Bianca había terminado un largo día en el trabajo. La noche había llegado y el apartamento estaba en silencio, salvo por el suave zumbido de la ciudad que se escuchaba desde la ventana. Se había quitado la ropa de trabajo y estaba en un cómodo conjunto de pijama, sin embargo, sus pensamientos estaban lejos de la rutina diaria.
De repente, el timbre del apartamento la sacó de su ensimismamiento. Al principio pensó que era un error, pero al ver el nombre en el monitor de la entrada, se dio cuenta de que era Jungkook. Su corazón dio un brinco, mezcla de sorpresa y anticipación. Se acercó a la puerta, respirando hondo antes de abrir.
Jungkook estaba allí, en el umbral, con una expresión decidida y una mirada que reflejaba un deseo palpable. Llevaba una chaqueta de cuero y sus ojos brillaban con una intensidad que Bianca no podía ignorar.
Bianca: "Jungkook... ¿qué haces aquí?"
Jungkook no perdió el tiempo con palabras innecesarias. Se inclinó hacia ella y, sin previo aviso, la besó con una pasión que hizo que el mundo a su alrededor desapareciera. El beso era intenso, lleno de una urgencia que se había acumulado durante semanas. Bianca respondió con la misma fervor, sus manos explorando la chaqueta de Jungkook mientras él la atraía más cerca.
Cuando finalmente se separaron, ambos estaban respirando pesadamente. Jungkook pasó una mano por el cabello de Bianca, sus ojos fijándose en los suyos con una intensidad que la hizo temblar.
Jungkook: "No puedo dejar de pensar en ti. No sé qué me estás haciendo, pero no puedo evitarlo."
Bianca, aún con el aliento entrecortado, dejó escapar una risa suave. "Y yo no puedo dejar de pensar en ti. Pero... ¿qué significa esto?"
Jungkook la miró, sus ojos mostrando una vulnerabilidad que rara vez mostraba. "No tengo todas las respuestas. Solo sé que quiero estar contigo, incluso si es solo esta noche."
Bianca asintió, sintiendo una mezcla de emoción y incertidumbre. "Entonces, entra."
Jungkook no perdió tiempo. Cerró la puerta detrás de ellos y tomó la mano de Bianca, guiándola hacia el dormitorio. Cada paso que daban parecía acelerar el latido de sus corazones. Una vez en el dormitorio, Jungkook la rodeó con sus brazos, besándola con una pasión que parecía inagotable.
Bianca se dejó llevar por el momento, sus manos recorriendo el torso de Jungkook mientras él la desvestía con cuidado pero con urgencia. Cada toque, cada beso era un juego de emociones intensas y deseos reprimidos. Jungkook se mostró atento a sus reacciones, ajustando su ritmo y su intensidad en función de lo que ella deseaba.
Las sábanas en la cama se movían con ellos, creando un paisaje de pasión y placer. Jungkook exploraba el cuerpo de Bianca con un entusiasmo que la hacía sentir completamente deseada. Sus labios se desplazaban por su piel, dejando una estela de besos ardientes mientras ella se arqueaba bajo su toque.
Bianca: "Jungkook... más... por favor..."
Las palabras de Bianca fueron como una chispa que encendió aún más el deseo en Jungkook. Él la tomó en sus brazos, moviéndose con un ritmo que parecía sincronizado con el de ella. Cada caricia, cada beso, estaba cargado de un deseo crudo que los envolvía en una atmósfera de pura intimidad.
El silencio de la noche se llenó con sus susurros y gemidos, creando una sinfonía de placer que parecía interminable. Cada movimiento, cada contacto era un testimonio de la conexión profunda que compartían, una conexión que, a pesar de su incertidumbre y confusión, era innegable.
Finalmente, agotados y satisfechos, se acurrucaron juntos en la cama. La habitación estaba envuelta en un suave resplandor de la luna que entraba por la ventana, creando un ambiente de calma y tranquilidad.
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El Juego del Placer
RomanceBianca ha vivido en Corea desde los 10 años, y trabaja como secretaria en HYBE, una de las empresas de entretenimiento más importantes del país. Habla inglés, español y coreano con fluidez, lo que le ha permitido destacarse en su carrera. A pesar de...