𝜗 𝒄hapter 𝒕𝒘𝒐 𝜚

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✩ˑ ━━ ❛ 𝓒𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝓣𝐖𝐎 ❜ ┊ೃ
¡ 𝒕𝒉𝒆 𝒃𝒍𝒂𝒄𝒌 𝒓𝒐𝒔𝒆  !



























Corrí lo más rápido que pude hacia el pequeño apartamento donde mamá y yo vivíamos. Empujé a todas las personas que se entrometieran en mi camino a casa. Seguro madre ya estaba despierta. Joder, esto era muy malo. El solo pensamiento provocaba que me dieran unas horribles ganas de vomitar. Pero solo vomitaría sobre Jay, y tal vez sobre Maléfica también. Si mamá descubría que me había escapado, todo sería su culpa.

No perdí tiempo y sin parar, ni siquiera cuando pequeños niños me detuvieron para pedirme dinero y algo para comer. No podía darles nada, porque estaba en la misma situación que ellos. De modo que los hice un lado y seguí con mi camino.

Al llegar, entre con total cuidado y caminé sigilosamente por la casa. Mire a la habitación de mi madre y solté un suspiro de alivio al oír sus ronquidos. Todo estaba en total silencio, el cual al segundo desapareció pues mi gato; Gato soltó un tremendo chillido de dolor, debido a que accidentalmente le había pisado la cola.

—Shh, lo siento, lo siento. —me disculpé con él abrazándolo y acariciándolo para calmarlo—. Fue accidente, perdón. —Gato intento morderme y me aparte de inmediato—. Grosero. —él se acercó para rasguñarme y lo empujé lejos de mí con el pie, ganando como resultado un bufido enojado—. Cállate, despertaras a mamá, rata insolente.

Me quedé quieta en mi lugar, recordando a Maléfica, Jay y sus amigos, con quienes me escogieron para ir a Auradon. Realmente me era escalofriante pensar en cómo aquellas personas supieron de mi existencia, muy pocas la sabían. Ignorando ese detalle, aún no sabía muy bien qué hacer. Una parte de mi, se negaba rotundamente ya que no quería lidiar con la furia de madre, pero otra parte de mi, gritaba con todas sus fuerzas que sí, que no perderíamos nada.

Por obvias y convenientes razones, apoyé a la otra parte de mi. La vida en la isla era una miseria. Y era horrible vivir con mamá, y más encerrada en este cuchitril. Así que no dudé ni un segundo más, porque sabía que si seguía ahí parada vacilando sobre mi existencia, mamá despertaría y perdería tan dichosa oportunidad de salir de aquí. Tal vez y allá consigue manipular a un príncipe para que se case conmigo y que deje todo a mi nombre, para después matarlo y ser ricamente millonaria. Me gustaba el plan.

Gato maulló como si hubiera leído mis pensamientos, diciendo que él debía estar incluido en mis planes.

—Claro que sí, tonto. —reí cargándolo en brazos—. Solo seremos tú y yo, nadando en dinero. Se oye ridículamente increíble, ¿no? —él maulló dándome la razón—. Empaca tus cosas. Rápido. —le susurré al oído y Gato comenzó a reunir sus cosas.

Yo también me puse en busca de mis cosas y me apresuré a guardarlas en un bolso de mamá. No tenía mucha ropa, solo unos vestidos y un par de zapatos, que eran los que estaba usando en ese momento. También guardé mis peinetas para mi indomable cabello. Gracias mamá por tus lindas genéticas. Salí de la habitación que compartía con mamá en silencio y me encontré con Gato con todas sus cosas reunidas. Sonreí orgullosa por su inteligencia y guardé sus cosas en su bolso. Se lo guindé en la espalda y salimos de casa.

Caminamos nuevamente por isla en busca de la limosina que Maléfica dijo que estaría fuera de su casa. Gato me seguía el paso, aunque sus piernas eran cortas, lograba seguirme el ritmo. No me importó empujar a las personas que no me dejaban pasar. Estos refunfuñaron pero ni siquiera oí sus quejas por seguir mi camino hasta llegar finalmente frente a la casa de Jay. La limosina ya estaba allí y Evie y Carlos ya estaban subiendo. Jay pareciera estar esperando, esperándome, y cuando me vio su rostro se iluminó. Con una aliviada sonrisa se acercó a mí.

black roses   𖦹   ben bestia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora