Kojiro Hyuga hace unos días estando en la selección perdió a su familia, debido a un desastre natural.
el Equipo de la selección junto a su entrenador intentando animar a Kojiro hicieron una excursión a un lugar lleno de inventos revolucionarios. Un...
Ya había iniciado el plan. La policía encontró el cuerpo y comenzó la investigación, aunque el caso no avanzo mucho debido a unos pequeños incentivos $. También, se dio a conocer la noticia del "hijo" bastardo del muerto, que porsupuesto la Selección accedió a hacerse cargo.
Los primeros días fueron caoticos, estuvo lleno de policías, periodistas y muchas noticias falsas. Los partidos se suspendieron por un tiempo, pero al decimoquinto día se comenzó a activar de vuelta y la gente empezó a perder interés por el caso.
-pensé que iba durar más -comento Hyuga a la nada, para luego subirse al avión con el cual iría, junto a sus compañeros, a Alemania para asi comenzar el mundial juvenil.
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Narra Kojiro:
Tan pronto llegamos tomamos rumbo hacia el hotel. El camino tuvo que ser a pie debido a que el entrenador se olvidó de pedir transporte.
La ciudad era linda y bastante tranquila, lo único malo era que hacía mucho frío. Demasía a decir verdad. Yo siempre suelo llevar algún buzo o campera conmigo, la cosa es que ahora, que me encuentro en esta condición, no tengo tanta ropa. En Japón estaba un poco más cálido, por lo que la vestimenta que me compraron era adaptada a esa situación.
Caminaba encorvado mientras me abrazaba a mi mismo. No había dejado que nadie me cargará, y por lo corto de mis pies me había quedado un poco por detrás del resto, lo cual hacía que no tenga tanto reparo y el viento pase como si nada.
-¿y a ti que te pasa? -me pregunto Genzo de repente al verme tan doblado.
-tengo frío -respondí temblando, mientras giraba mis ojos. Era un poco obvio lo que me pasaba.
El portero se me quedó viendo pensativo, y de un momento a otro se sacó su típico buzo rojo y me lo puso. Iba a reprochar pero en eso fui levantado por él y acurrucado en su pecho.
-hey! -me queje, pero solo obtuve una risa nasal como respuesta.
-¿no tenias frío? -cuestionó burlón. Bufé molesto ante lo dicho, pero tampoco seguí quejándome, se sentía más cálido así.
-tch
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Cerca del horario del almuerzo llegué finalmente al hotel.
-bajame -fue lo primero que dije tan pronto como pisamos la entrada del edificio.
-bien -respondió simple el portero acatando la orden.
Luego de eso camine, con un poco de apuro, hacía los baños públicos del edificio. No podía aguantar mucho más, habíamos estado dos horas caminando. Y se ve que no era el único ya que Ishizaki y Nitta venían detrás.
Después de hacer mis necesidades salí de ahí y justo en ese instante me encontré con los seleccionados alemanes. Quienes al verme se acercaron rápidamente, ya que no era usual ver a un niño en este hotel, y mucho menos solo.
-hola pequeño ¿Cómo estás? ¿Sabes donde están tus papás? -cuestionó uno de los jugadores, pero yo no sabía que responder, decir "muertos" no era una opción y huir menos. Me quedaba solo verlos dudoso hasta que se me ocurriera algo.
-¿este no era el ilegítimo del jugador de Japón?
-debe ser, es muy parecido. -empezaron a comentar entre ellos en murmullos, pero eran audibles para mí.
-oye, ¿donde están tus tutores?
Y de vuelta no sabía que responderte. Pero justo en ese momento salieron del baño mis dos compañeros. Que cuando me vieron en esta situación se acercaron con velocidad a ayudarme.
-
No te dijimos que te quedaras cerca! -me regaño el pelado mientras me alzaba en brazos. -disculpen los inconvenientes, es que le gusta escaparse -excuso con bastante falsedad y un poco alterado, ya que tenia que inventar una mentira para safar del momento.
-oh no hay problema! Recien lo encontramos. Es este es el niño que cuida la Selección? -dijo curioso Karl Heinz Schneider, a lo cual los chicos asintieron. -¿y quien es el tutor? -cuestionó, haciendo que se nos ponga los pelos de punta. Nunca nadie había preguntado aquello.
-¿q-que? -fue lo único que atino a decir Shun.
-¿que quien es el tutor? Para que se quede en la Selección y viajar junto a ustedes debe haber algún encargado. -explicó, para seguido alzar una ceja. -¿tiene tutor?
-¡claro que si! Es...emm...
-¡para! Déjame adivinar -propuso Hermann Kaltz, el medio campista alemán. -con solo ver ese buzo ya se que fuiste adoptado por... -hizo una pausa dramática -Genzo Wakabayashi!
-nos miramos entre los tres perplejos.
-¡que intuición! Muy bien, acertaste! -pero en seguida dijimos que si. Quizás debimos haberlo pensado mejor, pero ya era tarde y lo dicho, dicho esta. Así que solo nos quedaba sonreír como tontos, aceptar los cumplidos ajenos y avisarle a Wakabayashi de su nuevo hijo.
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