Kojiro Hyuga hace unos días estando en la selección perdió a su familia, debido a un desastre natural.
el Equipo de la selección junto a su entrenador intentando animar a Kojiro hicieron una excursión a un lugar lleno de inventos revolucionarios. Un...
Hyuga se encontraba en una silla mirando hacia la pared, teniendo prohibido hablar o salir de ahí, por órdenes de Mikami. Pues este al escuchar por Tsubasa que el causante de todo esto era ni nada más ni nada menos que el moreno y la reacción de este a tal comentario hicieron que el mayor le dejé castigado, obviamente no era nada malo, solo sentarse en silencio mientras reflexionaba. Sin embargo la única reflexión que Kojiro encontraba era: nunca más confiar en el enano cabellos de puercoespín.
¿Pero...? ¿Que había pasado para que Mikami le castigará?
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Narra Kojiro:
Nos encontramos yo y Ozora en el auto de nuestro entrenador, mientras éramos llevados por este hacia las instalaciones de la Selección. Todo iba relativamente tranquilo..... hasta que el entrenador empezó de cascarrabias.
- aún no entiendo porque metieron mano ¿Que no les dijeron que no toquen? - nos empezó a reprochar
- entrenador...lo sentimos - se disculpo Tsubasa, haciendo una reverencia, yo ni me moleste, pues aún creo que mis motivos para entrar en la máquina eran válidos, algo tontos, pero válidos. - pero es que yo.... - detuve mis pensamientos ¿Es que el que? Me cuestioné internamente
- ¿Tu que? - preguntó el entrenador igual de intrigado que yo. El número 10 se quedó callado, analizando si decirlo o no - ¿Tu que... Tsubasa? Créeme que no te voy a juzgar o retar - insistio, yo solo miraba en silencio, esperando la respuesta
- b-bueno... - tartamudeo, para seguido hecharme una rápida mirada, y por fin hablar - la verdad... Es que todo es culpa de Kojiro!
- eh! - yo y el entrenador nos sorprendimos ¿Cómo que culpa mía?
- explicate Tsubasa - sugirio el mayor, mientras yo lo miraba atónito
- nha nha nha nhaaa ¿Cómo que culpa mía? - me queje, pues aunque tuviera una parte de la culpa ¡No era toda! La otra parte le correspondía a él
- pues fíjate que si - puso sus brazos en forma de taza, mientras me miraba serio - yo solo te quería animar y cuando menos me di cuenta tu ya estabas metido en la máquina ¡Y mira como terminó! - me reprochó
- ni que te lo hubiese pedido - contraataque
- a ver! Cálmense! - grito el entrenador - aunque no se que pasó todavía, me queda muy claro que la culpa es de los dos, así que como buenos compañeros me van explicar que pasó sin culparse o guardan silencio hasta que lleguemos con los demás ¿Si?
