🔒𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟎𝟐𝟓🔒

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Capitulo veinticinco  ▍
❝ La silla de roble ii.

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Voz en off (Nico)
Dicen que uno cree que el tiempo lo arregla todo: con el tiempo te va a amar, con el tiempo la vas a olvidar, pero también dicen que el tiempo no arregla nada, que el tiempo arrasa, y lo que el tiempo rompe no se arregla, dicen.

Dicen que el tiempo es la fuerza mas poderosa, los arqueólogos luchamos contra eso, tratamos de rescatar objetos, historias, y tratamos de salvarlas del paso del tiempo, pero el tiempo avanza, avanza y avanza...
El tiempo no es malo ni bueno, algunas cosas las destruye, a otras las vuelve mejores, como a un buen vino, y están las que resisten al paso del tiempo, como esta silla de roble, el tiempo pasa y el roble sigue intacto, como los sentimientos nobles, que pase lo que pase no mueren con el tiempo. Porque el tiempo pasa y se olvida de mí, de vos, pero aún no puede olvidarse del amor.


JULIETA SE PARÓ FRENTE A ESA CASA. Sus piernas tambalearon, era tan extraño estar en ese lugar que había dejado atrás hace años. Cada ladrillo y cada ventana eran testigos mudos del accidente que la obligó a huir, un pasado que aún se cernía sobre ella como una sombra ineludible.

El plan que había ideado durante el viaje, sobre lo que diría o haría al llegar, se desmoronó al instante. Sus pensamientos se volvieron confusos y difusos, incapaces de materializarse en acciones concretas.

Al estar ahí parada se quedó totalmente inmóvil sin saber qué hacer. Las memorias empezaron a inundarla como un torrente imparable: las risas que resonaban en el patio o el eco de las voces de ella y su hermana cantando y bailando flamenco con sus padres.

Lo único que sintió fue un dolor insoportable en el pecho, una enorme angustia que la hacía sentir como si estuviese a punto de explotar. Cada latido de su corazón era como un tambor que resonaba en sus oídos. Las manos de la gitana temblaban, y tuvo que aferrarse al bolso que colgaba de su cuerpo para evitar que sus piernas cedieran por completo. Podía escuchar el eco de su propia respiración entrecortada, y el nudo en su garganta parecía crecer con cada segundo que pasaba.

Sus ojos se llenaron de lágrimas, y la visión se le nubló momentáneamente. La imagen de la casa se desdibujó, pero el dolor no disminuyó.

𝐏𝐑𝐄𝐓𝐓𝐘 𝐁𝐎𝐘𝐒; 𝕮𝖆𝖘𝖎 𝕬𝖓𝖌𝖊𝖑𝖊𝖘²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora