𝜗 𝒄hapter 𝒐𝒏𝒆 𝜚

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✩ˑ ━━ ❛ 𝓒𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝓞𝐍𝐄 ❜ ┊ೃ
¡ 𝒈𝒐𝒏𝒆 !
























El 14 de febrero había sido la peor fecha, tanto para mi madre, como para mi. Fue el día en que nací. Y para ser el día del amor y de la amistad, jamás tuve amistades ni mucho menos amor. Ni siquiera por parte de mi madre. Y es algo que nunca experimentaría, debido a que mi hogar, es la Isla de los Perdidos, donde cada villano e hijo de villano habitan desde... ¿siempre? No lo sé, he estado estancada aquí por mis 17 largos años.

Mi madre, Madre Gothel es la razón por la que no he tenido amigos. Ella mantiene algunos fetiches del pasado. Siempre hablando que el mundo exterior es un lugar horrible. Auradon, era la prueba clara de ello. Cada vez que discutíamos acerca del tema, ella cada vez sacaba a relucir lo horribles y malvadas que eran las personas de Auradon. Y terminaba con que gracias a ellos estamos aquí, y que nunca saldremos de aquí. Luego, me daba la espalda y se iba a su habitación. No sin antes, claro, hecharle candado a las puertas y ventanas. Bufé frustrada y decepcionada de que esto volviera a estar ocurriendo, otra vez.

—¿Puedes dejar de darme la espalda, madre? —pregunté audible, con un tono de voz apagado.

Ella suspiró y se dió vuelta para mirarme con fastidio. —Deja de exagerar y madura de una buena vez, Gone. Ya no eres una niña a la que tengo que recordar porque no debe salir.

—Nunca supe porqué. —murmuré bajito para que no me escuchara, pero su mirada fulminante hacia mi me confirmó que sí me había oído.

Me encogí en mi lugar debido a su penetrante mirada, y retrocedí en cuanto oí sus pasos acercándose a mi. Me tapé el rostro con mis dos pálidos brazos esperando el golpe que... extrañamente nunca llegó. Y sentí las manos de mi madre tratando de quitarme los brazos para llegar a mi rostro.

—Déjame verte. —a regañadientes deje caer mi brazos a los costados de mi cuerpo.

En cuanto lo hice me encontré con sus oscuros ojos negros mirándome fijamente. Y sus ásperos dedos acariciaron mi mejilla derecha. No accedí a su toque, pero a ella no le importó y me tomo de las mejillas, ahuecándolas para acercarme a su rostro.

—Sabes que lo hago por tu bien, cielo. —me dio vuelta y me empujó para que caminara y quedara frente a la ventana que daba vista hacia fuera, donde varias personas habitantes de la isla caminaban—. Ellos no harán más que despreciarte y lastimarte. —tomó de vuelta mis manos para girarme a verla—. Sabia es mamá. —dejó un beso en los dorsos de mis manos y se dio vuelta y se fue.

Solté un largo suspiro mirando de vuelta hacia la ventana. Solo esperé, y esperé hasta oír los ronquidos de mi madre. Y saqué una horquilla de mi cabello. Con sumo cuidado y silencio conseguí abrir la cerradura de la ventana con la horquilla y salí como pude, claro, procurándole de no hacer ningún ruido. En cuanto mis pies tocaron el suelo, salí corriendo en busca de cierta persona. La única que conocía aquí en la isla aparte de mi madre; Jay, el hijo de Jafar.

Nos conocimos en una de mis escapadas. Hemos mantenido nuestras amistad desde ese día a escondidas de mi madre, obvio. Se volvería loca sí se enterara que me escapaba de casa y me mataría. Y sería peor al saber que mantenía amistad con él, o con quien fuera.

Pude hallarlo con su grupo de amigos, otros hijos de villanos. Jay, al notar mi presencia algo alejada de él, me sonrió leve y me hizo una rápida seña para que me acercara. Volteé detrás para ver si mi madre o alguna otra persona que me conociera viniera detrás de mí, pero no había nadie. Así que aproveché para caminar hacia el unigénito de Jafar.

black roses   𖦹   ben bestia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora