¹⁴l the blacks march to the capital.

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CAPITULO CATORCE
" a  l a  c a p i t a l  m a r c h a n  l o s  n e g r o s "

      Elara sentía el viento frío del norte en su rostro mientras cabalgaba a toda velocidad junto a Benjicot

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      Elara sentía el viento frío del norte en su rostro mientras cabalgaba a toda velocidad junto a Benjicot. Compartían el mismo caballo, y ella se aferraba a su cintura mientras los demás los seguían de cerca. El cielo comenzaba a clarear, anunciando la proximidad del amanecer y aumentando su urgencia.

—¡Vamos, rápido! —gritó Benjicot, su voz apenas audible sobre el rugido del viento.

Miro a mi alrededor, asegurándome de que los demas seguían a salvo con nosotros. La oscuridad de la noche nos brindaba algo de cobertura, pero también aumentaba el riesgo de perderse. Harrenhal no estaba lejos, pero el tiempo corría en nuestra contra.

Finalmente, divisamos las imponentes murallas del castillo destruidas del castillo. —Estamos cerca —murmuro por lo bajo hacía el joven Blackwood, apretando los dientes. El cansancio comenzaba a hacer presencia en mi organismo, pero no podíamos detenernos ahora.

Llegamos a los establos, donde rápidamente desmontaron. Benjicot  me ayudó a bajar antes de señalar los caballos robados. —Tenemos que deshacernos de ellos. ¡Nadie debe saber que estuvimos fuera!

Nimeria y Cedric se apresuraron a llevar los caballos a una zona menos visible, mientras que Jasper y Benjicot guiaban a los rescatados hacia el bosque cercano.

—Óscar, tú y Yohanna quédense aquí con los gemelos. —dijo Cedric, mirando al joven Tully con urgencia— Esperen algunas horas, debe parecer que llegaron solos.

Óscar asintió, su rostro serio. —Entendido.

Sentí una punzada de preocupación mientras veía a Óscar y Yohanna desaparecer entre los árboles con los niños. —Buena suerte —susurro, aunque sabía que ellos también estaban arriesgando mucho.

Con el resto del grupo, nos deslizamos en silencio por los pasillos oscuros de Harrenhal. La adrenalina les impulsaba a moverse con rapidez y precisión. El sonido de sus pasos era amortiguado por la piedra fría bajo sus pies.

Llegaron a sus habitaciones sin encontrarse con nadie, el alivio mezclándose con el agotamiento. —Nos vemos en la mañana. —susurro a Benjicot antes de desaparecer tras la puerta. La adrenalina aún corría por mis venas, pero sabía que habíamos logrado lo imposible. Ahora, solo quedaba esperar que nadie descubriera su audaz escapada.

Me dejó caer en la cama, tratando de calmar el ritmo de mi corazón y la respiración acelerada. Afuera, los primeros rayos del sol comenzaban a iluminar el cielo, y   sabía que pronto comenzarían las preguntas. Cierro los ojos, rezando para que nuestra coartada aguantara. 

No pasaron ni dos horas cuando trompetas y relinchos empezaron a sonar en Harrenhal.  Me sobresaltó, aún adormilada, cuando la puerta de mi habitación se abrió de golpe. La tía Cassandra entró con apuro, su rostro reflejando angustia.

N O R T H  W I N S_____ Benjicot B.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora