El día transcurrió con una rutina monótona, pero Jungkook no podía deshacerse de la preocupación que sentía hacia Bianca. Cada vez que se encontraba con ella en los pasillos de HYBE o en reuniones rápidas, sus sentimientos se volvían más intensos. La tensión entre ellos era palpable, aunque Bianca no parecía notarla tanto como él.
Esa tarde, cuando Jungkook entró al estudio, se encontró con una escena que lo hizo fruncir el ceño. Bianca estaba en la sala de conferencias, sentada cerca de otros miembros del personal, conversando animadamente. La risa de uno de los chicos resonaba en la sala y Jungkook notó cómo sus ojos no se apartaban de ella.
La presencia de otros chicos cerca de Bianca parecía molestarle más de lo que había anticipado. Se acercó a uno de los miembros del personal que estaba fuera del estudio para preguntarle si había algo nuevo en el calendario, pero su mente no dejaba de regresar a la imagen de Bianca conversando alegremente con otros hombres.
Más tarde esa noche, Jungkook se encontraba en su apartamento, incapaz de concentrarse en nada que no fuera el pensamiento de Bianca. Estaba sentado en el sofá, con una botella de soju en la mano, cuando recibió un mensaje en su teléfono. Era una invitación para una fiesta de fin de semana organizada por uno de los productores.
El mensaje decía: "¡Hola, Jungkook! ¡No te pierdas la fiesta de este sábado en mi casa! Todos estarán allí, y me encantaría que vinieras. Será una gran oportunidad para relajarte y disfrutar."
Jungkook pensó en la invitación y cómo Bianca podría estar en una fiesta similar, interactuando con otros chicos. Decidió ir a la fiesta, no tanto para socializar, sino para distraerse y, quizás, para aclarar sus pensamientos.
La noche de la fiesta llegó y Jungkook asistió con una actitud decidida. Quería mantenerse alejado de las tentaciones y mantenerse enfocado en divertirse. Sin embargo, su atención seguía siendo atraída por cada mujer y hombre que llegaba al evento, preguntándose si Bianca estaría en algún lugar con ellos.
Durante la fiesta, Jungkook se encontró con varios colegas y amigos. La atmósfera estaba llena de música y risas, pero Jungkook no podía dejar de pensar en cómo Bianca podría estar disfrutando de una noche similar. Se dirigió al bar para tomar algo, cuando uno de sus amigos se le acercó.
"¿Te ves distraído, Jungkook?" preguntó su amigo, mirándolo con curiosidad.
"No es nada," respondió Jungkook, intentando sonar despreocupado. "Solo he tenido un día largo."
"Sabes que puedes contarme cualquier cosa, ¿verdad?" insistió el amigo.
Jungkook dudó por un momento antes de responder. "Es sobre Bianca. Me molesta ver cómo ella está cerca de otros chicos. No sé por qué me afecta tanto."
"Eso suena complicado," dijo su amigo, frunciendo el ceño. "Pero si es tan importante para ti, tal vez deberías hablar con ella y aclarar las cosas."
Jungkook suspiró. "Lo sé, pero las reglas en HYBE y el hecho de que no estamos en una relación complican todo."
Mientras la conversación continuaba, Jungkook no podía dejar de pensar en Bianca y cómo podía abordar sus sentimientos sin poner en peligro su carrera. Decidió que la mejor manera de lidiar con su frustración era dejarlo ir por la noche y concentrarse en disfrutar la fiesta.
Sin embargo, el regreso a casa no trajo alivio. Mientras caminaba por el pasillo de su apartamento, el pensamiento de Bianca lo atormentaba. A la mañana siguiente, Jungkook recibió un mensaje de texto de Bianca, un simple "Buenos días, Jungkook-ssi" que le hizo sentir un nudo en el estómago.
Sin poder ignorar su creciente obsesión, Jungkook decidió responder. "Buenos días, Bianca. Espero que tengas un buen día."
La breve conversación, aunque formal, le dio a Jungkook un pequeño consuelo. Sin embargo, no podía evitar pensar en cómo las barreras entre ellos parecían cada vez más inquebrantables. El deseo y el anhelo se entrelazaban con la realidad de sus circunstancias, y Jungkook se encontraba en una encrucijada emocional.
