Capítulo 24

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Desperté con la luz del sol filtrándose a través de las cortinas. Aún medio adormecida, me estiré y me dirigí a la cocina para prepararme un café. Mientras esperaba a que la cafetera hiciera su trabajo, sentí una punzada de curiosidad por ver cómo estaban las cosas en Twitter. Mi vida había estado en pausa desde la última vez que me conecté, y no podía evitar preguntarme qué estaba sucediendo.

Con el café en la mano, me acomodé en el sofá y abrí la aplicación. Lo que vi en mi feed fue un torbellino de mensajes sobre Iván. Al principio, estaba escéptica. Sabía que la situación con él había sido complicada, y no estaba segura de qué esperar. Sin embargo, decidí ver el video en directo que todos estaban comentando.

Vi a Iván en su setup, su rostro pálido y sus ojos cansados. El chat estaba lleno de mensajes, y sentí cómo mi corazón se aceleraba al escuchar su voz, que temblaba al hablar. Empezó a hablar sobre el final del reality, la presión, y sus errores. Sus palabras eran un torrente de arrepentimiento y sinceridad.

—Quiero hablarles de algo que ha estado pesando en mi mente —dijo Iván, su voz cargada de emoción—. Al principio, la situación de las apuestas y todo el escándalo que se desató parecía algo trivial, una broma de mal gusto que se salió de control. Pero con el tiempo, me di cuenta de cuán profundamente dañó esa actitud, tanto a Indi como a mí mismo. Nos dejamos llevar por la presión del momento, y nuestras acciones demostraron una falta de respeto y sensibilidad que ahora lamento enormemente.

Escuchar su arrepentimiento me sorprendió. Me dolía ver cómo había sufrido, y parte de mí sentía una tristeza profunda por todo lo que había pasado. Las disculpas de Iván, aunque tardías, parecían sinceras. Las palabras que decía eran una mezcla de arrepentimiento y desesperación por hacer las cosas bien.

—Lo que comenzó como una forma de entretenimiento se transformó en algo mucho más oscuro. A medida que las apuestas y los comentarios se hicieron públicos, me di cuenta de lo perjudicial que había sido nuestra actitud. No solo estábamos jugando con la privacidad de alguien, sino que también estábamos trivializando algo que debería haber sido tratado con respeto y seriedad —continuó Iván, y yo sentí una lágrima recorrer mi mejilla.

En ese momento, me di cuenta de que había una parte de mí que necesitaba este cierre, esta confirmación de que lo que sentí por Iván había sido real, a pesar de los errores y el dolor. No sabía si eso sanaría todas las heridas, pero al menos ofrecía un camino hacia adelante.

Iván cerró su directo con una nota de esperanza, pidiendo a todos que le dieran la oportunidad de demostrar que podía aprender y crecer a partir de esto. Me sorprendió el grado de vulnerabilidad que mostró y, de alguna manera, me ayudó a encontrar un sentido de paz en medio del caos.

A lo largo del día, estuve reflexionando sobre lo que había escuchado. La realización de que a veces los amores de verano solo son eso —fugaces y llenos de promesas que no siempre se cumplen— me llegó con una claridad inesperada. Lo que había compartido con Iván fue real, pero también estaba marcado por las circunstancias y las presiones externas.

Queremos pedir disculpas a todos por nuestro comportamiento —dijo Eric en un video—. Reconocemos que nuestras acciones fueron completamente inaceptables y que causaron mucho daño a Indi, a Iván, y a todos los involucrados. Estamos dispuestos a enfrentar cualquier consecuencia legal que derive de esto y a colaborar en lo que sea necesario para reparar el daño causado.

Cry, al lado de Eric, añadió: —No hay excusas para lo que hicimos. Sabemos que nos equivocamos gravemente y estamos dispuestos a asumir nuestra responsabilidad. Pedimos perdón de corazón y esperamos que, con el tiempo, podamos hacer las cosas bien.

Escuchar sus disculpas fue un alivio. Aunque no podía cambiar el pasado, su disposición a enfrentar las consecuencias era un paso positivo. Me sentí un poco más aliviada al saber que se estaba haciendo justicia y que no estaba sola en el proceso de sanación.

A lo largo de la declaración, sentí un nudo en el estómago al recordar todo lo que había sucedido. Ellos eran los responsables de la filtración y publicación de las fotos íntimas. Sabía que no estaban simplemente arrepentidos por sus acciones, sino también por el impacto devastador que habían tenido en mi vida y en la de Iván. No querían vernos felices, y esa intención malévola quedó clara cuando vi cómo se desarrollaba el escándalo. Pero ahora, al enfrentar las consecuencias y admitir su culpa, estaba empezando a comprender la magnitud de lo que habían hecho y lo que esto había causado.

Esa tarde, mientras me sentaba en mi sala, rodeada por la tranquilidad de mi hogar, sentí un peso levantarse. Las emociones seguían siendo intensas, pero ahora había una chispa de esperanza. Las heridas no se curan de la noche a la mañana, pero saber que se estaba abordando la situación de manera seria me ayudaba a encontrar un sentido de cierre.

Me di cuenta de que estaba lista para avanzar. Los amores de verano, por dolorosos que sean, a veces nos enseñan lecciones importantes sobre lo que queremos y lo que necesitamos. Con cada paso que doy hacia adelante, siento que estoy construyendo una nueva versión de mí misma, más fuerte y más consciente.

Con una sonrisa triste pero esperanzada, entendí que, a pesar de todo, la vida seguía adelante. Y aunque el pasado no podía cambiarse, el futuro estaba lleno de nuevas oportunidades para sanar y crecer. La verdad es que, en este proceso, he aprendido mucho sobre mí misma, y ahora estoy dispuesta a mirar hacia adelante con una visión más clara y un corazón más fuerte.

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Llorando ya casi llegando al final de este libro dios después de mucho tiempo me digné a terminarlo JAAJAJAJAJAJAJ.

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