CAPÍTULO 9

48 8 15
                                    

"Desde el momento que me salvaste, supe que quería estar contigo para siempre"

CAPÍTULO NUEVE | ¡Dame ese puto anillo!

MELISSA FRAGGETO.

El sonido de mis tacones repica en la porcelana y se sincroniza con los latidos desbocados de mi corazón. Drako me mandó a buscar con Gregor, así que estoy yendo a la habitación donde él se encuentra. Paso saliva tan grueso que me duele, tengo los nervios de punta no sé que esperar. Nunca bajo a estas instalaciones porque sé perfectamente que son las habitaciones de tortura de Drako y nunca me ha gustado este tipo de cosas, aunque por un tiempo quise formar parte, lástima que me di cuenta que soy una débil de mierda y no sirvo para esto.

Gregor abre la puerta para mí y al entrar el olor metálico de la sangre golpea mis fosas nasales de inmediato logrando que arrugue la cara. Entro despacio haciendo que el sonido de mis tacones inunde el lugar atrayendo la atención de Drako que voltea a mirarme. Me repasa de arriba a abajo con una mirada totalmente indescifrable. «¿qué estará pasando por su cabeza justo ahora?» Las palmas de las manos me sudan como una cerda así que las pego de mi jean para secarlas, tengo los nervios fuera de control.

Drako extiende su mano hacia mí.

No dudo en avanzar para aceptarlo y dejar que me pegue contra él. Su exquisita colonia me aturde el olfato. Huele tan delicioso, que aspiro profundamente como si estuviera metiéndome droga. Pero él, es el suplemento a todos mis malos hábitos, mi nuevo vicio, mi nueva droga.

Este hombre se ha vuelto totalmente indispensable para yo poder seguir existiendo. Si tengo dependencia o no, me vale mierda, no quiero dejarlo, no quiero que me deje, no quiero que nos separemos nunca.

—Hola, amor —su mirada miel totalmente oscurecida hace que mi coño palpite.

—¿Qué haces aquí, Drako? —pasa la lengua por sus labios humedeciéndolos.

Se cuanto lo calienta que lo llame por su nombre, por siempre incito sus ansias por mi.

—Tengo dos sorpresas para ti...

Enarco una ceja.

—¿Ah sí? ¿Cuáles? —indago divertida.

Hace un silbido y traen a cinco hombres con la cabeza cubierta, los obligan a arrodillarse.

—¿Quiénes...? —miro a Drako confundida.

—¿Qué harías si tuvieras la oportunidad de vengarte de los hombres de tu secuestro? —pregunta escudriñándome con la mirada.

Mis nervios se disparan y los temblores de miedo me invaden.

—Drako, yo... —mete su pulgar en mi boca obligándome a chuparlo bajo su atenta mirada de depredador.

—No me digas, demuéstralo —sentencia autoritario y asiento con pánico.

No estoy preparada joder, sé que ha pasado casi dos años sino es que ya pasaron dos años, pero mierda, nunca creí que podría volver a verlos a todos y menos que existiera la posibilidad de vengarme. Uno de los hombres de Drako se acerca por detrás a los malnacidos que están secuestrados, pero me doy la vuelta, siento que no puedo mirar. No me siento bien haciendo esto, siento que quiero vomitarme encima. Drako agarra mi espalda y me inclino hacia adelante sosteniéndome de las rodillas. Todos mis más horribles recuerdos vuelven a mí como si el tiempo estuviese estancado y justo en este momento decidieron salir a flote. Es demasiado abrumadora la sensación.

—Si es mucho, podemos salir... —acaricia suave mi espalda y las lágrimas me inundan los ojos.

«Tengo que ser fuerte» mis demonios ya no atormentarán más mi mente.

Tríada Oscura ©, +21 (Pactos de silencio) Tomo II. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora