Un revelde amor. Capítulo 12. Candy conocía aquel corte elegante y discreto, las telas y los colores... Le recordaban tanto a su madre... Y a hora ella era la única swayt. Hija de rosmery, y de Albert andry. También se lo había dicho terry, y a candy se le quedo el corazón, latiedole, como un loco, incapaz de procesar lo que había hecho, y lo que se ignificaba, - terry le dijo ya es hora que aparte de serlo también lo parezcas. Terry hizo que le subieran los baules de la ropa, y le dijo que en la noche usará, un vestido para, la cena, pero cuando candy había bajado a cenar la había regreso dos veces, por que no había, convinado bien las prendas... A candy no le habían quedado ganas de cenar con el. Al centrarse a la mesa, con la espalda recta y las mejillas sonrosadas, encendidas de ira, por que seguía tratándola como una niña pequeña, ella no le había espetado. No es que tenga muchas ocasiones en el día a día Para vestirme así, además ella no era rosmery swuay. Y ella sentía que terry quería que ella ocupará el lugar de su mamá y para candy era muy doloroso, eres candy andry swayt. Le había corregido en un tono suave, y firme. - naciste para llevar esa ropa, ella había esperado con los puños apretados y la cabeza agachada, sus manos estaban en su regazo. Candy esperaba que la cocinera se retirara después de servir la mesa, para comfrontrarlo. Cuando se quedaron a solas le dijo candy esta ropa no es para mi, no me gusta, parezco una adolescente en un baile de graduación con un vestido que no va con su edad. - Terry lo dijo lo que pareces es una chiquilla quisquillosa hablando así. - ese vestido te queda como una obra de arte siempre y cuando ignorando, tu seño fruncido, ¿quieres ser una obra de arte candy ? ¿O prefieres ser alguien mediocre? Terry le había preguntado levantando las cejas. Candy le había mirado furiosa, por que era lo más fácil, en vez de que analizará las intensas emociones que se desarrollaban en su interior: añoranza ira y dolor... Candy se sentía muy insignificante para, aquel hermoso vestido que llevaba. - y candy le contesto a terry, y si te terrefieres a con {{ mediocre }} a que siga soltera, libre y arreglándome las sola, - le había aclarado, - candy, - y si eso es lo que yo elijo. Terry levanto la copa en un brindis irónico. Como renunciando, hacia tiempo a razonar con ella, - y terry le contesto piensas más en el legado de tus padres, candy y no en tu libertad, - Le contesto terry. Desde ese día había sido como una variación, y pronto había comprendido candy qué aquella no era una prisión, y que terry la había llevado allí para pulirla, para moldearla para convertirla en la esposa perfecta, para el. - no soy tu frankestein, candy lo había enfrententado, al cabo de una semana, durante la cena. - terry había estado aleccionandola, desde los entrantes de la cena hasta el postre, sobre que debería decir, y que tema debería evitar, cuando tuviera que e tablar conversaciones, e. Los actos que tenían que asistir, cuando pasara hacer su socia. - ¿que se supone que se ignifica esto? Inquirio terry con arrogancia. - candy le respondió que no puedes hacer como si fuera un trozo de tela con mi vida, y luego volverme a coser para hacerme una versión mejorada a tu gusto, que haga siempre lo que mandes. Le expreso candy irritada. - terry le respondió creí que lo que estaba haciendo era explicarte, cual es tu lugar en el mundo, no en el mio, terry detestaba cuando es. Peleaba ese tono con candy tan condesendiente. - Candy le respondió quedaras decir tu mundo más no el mio había insistido. - pero terry, no se había dignado a responder su acusación, y ahora sabía por que: por que cada día que pasaba candy sentia qué se traicionaba más así Misma. - candy tenía que admitir que se sentía más cómoda en la ropa que llevaba qué era la qué terry insistía en que deveria de usar, como los Jersey de cachemir, y los pantalones de vestir, cuando ella se había puesto vaqueros y sudaderas de algodón, cuando la ropa que usaba era diferente a la de una universitaria, de pronto dejo de verse como, la chica que era, y al poco tiempo candy dejó de sentirse, como una