CAPÍTULO 19

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CAPÍTULO DIECINUEVE | Empezar
de nuevo...

ADRIK FREY.

—Joder, Mikka —gruño mientras sigue moviéndose como toda una experta sobre mi verga.

—¿Así, te gusta? —asiento y apretujo sus pequeños senos.

Agarro su cara y meto mi pulgar en su boca el cual no duda en chupar, cabalga frenética mi polla hasta que sus paredes me aprietan y se corre entre gemidos y jadeos. La aparto cuando siento que voy a correrme y saco mi verga para bombear unos segundos hasta que lo hago sobre mi abdomen. 

—¿Cuándo vas a llenarme de ti? —pregunta acomodándose a mi lado.

—Ya lo hemos hablado.

—Lo sé, pero...

Me limpio con las sábanas y me levanto de la cama.

—¿A dónde vas?

—Tengo cosas que hacer —camino hasta el baño y entro a la ducha para un baño rápido.

Envuelvo una toalla en mi cintura y voy al clóset para vestirme.

—Ryan te estaba llamando —escucho que me dice y me visto rápido para agarrar el teléfono.

Marco rápido su número y me contesta casi de inmediato.

—Deja de coger y mueve tu culo aquí —ladra y me cuelga.

Maldito imbécil. Parece que fue criado por animales.

Mikka me obliga a darle un beso de despedida antes de bajar y lo hago para que deje de joder, va a la otra oficina y yo a la de Ryan donde ya está esperándome con papá.

—¿Qué tal tu luna de miel? —pregunta sátiro.

—¿Y la tuya? —rebato y se le borra la sonrisa.

—Bueno ya, déjense de mariconadas, necesito que nos concentremos. Derribamos la maldita casa y no estaban los niños ahí, tenemos que seguir buscándolos, no se, pero tenemos que encontrar la forma de dar con su puñetero escondite —habla Ryan con las manos en los bolsillos.

Su aspecto últimamente es de un maldito drogadicto, tiene las ojeras oscuras y muy marcadas, una leve barba que parece de días, el cabello tan largo le cubre la mitad de los ojos y tiene un hematoma en el pómulo.

Ni siquiera preguntaré que mierda le ocurre. Siempre me sale con patadas.

—Hemos buscado en toda Rusia por un mes.

—¿Qué quieres decir con eso? —enarca una ceja al mirarme.

—Que no los vamos a encontrar hasta que Nikola lo quiera, además, de haberles hecho algo ya lo sabríamos, es un jodido enfermo que le satisface el dolor ajeno, ¿crees que se perdería la oportunidad de ver nuestros rostros al enterarnos que le hizo algo a alguno de nuestros hijos? Piensa Ryan, siempre te has autodenominado él más inteligente de nosotros —dejo la pregunta en el aire y me voy hasta el mini bar para servirme whisky.

—Y lo soy —rebate mordaz.

—Tienes razón Adrik, Nikola es un completo animal, estaríamos enterados de primera mano si les hizo algo —apoya papá.

Tríada Oscura ©, +21 (Pactos de silencio) Tomo II. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora