Amores Nunca Contemplados

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¿Por qué crees que hui en brazos de alguien más? Lo erróneo en tus pensamientos está, pues me hundí en la muerte de nuestro amor, tratando de asimilar todo, y deseando las quemas de mi ser estás, pues crees que los cielos falsos los ilustré yo, pero créeme, no había cielos algunos, pero yo los pinté con mi propio dolor para que mínimamente hubiera algo de lo que alguna vez llamaste “sacrificio”.

Porque dime, ¿dónde estabas mientras te entregaba todo mi ser? Revelando mis impurezas más imperfectas hacia tus vistas, para ser recibido por un escape injustificado, tratando de ser justificado, pero dime, ¿cómo hay justificación para la real mentira en cara misma? Las gotas de sabiduría que salían de tus labios bebí desde abajo y las ideologías de un amor auténtico desaparecieron sin dejar rastro, se asustaron, así como el anhelo que llegué a tener algún día de tocar tu rostro.

El desborde del reflejo en el espejo me abraza, pues lo que antes era una danza de vistas amorosas y sonrisas armoniosas, ahora era una guerra donde tus palabras causaron el reboso de mi cuerpo acechado por mis credos alguna vez codiciados, preguntándose por qué abrasaste la gran campana de mi pecho, cuando las flores solo bailaron por tus allanamientos en lo que era mi manuscrito a puño y letra escrito.

Fue como una caída, vi al espejismo de tu cuerpo empujarte para destruirte, y me dolió demasiado, porque me esforcé tanto en el altar de tu nombre, pero el peso de tu declive cayó sobre mis temores, y sus grietas abriste por completo, haciendo escapar a la abundancia de los demonios que lamentaban por sepulturas de corazones que fueron destrozados, y todos ellos fueron una parte de un cristal insignificante que ahora hay dentro de mí, sostenido por los hilos de los cortes más ansiosos.

Y por un momento me hiciste genuinamente creer que por fin mi esencia en decadencia era amada, pero ahora nuevamente estoy deseando el amor de otro quemador de mis cartas que mantiene mi alma descuidada en las esculturas de mi fragilidad. Ahora imaginas que mis risueños más vívidos se relajan sobre los labios de alguien más, pero ¿cómo podría ser eso cierto? Si robaste toda risa apareciente de un amador ahora lamentado.

Y dime, ¿con quién piensas que pude huir después de dar la apertura a las preferibles galerías del arte de mi amor? Amor que se convirtió en sufrimiento que gritaba por tu roce, por el querer de algo de ti, pues prometiste las lunas de Saturno, pero me dejaste colgando sobre tus barbillas y dejándome con el deseo de querer algo más de ti, tu poco sacrificio hizo parecer tu desaparición, ¿entonces dónde se fueron los astros?

Y ahora tratas de alcanzarme, pero tal vez tratas de arrebatar más de mí, aunque no queda nada del cual hacerlo, pues las raíces me abrazaron y me ocultaron para llorar por tu alevosía hasta la infinidad de mi existencia. Entonces no tienes derecho a juzgar mi escape, porque deserté con la defunción de mi confianza hacia los varones embozados, jurando amores nunca contemplados, pues por alguna razón, nunca fueron avistados, pero fueron combatidos para poder serlos.







Las prosas que flotan sobre mis aguas: Lágrimas Reprimidas | RecopilaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora