Bianca llegó a la oficina de HYBE con el habitual ajetreo matutino. Saludó a sus colegas con una sonrisa amable, intercambiando algunos comentarios casuales sobre el fin de semana. La mañana parecía empezar con normalidad hasta que llegó Jungkook.
Él entró en el edificio con su característico aire de estrella del K-pop, rodeado de su equipo. Aunque su apariencia era impecable y su actitud profesional, Bianca notó un cambio sutil en su comportamiento. A pesar de la distancia emocional que él mantenía en público, había algo en su mirada que sugería una conexión secreta.
Bianca estaba en su oficina revisando unos documentos cuando escuchó un leve golpe en la puerta.
Jungkook: "¿Puedo pasar?"
Bianca levantó la vista, sonriendo con un matiz de curiosidad. "Claro, entra."
Jungkook abrió la puerta lentamente y se acercó a su escritorio con una expresión indiferente, pero sus ojos mostraban un destello de travesura.
Jungkook: "Solo quería asegurarme de que todo esté en orden."
Bianca levantó una ceja, notando el tono frío en su voz. "Todo está bien. ¿Necesitas algo más?"
Jungkook se acercó un poco más y, sin previo aviso, le dio un suave beso en los labios. Bianca se quedó sorprendida, pero la intensidad del beso dejó claro que era más que una simple formalidad. Antes de que pudiera reaccionar completamente, Jungkook se retiró y se inclinó para susurrar.
Jungkook: "Solo un pequeño recordatorio."
Bianca lo miró, sintiendo el calor en sus mejillas. "¿Un recordatorio de qué?"
Jungkook sonrió de forma juguetona, con un toque de desafío en sus ojos. "De que aún pienso en ti."
A lo largo del día, cada vez que Jungkook pasaba cerca de la oficina de Bianca, encontraba la oportunidad de dejar su huella. En una ocasión, mientras ella estaba inmersa en una llamada telefónica, él se acercó y le dio una rápida palmada en el trasero. La sorpresa y la risa nerviosa de Bianca fueron instantáneas.
Bianca: "¡Jungkook! ¿Qué estás haciendo?"
Jungkook: "Solo recordándote que estoy aquí."
Bianca trató de mantener la compostura, aunque sabía que él estaba disfrutando al ver su reacción.
Jungkook: "No te pongas tan seria. Solo es un pequeño juego."
Bianca suspiró y volvió a concentrarse en su trabajo, mientras Jungkook se retiraba con una sonrisa enigmática. A lo largo de la jornada, los encuentros se repetían. A pesar de la frialdad aparente que Jungkook mostraba en público, sus gestos privados revelaban un cariño inesperado.
Finalmente, al final del día, mientras Bianca estaba a punto de salir de la oficina, Jungkook apareció una vez más en su puerta.
Jungkook: "¿Lista para irte?"
Bianca lo miró con una mezcla de confusión y diversión. "Sí, aunque no estoy segura de cómo terminará este día."
Jungkook se acercó y le dio un último beso en la mejilla, su expresión suave pero cargada de significado.
Jungkook: "No te olvides de nuestro pequeño secreto."
Bianca sonrió, entendiendo el mensaje. "No lo haré."
A medida que Jungkook se alejaba, Bianca sintió una mezcla de emociones encontradas.
Bianca miró el reloj por quinta vez en la última hora. Las tareas relacionadas con los eventos de TXT estaban tomando más tiempo del previsto y su mente no podía evitar desviarse hacia el pensamiento de Jungkook, que debía estar esperándola en su departamento.
Soobin entró en la oficina de Bianca con una expresión de concentración, cargando una carpeta llena de documentos.
Soobin: "Bianca, ¿cómo van las cosas con la organización del evento?"
Bianca forzó una sonrisa mientras ajustaba los detalles finales en su computadora. "Casi listos. Solo necesitamos revisar estos últimos puntos y coordinar algunos detalles más con el equipo de producción."
Soobin se acercó a su escritorio y comenzó a revisar algunos papeles, notando la preocupación en el rostro de Bianca. "¿Todo bien? Pareces distraída."
Bianca suspiró. "Es solo que tenía algunos planes para esta noche, y parece que no voy a poder cumplirlos."
Soobin, sin darse cuenta de la verdadera razón, asintió con comprensión. "Entiendo. El trabajo puede ser implacable a veces."
Mientras tanto, Jungkook estaba en el apartamento de Bianca, esperando. Su paciencia se estaba agotando y su celos se empezaban a manifestar en forma de frustración palpable. Cada minuto que pasaba, su mente se llenaba de imágenes de Bianca con otros, especialmente con Soobin, a quien había visto varias veces cerca de ella.
Jungkook se puso de pie y comenzó a caminar de un lado a otro en el apartamento, preguntándose si había algo más detrás de la prolongada ausencia de Bianca. El sonido de su celular le sacó de sus pensamientos; era un mensaje de texto de su manager que le informaba sobre algunos cambios en su horario. Aunque intentó concentrarse en el mensaje, la frustración por la situación no desapareció.
Finalmente, después de una larga espera, Jungkook decidió enviar un mensaje a Bianca.
Jungkook (mensaje de texto): "¿Dónde estás? Pensé que ibas a estar aquí."
Bianca, inmersa en la revisión final de los eventos, vio el mensaje y sintió un nudo en el estómago. Sabía que Jungkook estaba esperando y se sintió culpable por no cumplir con su promesa.
Bianca (mensaje de texto): "Lo siento, estoy atrapada con el trabajo. No sé a qué hora podré terminar. ¿Podemos reprogramar?"
Jungkook leyó el mensaje y, sintiendo una punzada de celos y frustración, se tumbó en el sofá con un suspiro. Sus pensamientos volvieron a Soobin y la forma en que Bianca había estado trabajando tan cerca de él. Se levantó bruscamente y comenzó a preparar una bebida para intentar calmar sus nervios, aunque no lograba liberarse del sentimiento de molestia.
Mientras tanto, Bianca terminaba de trabajar con Soobin, que no podía evitar notar que ella parecía preocupada por algo.
Soobin: "¿Todo bien? Pareces algo inquieta."
Bianca miró a Soobin, tratando de mantener la calma. "Sí, solo que tengo algunos problemas personales que estoy tratando de manejar."
Soobin asintió, sin profundizar más. "Si necesitas ayuda o quieres hablar, estoy aquí."
Bianca agradeció el gesto y finalmente terminó con sus tareas. Con un suspiro de alivio, comenzó a recoger sus cosas, y una vez que todo estuvo listo, salió de la oficina.
Mientras tanto, Jungkook había recibido el mensaje de Bianca y, aunque intentó ocultar su decepción, el sentimiento de celos persistía. Decidió dejar el apartamento y dar un paseo para despejar su mente, sabiendo que el encuentro que había esperado durante tanto tiempo no iba a suceder esa noche.
La noche se alargó mientras Jungkook vagaba por las calles de Seúl, su mente aún ocupada por pensamientos sobre Bianca. Se preguntaba si su celos era infundado o si había algo real en lo que temía. Por el momento, todo lo que podía hacer era esperar y ver cómo se desarrollaban las cosas entre ellos, mientras lidiaba con sus emociones contradictorias.
Finalmente, Bianca llegó a casa tarde en la noche, cansada pero aliviada de haber completado su trabajo. Al entrar al departamento, notó que Jungkook no estaba allí y un sentimiento de melancolía la envolvió. Aunque entendía por qué no podía estar con él esa noche, deseaba que las cosas fueran diferentes. El silencio del apartamento le recordó que las complicaciones de su vida no eran fáciles de superar, y lo que había sido un juego desafiante estaba convirtiéndose en algo más profundo y emocionalmente complicado.
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El Juego del Placer
RomanceBianca ha vivido en Corea desde los 10 años, y trabaja como secretaria en HYBE, una de las empresas de entretenimiento más importantes del país. Habla inglés, español y coreano con fluidez, lo que le ha permitido destacarse en su carrera. A pesar de...