Chapter XI

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POV Seren

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POV Seren

— ¿Y bien...? —arranco puñados de césped como una forma para evitar el nerviosismo.—

Juani roza levemente mi brazo.

— ¿Por qué tenés esas heridas?

Guardo silencio por unos segundos pensando en qué darle como respuesta, y al final suelto lo más creíble.

— Me caí.

Excelente, Seren. Apláudete a ti misma por poner esa excusa tan estúpida.

— ¿Y esa es la causa de tu herida? —pregunta escéptico.—

Me encojo de hombros y respondo.

— Tenía en mis manos un vaso de cristal, por algún motivo... no sé, de seguro había algo derramado en el piso y... —alza una ceja y cruza sus brazos, finjo que no lo he visto y continúo.—Así que me resbalé y caí al suelo, el vaso se hizo añicos y algunas esquirlas quisieron explorar mi piel. —finalizo esbozando una sonrisa.—

— Sabes que no te creo nada. ¿Verdad? —deja a entrever enfadado.—

No si, pero era lo más creíble.

Me levanto del suelo y aliso mis jeans, acomodo mi cabello y lo miro con desdén.

— Mira Juani, sinceramente es muy tu problema si no me crees. Desde que te has juntado con Santiago, parece que tu mundo solamente gira alrededor de él. Me has ignorado todos estos días, me suceden cosas y vos ni siquiera te das cuenta. ¿Sabías que estuve a punto de morir de hipotermia? No, claro que no. Seguramente no lo sabías porque estabas con "Santi". Odio que me dejes ignorada por un chico el cual apenas conoces, ayer estuve a punto de morir pero pareciera que a vos no te importa esto. —hablo tan rápido que me quedo sin aire y siento mis ojos escocer debido a las lágrimas que amenazan con salir.—

Juani me mira con una pizca de tristeza y culpabilidad, doy un fuerte suspiro y continúo hablando.

— Ahora mismo ni siquiera te habías dado cuenta que había venido tarde, de seguro ni me extrañaste. —río con falsedad.— Tuve un enfrentamiento con el raro de Enzo Vogrincic. ¿Sabes lo incómodo que se siente estar a la par de un chico que no te dirige la palabra? ¿Sabes que se siente horrible, que éste te mire fijamente como si fueras alguna especie de alien? No, de seguro no lo sabes. Porque claro, Santi te ve con ojos soñadores. —blanqueo los ojos.— Tuve un mal día ayer y hoy en la mañana también. —gimoteo.— No sabes lo que se siente querer ver y hablar con tu mejor amigo y ver que éste te ignora y sobre todo... ¡Ver, que un maldito chico estúpido está sentado a su lado! —no puedo suprimir las lágrimas y comienzo a llorar, sus ojos se cristalizan y hace ademán de querer acercarse.— Pero lo que más me duele es que hayas saltado en su defensa y no en la mía...

No espero su respuesta y echo a correr. Y mientras lo hago, pienso que, en definitiva este es un mal día.

No debiste haber venido, Seren. Reprocha mi consciencia y yo le doy la razón.

No guardo los libros que había sacado para recibir clases. No, no pienso volver al estúpido casillero para guardarlos. Sigo corriendo hasta llegar al aparcamiento y veo aquel lugar sumamente solitario. Resoplo y me limito a caminar para salir de aquí. No veo ninguna alma en el transcurso de mi camino, por lo cual me es más fácil salir, sin ojos inquisidores.

No quiero llegar a casa aún, porque sé que mi madre ya estará ahí y me preguntará el motivo del porqué llego demasiado temprano. Me desvío del camino y me dirijo hacia el parque. Ya puesta ahí, camino hasta encontrar un árbol frondoso en el cual pueda sentarme y observar a las personas. Me descuelgo la mochila, saco mi celular, me coloco los auriculares y cierro los ojos dejándome llevar por la música sonando en mis oídos.

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"Bad Blood"  || Enzo VogrincicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora