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La flota Whitehard navegaba con determinación hacia el Gaznate. Las velas de los imponentes barcos ondeaban con el viento, y las banderas de la casa Whitehard se alzaban orgullosas sobre el horizonte. El mar, frío y vasto, reflejaba la luz grisácea del cielo, creando un paisaje casi onírico, interrumpido solo por el ritmo constante de las olas golpeando los cascos de los navíos. A medida que se acercaban, pudieron ver la imponente figura de la Serpiente Marina, el barco insignia de Corlys Velaryon, esperándolos con paciencia en la distancia. El príncipe Jace, montado en su dragón, sobrevolaba la flota, vigilando y protegiendo desde las alturas, sus ojos atentos a cualquier señal de peligro.
El viento llevaba consigo el aroma salado del mar, y las gaviotas gritaban en el aire, añadiendo un toque de vida al austero paisaje. Los hombres de la flota Whitehard, curtidos y disciplinados, se movían con precisión en sus tareas, preparando todo para el inminente encuentro.
Aleric, con una agilidad sorprendente, se lanzó desde su barco y se balanceó hasta la cubierta de la Serpiente Marina usando una cuerda. Al aterrizar con gracia, fue recibido por Corlys, quien le ofreció un apretón de manos firme.
—Bienvenido, Aleric.—dijo Corlys, su voz profunda resonando con autoridad.
Aleric le devolvió el apretón de manos y lo miró con seriedad. —Gracias, Lord Corlys. ¿Cuál es el estado del bloqueo?
Corlys asintió, girando su mirada hacia el horizonte. —Hemos estado manteniendo el Gaznate bajo control durante días. No hemos visto señales del príncipe Aemond, pero hay rumores de que la flota Baratheon podría ser enviada contra nosotros.
Aleric frunció el ceño, analizando la situación. —La flota Baratheon no tiene la fuerza para enfrentar a la Velaryon. Con la cantidad de navíos que tenemos aquí, no deberían representar una amenaza significativa.
Corlys asintió nuevamente, sus ojos fijos en el mar. —Es cierto, pero prefiero no confiar.
Aleric asintió, luego tomó un momento para mirar a Corlys directamente a los ojos. —Mis condolencias por la pérdida de su esposa, Lord Corlys. Sé lo que significa perder a un ser querido.
La Serpiente Marina lo miró con respeto, una sombra de dolor cruzando su rostro curtido. —Gracias, Aleric. Tambien escuche sobre lo de tu padre y el rapto de tu heredero, debe ser dificil.
Ambos hombres compartieron un momento de silenciosa comprensión, la gravedad de sus respectivas pérdidas creando un vínculo tácito entre ellos. El príncipe Jace descendió suavemente con su dragón, aterrizando cerca de ellos. Su expresión era seria, consciente de la importancia del momento.
