POV Seren
Han pasado 84 años...
Nah, ha pasado cerca de una semana y estamos finalizando ya casi el mes de marzo. Cada día mi mamá se asegura de revisarme la herida para ver si no está infectada. Creo que el día de mañana me quitará los puntos, lo cual es un alivio porque ya empieza a picarme.
Camino hasta mi casillero y ya puesta ahí, guardo mis libros y por sacar mi cartuchera, una bolsa cae al suelo. Maldigo en mi interior y me agacho para recogerla, cuando veo su interior me doy cuenta que es la sudadera azul de Vogrincic.
Vogrincic. No lo he visto desde el incidente del otro día. Pero lo que sí pasó fue que mi celular apareció debajo de mi cama al día siguiente. Pienso que quizás a lo mejor se me cayó cuando levanté las sábanas buscándolo. Me encojo de hombros y cierro el casillero.
Me encamino hacia la clase de Lengua Española, que es la última, y cuando entro al aula, encuentro el mismo desorden de siempre. Blas empieza a murmurarme chorradas y yo paso como si él no estuviera ahí. Llego hasta el último asiento de la esquina y empiezo a garabatear incoherencias en mi cuaderno, mientras espero a que la señorita Lombardi llegue.
Al cabo de unos minutos, el pupitre de mi par es ocupado por un chico de cabellera castaña y una camisa negra. Cuando el viento sopla, ese característico olor llega a mis fosas nasales y sin mirarlo puedo deducir que el que está a mi lado es él, Enzo. Cierro el cuaderno y me doy la vuelta para saludarlo. Este se encuentra con el ceño fruncido y mirando su Iphone.
Maldita pobreza. Justo en mi corazoncito.
Carraspeo para llamar su atención, deja su celular y su mirada se enfoca en mí.
— Hola. —saludo.—
— Hola. —responde indagando en mi rostro con su mirada.—
Saco la sudadera y se la entrego.
— Creo que esto es tuyo... —me encojo de hombros.—Muchas gracias.
Enzo la toma perplejo y asiente, pero como no dice nada, me doy la vuelta y apoyo mi cabeza sobre el pupitre.
— ¿Por qué estás aquí? —pregunta distante.—
— ¿Te molesta mi presencia?
— No hagas eso. —dice con seriedad.—
Levanto el rostro y observo que está luchando por suprimir una sonrisa.
— ¿El qué? —cuestiono mordiendo el interior de mi mejilla para no reír.—
— Eso. —replica.— Responder a mi pregunta con otra pregunta.
Rompo a reír.
— Si si, ya entendí.
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"Bad Blood" || Enzo Vogrincic
RandomDesde hace mucho tiempo las criaturas de la noche acechan Montevideo, ocultos entre los humanos y alimentándose de ellos discretamente. Entre todos ellos, un vampiro -aislado en Francia- al que le fue arrebatado lo más preciado de su maldita vida s...