Capítulo 4: El Primer Toque

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El sol de la mañana entraba por la ventana de la oficina de Bianca, creando rayos de luz que danzaban sobre el suelo. A pesar de la brillantez del día, Bianca estaba envuelta en una mezcla de emociones. El beso de la noche anterior seguía fresco en su memoria, y se preguntaba si Jungkook también lo había recordado. Aunque había sido un momento cargado de pasión, su incertidumbre sobre el significado de aquel beso la tenía inquieta.

Mientras Bianca estaba en medio de su rutina matutina, Jungkook llegó a la oficina para una reunión con el equipo de producción. Su rostro mostraba una expresión seria, y su actitud era la de alguien que se había sumergido en el papel de un "bad boy" una vez más. La tensión de la noche anterior no se había disipado, pero Jungkook estaba decidido a dejar claro que el beso había sido simplemente un accidente.

Cuando Jungkook entró en la oficina de Bianca, no se molestó en ocultar su actitud distante. Caminó hasta ella con una seguridad que rozaba la arrogancia. Sus ojos, normalmente cálidos y cálidos, ahora eran fríos y calculadores. La expresión en su rostro estaba lejos de la pasión de la noche anterior.

"¿Qué tal, Bianca?" saludó Jungkook con una voz que intentaba ser casual, pero había un matiz de dureza que no podía esconderse. "Necesito esos informes para la reunión de esta tarde. ¿Ya los tienes listos?"

Bianca levantó la vista de su escritorio, notando la distancia en su tono. La forma en que Jungkook se comportaba era completamente diferente a la intimidad que compartieron la noche anterior. "Sí, los tengo aquí", respondió, tratando de mantener la calma a pesar de la confusión que sentía. "Los dejaré en tu oficina antes del mediodía."

Jungkook asintió y se volvió para irse, pero luego se detuvo en seco. Volvió su mirada hacia Bianca con una intensidad que hacía que el aire entre ellos se volviera más espeso. "Mira, sobre anoche... no fue nada. Solo un impulso, ¿vale? No quiero que pienses que significa algo."

Las palabras de Jungkook fueron frías y calculadas, y Bianca sintió un nudo en el estómago. A pesar de la crudeza de su declaración, no pudo evitar sentir un dolor en el pecho. "Entiendo", respondió, intentando ocultar su herida. "No hay problema."

Mientras Jungkook se daba la vuelta para salir de la oficina, Bianca se quedó allí, inmóvil. La actitud de Jungkook la había hecho sentir como si el beso hubiera sido una mera ilusión, algo que él simplemente había descartado como una frivolidad. Pero también sabía que había algo más en su comportamiento, algo que no encajaba con el simple desdén que trataba de proyectar.

Esa mañana, la oficina estaba llena de la habitual rutina, pero la tensión entre Bianca y Jungkook era palpable. A medida que avanzaba el día, Bianca trató de concentrarse en su trabajo, pero sus pensamientos seguían regresando al encuentro con Jungkook. Cada vez que alguien entraba a la oficina o cuando Jungkook pasaba cerca, no podía evitar sentirse incómoda y observada.

Jungkook, por su parte, actuaba como si nada hubiera pasado. Su actitud hacia Bianca era la misma de antes: distante y profesional. Pero había algo en su comportamiento que no podía ocultar del todo. Cada vez que veía a Bianca interactuar con otros, había un atisbo de celos en sus ojos, un resentimiento que no podía ocultar.

Más tarde ese día, cuando Bianca se encontró en la cafetería de la empresa con algunos colegas, Jungkook entró y se dirigió directamente hacia ella, interrumpiendo su conversación con una presencia dominante. Sin decir una palabra, simplemente la miró con intensidad antes de volverse para tomar su café. Era como si intentara marcar territorio, aunque su actitud era la de un completo indiferente.

Bianca lo observó con el ceño fruncido, notando la forma en que Jungkook actuaba con su clásica actitud de bad boy. Sabía que estaba tratando de mantener la distancia, pero no podía ignorar cómo sus acciones seguían indicándole que no quería que ella se acercara a nadie más. Su comportamiento era contradictorio, una mezcla de desdén y celos que la mantenía en un estado constante de confusión.

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