Capítulo 4

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Cuando Sirius se fue, James se quedó muy inquieto, sabía que las cosas no estaban saliendo bien y fue peor cuando volteo a ver a Dumbledore buscando una solución pues vio a Lily en la parte de atrás con una mirada en blanco, él estaba seguro de que ella había escuchado toda la discusión, la pelirroja lo miro con disgusto y se fue a su habitación, James arreglaría eso después.

-¿Qué vamos a hacer?- el hombre sentía que en cualquier segundo entraría en pánico.
-Tranquilízate James, no hay nada de qué preocuparse, ahora, manda a llamar a Peter y dile que venga él será el guardián secreto.
-¿Qué hay de Remus?- pregunto confundido James.
-El está intentando convencer a los hombres lobo que se unan a nuestra causa, está demasiado expuesto a la oscuridad, necesitamos a alguien cerca.- James asintió.

Dumbledore realmente no quería que Sirius fuera el guardián, él sabía que Black no vendería jamás a sus amigos así le costara la vida, así que había planeado desde el principio sembrar la semilla de pedírselo a Peter, su idea era que fuera plan de Sirius, manipular las cosas para que él lo postulara, pero se había deshecho de Sirius mejor de lo que esperaba, haciendo que mostrara sus verdaderos colores, el gran Dumbledore siempre sospecho que el joven Black pertenecía a la oscuridad, hubiera estado más complacido si hubiera podido borrar sus recuerdos, pero no se podía tener todo en la vida, ahora solo faltaba que como pensaba, Peter los traicionara y entonces Voldemort buscaría matar a toda la familia y asi el gran Albus Dumbledore lo vencería vengando a una de las familias más respetadas de la luz.

-Peter será una mejor opción, a pesar de que Sirius resulta ser un traidor la gente no lo sabrá, y debemos mantenerlo de esa manera, que todos piensen que él es el guardián del secreto, para que lo busquen a él y no vean que el verdadero es Peter.- dijo Dumbledore ya pensando en a quien responsabilizar por ser el traidor.
-¿Pero no sería mejor desprestigiarlo?
-Primero es tu protección y la del niño de la profecía James, eso es lo primero.

Peter llego a la casa muy desconcertado, Dumbledore le explico lo que estaba sucediendo y Peter acepto rápidamente a ayudar, demasiado rápidamente para gusto de James pero Dumbledore no le dio importancia, hicieron el encantamiento fidelius y despidieron a Peter agradeciendo su apoyo, Dumbledore se quedó un momento más y hablaron de otras cosas y cuando finalmente se marchó James con un suspiro, fue a su habitación, donde encontró a Lily sacando sus cosas.

-¿A dónde crees que vas? Sabes que no puedes irte, quien tú sabes...
-Cállate James, no quiero saber ni que me digas nada, suficiente daño me has hecho, pero estoy dispuesta a protegernos, de igual modo, sé que no puedo salir con tantas salas que hay aquí, pero no hay poder humano que me obligue a seguir viviendo a tu lado, me mudo al cuarto de Harry.
-Pero Lils, eres mi esposa, y te amo, no hemos estado juntos desde poco antes de que naciera Harry, yo todavía te quiero conmigo.- él se acercó a abrazarla pero ella lo manoteo.
-¿Crees que querría estar contigo después de lo que me hiciste? ¡Abusaste de mi James! Me das asco, y ni creas que te voy a dar la oportunidad para que sigas dosificándome, ya le dije a mi elfina personal que tiene todo el permiso de mandar a freír espárragos a cualquier elfo que quiera alimentarme ¿Entiendes? Y si haces algo en contra de ella te juro James que prefiero morir de hambre que seguir pocionada por ti.

Lily salió de la habitación y James se sintió desolado, había perdido al amor de su vida, él sabía que debió retirarle las pociones hace mucho, para que ella se enamorara verdaderamente de él pero le había dado tanto miedo de que ella se fuera a buscar a Severus que prefirió continuar con la mentira, ahora, había perdido a su esposa, ella se llevaría a su hijo y su mejor amigo lo odiaba, solo le quedaban Remus y Peter pero Remus estaba lejos, por primera vez en años James se sintió muy solo.

-Mitsy.

La elfina del Lily apareció, y lo miro con recelo, James sabía que quizá no funcionaría lo que estaba pensando pero tenía que intentarlo.

LA LLAMADA DEL LADO OSCURODonde viven las historias. Descúbrelo ahora