mis historias.
Cada espina apresando los dolores.

Amabas mis manos,
amabas mi prosa,
pero tal vez las amabas
tanto como me amabas a mí.
Era una maleza pretendiendo ser rosa.

Escapé, ahora estoy en el barranco.
Intrépidos vientos golpean mi cara.
Pétalos falsos impregnados en mi piel.
Mar abatido de lágrimas mías,
lágrimas con tu nombre en sus etiquetas.

La casa risueña del campo
no espera más por tu llegada
mientras ahora anhela por la mía.
Acompañante de mi melancolía,
melancolía ahora acabada.

Los libros en orden ahora están,
el polvo no se acumula más,
mis cristales de agua en la basura están,
un acompañante causándote la paz,
no pretende ser lo que no es, porque lo es,
y de mi ausencia no hay más interés.

Nunca hubo alguno.

Las prosas que flotan sobre mis aguas: Lágrimas Reprimidas | RecopilaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora