Jazz en Paris

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Las bancas de madera barnizadas, observando conmigo los románticos encadenando su amor, a los amantes sobre helados de distintos sabores, los compañeros sobre lo más alto de una ciudad creyendo que lo tienen todo, nosotros solíamos pensar eso, ¿recuerdas?

Siendo honesto, no creo que lo hagas, pues yo era el único que pensaba que lo tenía todo con un corazón de papel sobre mis manos y tú con el mío en sangre sobre las tuyas. Las alturas nunca me agradaron y eres consciente de que opinaba que era una mala imagen para la capital del amor.

Pero los vientos querías sentir, suponer que podías volar, y lo hiciste, pero me dejaste aquí sobre las tierras, y es frustrante, realmente lo es, porque una ciudad de los amantes siempre fue mi sueño, y ahora que mi silueta abandonada aquí reposa, quiero abandonar este encantado lugar.

Se supone que deberías estar aquí a mi lado, sobre las maderas moldeadas, nuestro punto de encuentro, compartiendo un solo helado para dos personas, pero ahora lo capto, era muy poco para nosotros dos.

Entonces, ¿debería seguir? ¿Levantarme de estas bancas donde dejo crecer mis frutos por una larga espera que nunca terminará? Pero, es la ciudad, mi ciudad, la arruinaste para mí, pero no puedo simplemente dejarla atrás, no puedo.

Una esperanza de que tal vez puedas regresar en alas a disculparte y amarme por fin, aunque tal vez las voces en mi cabeza solo están tratando de negar el hecho de que robaste mi corazón y nunca lo devolverás, y mientras siga en tus manos siempre te querrá.

Solo quiero quedarme aquí, hasta que el puente quiebre como lo estoy yo, que mi pena sea más pesada que el amor de todos los demás e inunde lo que alguna vez amé, matar lo que alguna vez soñé. Hacer que los saborizantes pierdan su color y dulzura, hacer que los amantes cumplan sus promesas de "hasta la muerte", hacer que las alturas bajen, solo desaparecer esta ciudad.

Y entonces escucho los vientos melódicos, y recuerdo esa noche en la que te fuiste. Me dijiste que escuchara los acordes que presentaría algún artista que encontramos mientras vagábamos por las calles de un extenso palacio.

Las rimas gritaron tu amor, entonces te entregué y exclamé el mío cara a cara, pero solo querías disfrutar de la melodía. Pusiste una sonrisa de notable actriz tapando una mirada sombría, entonces al siguiente día me encontré dónde reposaría mi cuerpo ayer, hoy y mañana.

La agonía me recubre, pues en una ciudad de armonías, siempre me recordará la forma de tu ser y el cómo acariciabas mis cabellos hasta caer dormido, pues contigo rondaba por estos lugares desconocidos que alguna vez fueron hermosos. Ahora solo puedo observar los charcos de lluvia interrumpidos por las caminatas de brazos entrelazados.

Antes éramos unos de ellos, ahora noto los rastros de aguas torrentosas que cayeron.

Entonces, ¿debería seguir? ¿Levantarme de estas bancas donde arrancaría mis raíces para mirar hacia un horizonte y dejarme caer? Dejarme llenar por las aguas, así poder escuchar los cantos de las olas y desaparecería de mis recuerdos el jazz en París, junto con todos mis demás sentimientos que alguna vez sentí contigo.

Las prosas que flotan sobre mis aguas: Lágrimas Reprimidas | RecopilaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora