Capítulo 3: Miradas Ardientes

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El sol de la mañana se filtraba a través de las cortinas del apartamento de Jungkook, iluminando la habitación con una luz cálida. A pesar de la claridad del día, Jungkook seguía atrapado en la oscuridad de sus pensamientos. La noche anterior, aunque breve, había dejado una marca profunda en él. Se sentía insatisfecho y perturbado, y su mente seguía girando en torno a Bianca.

Mientras se preparaba para el día, la imagen de Bianca no se desvanecía de su mente. Se encontraba en el vestuario de HYBE, intentando concentrarse en su rutina de ejercicios matutina, pero sus pensamientos seguían regresando a ella. Cada vez que escuchaba una risa o veía a alguien que se asemejaba a Bianca, el corazón de Jungkook daba un salto.

Ese mismo día, Jungkook tuvo que asistir a una reunión en la oficina de HYBE, donde Bianca estaba trabajando como secretaria. Aunque él había intentado evitarla, no pudo resistir la tentación de ver cómo se comportaba. La atracción que sentía por ella no había disminuido; de hecho, parecía intensificarse.

Bianca estaba en su escritorio, organizando papeles y respondiendo correos electrónicos. Vestía una blusa blanca ajustada que acentuaba sus curvas y una falda de lápiz negra que resaltaba su figura. Jungkook, desde el umbral de la puerta, la observó con una intensidad que apenas intentaba disimular. Su mirada estaba fija en ella, incapaz de apartar los ojos. El deseo que sentía por Bianca era palpable, y a pesar de que había tratado de reprimirlo, se manifestaba en cada una de sus acciones.

Cuando Jungkook entró en la oficina, Bianca levantó la vista de su trabajo y se encontró con su mirada ardiente. La conexión entre ellos fue instantánea, y una chispa de tensión recorrió el aire. Los ojos de Jungkook eran profundos y cargados de emoción, y Bianca sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. Aunque ella intentaba mantener una expresión profesional, no pudo evitar sonrojarse ligeramente ante el peso de su mirada.

"Buenos días, Jungkook," dijo Bianca, intentando mantener la calma. Su voz era suave, pero había una nota de nerviosismo en ella.

"Buenos días, Bianca," respondió Jungkook, acercándose a su escritorio. "¿Cómo está todo?"

"Todo está en orden," respondió Bianca, tratando de concentrarse en su trabajo. "¿En qué puedo ayudarte hoy?"

Jungkook se inclinó ligeramente sobre el escritorio, acercándose más de lo que era necesario. "Solo quería revisar algunos documentos contigo," dijo, su voz baja y seductora. "¿Podemos hablar un momento?"

Bianca asintió, sintiendo que su corazón latía más rápido. Mientras hablaban, la proximidad de Jungkook la hacía sentir incómoda y emocionada a la vez. Su cercanía era palpable, y el calor de su cuerpo parecía transferirse al de ella.

En medio de la conversación, Jungkook no podía evitar tocar la mano de Bianca de vez en cuando, creando una sensación electrizante entre ellos. Cada roce de sus dedos parecía cargado de significado. La tensión sexual entre ellos era innegable, y aunque Bianca intentaba mantener la profesionalidad, su mente se llenaba de pensamientos sobre Jungkook.

Al final de la reunión, Jungkook se levantó y se dirigió hacia la puerta, pero no antes de lanzar una última mirada cargada de deseo a Bianca. "Gracias por tu ayuda," dijo, su voz ahora suave y casi ronca.

Bianca le sonrió, tratando de no dejar que sus emociones se desbordaran. "De nada, Jungkook. Que tengas un buen día."

Una vez que Jungkook salió de la oficina, Bianca se dejó caer en su silla, sintiendo una mezcla de alivio y frustración. El encuentro había sido intensamente cargado, y el deseo que sentía por Jungkook era difícil de ignorar.

Mientras Jungkook caminaba por los pasillos de HYBE, no podía dejar de pensar en el impacto que Bianca había tenido en él. Cada vez que la miraba, sentía una oleada de deseo que no podía controlar. Sabía que debía enfrentarse a sus sentimientos, pero al mismo tiempo, no podía evitar sentirse atrapado entre el deseo y la realidad de su situación.

La jornada laboral continuó, pero la mente de Jungkook seguía girando en torno a Bianca. 

El reloj marcaba las 8 de la noche cuando la oficina de HYBE estaba casi vacía. Bianca seguía sentada en su escritorio, rodeada de papeles y archivos. Había estado trabajando arduamente para terminar algunos informes urgentes y no se había dado cuenta de cuánto tiempo había pasado. El silencio de la oficina, interrumpido solo por el sonido ocasional de un teclado, creaba una atmósfera de soledad y concentración.

Mientras tanto, Jungkook estaba en pleno ensayo en el estudio de música. El grupo de BTS estaba afinando los detalles de su próximo concierto, y la energía en el estudio era palpable. A pesar de la intensidad del ensayo, Jungkook no podía dejar de pensar en Bianca. La imagen de su rostro, la forma en que lo miraba, y el roce de sus manos seguían ocupando su mente.

Finalmente, después de una larga jornada, el ensayo terminó. Jungkook se despidió de sus compañeros y se dirigió hacia su oficina para revisar algunos documentos antes de irse a casa. Cuando abrió la puerta de su oficina, un destello de luz proveniente de la oficina de Bianca lo atrapó. La vio a lo lejos, todavía trabajando, su figura iluminada por la luz de la lámpara de su escritorio.

Se acercó sigilosamente, sin hacer ruido. Al entrar en la oficina de Bianca, sus pasos eran casi imperceptibles. La oficina estaba silenciosa, y el único sonido era el suave clic de los teclados y el murmullo ocasional del aire acondicionado.

Bianca estaba tan inmersa en su trabajo que no notó la presencia de Jungkook hasta que él estaba justo frente a ella. Se sorprendió al levantar la vista y encontrarlo allí. Sus ojos se encontraron, y el deseo reprimido que ambos habían estado sintiendo desde su primer encuentro parecía intensificarse.

Jungkook se acercó lentamente, su mirada fija en los ojos de Bianca. Sin decir una palabra, inclinó la cabeza y la besó con una intensidad que ambos habían estado conteniendo. El beso fue suave al principio, pero pronto se volvió más apasionado, reflejando la profundidad de los sentimientos que habían estado escondidos bajo la superficie. Sus labios se movían en sincronía, y la tensión acumulada se liberó en ese instante de contacto.

Bianca, sorprendida pero no resistiéndose, se dejó llevar por el beso. Sus manos, que habían estado reposando en su regazo, encontraron el cuello de Jungkook, atrayéndolo aún más cerca. La intensidad del momento hizo que el mundo exterior desapareciera, dejándolos solos en su burbuja de deseo y emoción.

Finalmente, el beso se desvaneció, y Jungkook se apartó lentamente, respirando pesadamente. Miró a Bianca con una mezcla de deseo y preocupación. "¿Estás bien? ¿Por qué sigues aquí tan tarde?"

Bianca, aún aturdida por el beso, se recompuso y asintió. "Sí, solo estoy terminando unos informes. No me di cuenta de la hora."

Jungkook se acercó un paso más y colocó una mano suave en el hombro de Bianca. "Déjame llevarte a casa. No deberías estar sola tan tarde."

Bianca dudó por un momento, pero la amabilidad en la voz de Jungkook y la oferta de compañía la hicieron reconsiderar. Asintió lentamente, agradecida por el gesto. "Gracias, Jungkook. Eso sería realmente amable de tu parte."

Ambos salieron de la oficina, y Jungkook tomó las llaves de su coche del bolsillo. Mientras caminaban hacia el estacionamiento, la tensión entre ellos seguía palpable, pero había una nueva capa de intimidad y comprensión. Jungkook abrió la puerta del pasajero para Bianca y esperó a que ella entrara antes de cerrar la puerta suavemente.

Una vez dentro del coche, el viaje fue en gran parte en silencio, pero la atmósfera era diferente. El deseo no había desaparecido, pero se había transformado en una especie de complicidad silenciosa. Jungkook condujo con cuidado, sus ojos ocasionalmente desviándose hacia Bianca, observando cómo ella miraba por la ventana.

Cuando llegaron a la casa de Bianca, Jungkook detuvo el coche y la miró con una sonrisa. "Aquí estamos. Espero que hayas tenido un buen día a pesar de todo."

Bianca le devolvió la sonrisa, sintiendo un calor en el pecho que no podía explicar completamente. "Gracias por todo, Jungkook. Aprecio mucho que me hayas traído."

Jungkook se inclinó ligeramente y le dio un último vistazo antes de despedirse. "Cuídate, Bianca. Hablamos pronto."

Bianca asintió y se bajó del coche, mirando cómo Jungkook se alejaba. A medida que entraba en su casa, no pudo evitar sonreír ante el recuerdo del beso apasionado y la inesperada cercanía con Jungkook. Sabía que las cosas entre ellos estaban a punto de volverse aún más complicadas, pero también estaba empezando a aceptar que su relación podría ser más intensa de lo que había imaginado.

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