El día pasó en un borrón de trabajo y distracciones, pero la imagen de Bianca seguía presente en su mente. Sabía que necesitaba encontrar una manera de lidiar con sus sentimientos o podría acabar perdiendo el control sobre sí mismo y sus emociones. Mientras tanto, el conflicto interno continuaba, y Jungkook se preguntaba si alguna vez podría reconciliar sus deseos con las restricciones que los rodeaban.
Jungkook salió de la fiesta con un torbellino de emociones. La música y las risas todavía resonaban en sus oídos, pero su mente estaba ocupada en otro lugar: Bianca. La visión de ella conversando con otros chicos lo había atormentado durante toda la noche. La frustración y el deseo acumulados lo llevaron a tomar una decisión impulsiva.
Al dejar la fiesta, se encontró con una chica que había estado coqueteando con él durante el evento. Se llamaba Hana, una modelo conocida en el medio del entretenimiento. Aunque Jungkook no tenía intención de llevar la noche en esa dirección, su enojo y celos lo llevaron a buscar consuelo temporal.
Cuando llegaron al apartamento de Jungkook, él estaba decidido a desahogar sus emociones, aunque sabía que nada de esto solucionaría su tormento interno. Hana, con su encanto y actitud coqueta, no tardó en desnudarse y enredarse con Jungkook en una pasión sin mucho preámbulo.
Jungkook estaba en el borde de la desesperación, y el cuerpo de Hana, aunque deseado, no era lo que realmente deseaba. Mientras se entregaba a los movimientos frenéticos de la intimidad, su mente no podía dejar de imaginar a Bianca. Las imágenes de Bianca riendo, hablando y sonriendo con otros chicos se mezclaban con las de Hana, creando una experiencia surrealista y confusa.
En el momento culminante, Jungkook sintió un alivio temporal, pero la conexión no era lo que realmente necesitaba. Cuando la pasión se desvaneció y la calma regresó, Jungkook se encontró en un mar de insatisfacción. Hana, todavía jadeando, se acomodó en la cama mientras Jungkook se levantaba para vestirse.
"¿Te vas ya?" preguntó Hana, con una mirada confundida y un tanto desilusionada.
Jungkook no respondió de inmediato. Se vistió rápidamente, sintiendo una mezcla de culpa y frustración. Finalmente, se volvió hacia Hana. "Lo siento, pero creo que es mejor si te vas. No es que no haya disfrutado, pero... no era lo que buscaba."
Hana asintió, comprendiendo la situación y recogió sus cosas. "Está bien, Jungkook. Lo entiendo. No hay problema."
Cuando Hana salió, Jungkook se quedó solo en su apartamento, sumido en la oscuridad. La desilusión lo envolvía, y su mente seguía centrada en Bianca. Se sentó en el borde de la cama, la cabeza entre las manos, sintiendo el peso de sus emociones. La noche que había elegido para escapar de sus problemas solo había profundizado su malestar.
La sensación de vacío que le dejó Hana no se comparaba con el deseo de estar con Bianca. El dolor de no poder estar con ella y de ver cómo ella se relacionaba con otros era casi insoportable. Jungkook se recostó en la cama, mirando el techo, sin poder deshacerse de la imagen de Bianca en su mente.
"¿Qué demonios estoy haciendo?" se preguntó en voz baja. "No puedo seguir así."
Su mente seguía girando alrededor de Bianca, y el conflicto entre sus sentimientos y la realidad de su situación se hacía más evidente. Jungkook sabía que debía enfrentar sus emociones y resolver el problema en lugar de huir de él. Pero en ese momento, su única compañía era el eco de su propia desesperación.
La noche se arrastró lentamente, y Jungkook, incapaz de encontrar paz, se levantó para mirar la ciudad desde su ventana. La imagen de Bianca seguía clara en su mente, y se dio cuenta de que necesitaba confrontar sus sentimientos en lugar de huir de ellos. Aunque la noche había terminado, el tormento interno de Jungkook apenas comenzaba.
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El Juego del Placer
RomanceBianca ha vivido en Corea desde los 10 años, y trabaja como secretaria en HYBE, una de las empresas de entretenimiento más importantes del país. Habla inglés, español y coreano con fluidez, lo que le ha permitido destacarse en su carrera. A pesar de...