impostora. Más cuando se ponía uno de los hermosos vestidos de noche, con los que bajaba a cenar. También empezaba a cuidar más su peinado. En vez de hacerse el mismo recojido. Qué se hacía antes, hasta selecionaba con más cuidado los zapatos y los accesorios, de sus prendas, era como estar callendo en la trama de ser como el quería, más cuando veía su reflejo en el espejo era el de una mujer que ni ella misma se reconocía, una mujer elegante que se estaba convirtiendo en la esposa perfecta, encontrá su voluntad, era como si no pudiera detener el cambio, esa noche candy lucia un vestido de la nuevas colecciones de vestidos de su propia empresa, era de color violeta, largo y suelto con volantes, sobre un hombro, y el otro desnudo, con la ayuda de su doncella, se había hecho un peinado cruzado con trenzas, y se había puesto unos pendientes, largos de diamantes, que habían sido de su. Madre, incluso se había aplicado una gotas de perfume en las sienes, en las muñecas y en el cuello, no se había preguntado por que se había tomado tantas molestias, o quizás había evitando hacerse esa pregunta hasta ese momento, cuando bajaba, por la escalera camino al comedor, mientras se oian de fondo las campanadas del reloj, de pie del salón dando la hora. Terry estaba de pie de la escalera, vestido con un traje, gris, qué Acerntuaba, su físico atretlico, y nortabade elegancia y ese aire implacable, y amenazante que tenía. Presetaba el aspecto de un lobo feroz disfrazado de un príncipe azul. A un qué tenía la mandíbula apretada, la observaba como envelezado, candy lo pillo desprevenido mirando la avertura de la pierna, que bajaba la avertura desde la mitad del muslo, candy quería decir algo, que rompiera el hechizo, que aumentaba, con cada noche. Y en ese momento era particularmente letal. Era peligroso permanecer callada más cuando terry la miraba, así. Pero candy fue incapaz de articular cualquier palabra. Cuando llego a abajo, terry le estiró el brazo, tan formal y correcto... Aquello debería de hacerle reír, de lo ridículo:qué resultaba pues no estaban en un restaurante:daría igual que cenaran en un chandal aquello no era nada más que un juego, una ficción, sin embargo,no se rio. Una extraña sensación de euforia la había invadido. Sin embargo se sentía más viva de lo que recordaba, ni siquiera en New York. Y el hombre que tenía a lado tenía que ver con ello. No sabía explicar que, la recorría un cosquilleo por dentro, como la suave caricia, de su vestido al andar, como la que sentía de su mano, cuando había aceptado su brazo. Cuando terry la condujo hasta su silla, y se le acercó para que se sentara, candy se sentía temblorosa y algo mareada, era por el brillo de esos ojos color azul zafiro, pensó candy cuando. terry se sentó enfrente de ella, era por el modo que la miraba como si supiera que estaba pensando candy, y tuviera toda la intención de usarlo encontra de ella, terry no hizo el menor esfuerzo por romper el silencio, y por momentos pensó que iba a explotar. - candy le preguntó ¿cómo conociste a mis padres,? Candy tenía duda de cómo habían conocido a sus padres, de pronto terry le sorprendió la pregunta, pero disumulo rápidamente. - tu mamá era aficionada, al fútbol y sus ojos azul zafiro, brillaron con, afecto. - a tu madre le apasionaba de hecho el fútbol, mientras candy trataba de asimilar la información, aparecieron unos sirvierntes y sirvieron. - candy preguntó ¿le gustaba el fútbol? A candy le costaba creer que su madre el ícono de la moda. La señora rosmery swayt. Le gustaba el fútbol. Candy se imaginaba a su mamá vestida con los colores del equipo de fútbol. Terry le dijo que a su padre Albert, le gustaba el rugby, pero tu mamá era fanática del fútbol. - le confirmó. ¿Era una sonrisa eso que estaba por salir de sus labios? . Cuando me retiré y puse mi propio. Continuara
ESTÁS LEYENDO
Un rebelde amor
Lãng mạnUn fanfics de Candy y terry. Es una adaptación. Sin fines de lucro, los derechos de los personajes no me pertenecen son de keiko nagarita. Es una historia donde el recuerdo del rencor, y el resentimiento y el anhelo de la libertad, llegará a límite...