El Partir

8 4 0
                                    

Si querías que soltara tus brazos para poder sentir tus venas nuevamente, simplemente hubieras devuelto mi sentimiento para poder desvanecerme como mis lágrimas en mar.

Las marcas de mis dedos impregnadas en tus muñecas están, espero notes lo mucho que intenté seguir en flote cuando veas las horas.

En tus mejores barcos, buscando nuevas tierras, dejándome en el puerto, había puesto nuestras manos juntas en la cerámica y ahora solo tengo tu falsa mano junto a mí.

Levantas tus anclas, pero hace mucho lo hiciste, pero solo puedo recordar eso, mientras ellos dicen cosas que ni siquiera puedo escuchar, porque el silencio tuyo que aún recuerdo fue más ruidoso que las voces de los opresores.

Ahora no sé si las olas han absorbido tu cuerpo o si las sábanas de alguien en nuevos continentes han impregnado tus olores.

Y yo no esperaba, no lo hacía, porque sabía que no volverías. Era un diamante abandonado que perdió su brillo porque te lo llevaste contigo, pero aún no entiendo el porqué de todo esto, el porqué de mis rodillas sobre clavos salientes de un muelle en mal estado.

El porqué de mis cabellos empiezan a convertirse en raíces sobre las maderas mordidas de un puerto comercial. Yo solo esperaba que el mar me diera la respuesta que no pudiste darme.

Aun cuando suplique entre la multitud despidiéndote como si fueras el gran dólar centroamericano, como si fueras digno de tu cara plasmar sobre títulos de ejemplo de un buen hombre.

Mis pinturas se han secado sobre mi cuerpo, la sangre de mi abandono, el sonido de las olas es tranquilizador, pero sigo alimentándolas porque no me cantan lo que quisiera escuchar, una sola razón, lo más mínimo, ¿por qué me dejaste encadenada como si del ancla de tu barco me tratara? Y aun así no estoy contigo.

Ahora déjame tendida con amabilidad, no me dejes en un limbo con pendientes por realizar, déjame vivir en los paraísos, pues creo siempre haber dado lo mejor de mí. Pero, ¿realmente merezco reposar sobre las nubes si servía a los pies de un diablo mismo?

Busco desesperadamente entre los cajones papeles donde me hayas dejado explicaciones las cuales me hagan comprender el porqué, ¿por qué buscar más? ¿No fui más? Pude haberlo sido si me lo decías, no dejarme sobre las destrucciones de un matrimonio renunciado.

Entonces, si vuelves, tus perlas preciosas habrán sido robadas, y por dónde navegues, lo que alguna vez fueron mis amores deseantes flotarán, y no me encontrarás, porque la marea me habrá llevado. El sol me abandonó, y no podía verlo hacerlo más.

Ahora las azules me abrazarán, y me dirán que ya no tengo que buscar más, pues no podré hacerlo, y créeme, que será lo mejor, porque es atroz dejar morir a alguien, y ya no habrá nadie muriendo por tu partir.

Las prosas que flotan sobre mis aguas: Lágrimas Reprimidas | RecopilaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora