𝜗 𝒄hapter 𝒇𝒐𝒖𝒓 𝜚

1.8K 212 21
                                    








█║▌│█│║▌║││█║▌║▌║
✩ˑ ━━ ❛ 𝓒𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝓕𝐎𝐔𝐑 ❜ ┊ೃ
¡  𝒅𝒊𝒔𝒕𝒓𝒂𝒄𝒕𝒊𝒐𝒏 !

























La noche finalmente llegó en Auradon. Desde mi asiento junto a la ventana, podía ver que el cielo era adornado por puntos brillantes que titilaban y una gran bola blanca. Quedé maravillada por esto al igual que Gato, que apreciaba el cielo junto a mi, sentado tranquilamente en mi regazo.

Él maulló, hablando acerca de lo lindo que sería ser uno de esos puntos brillantes. Yo asentí, concordando con él. —Tienes razón. —le sonreí acariciando su cabecita peluda, y Gato se dejó llevar por las caricias.

—Oye, Gone. —oí a Evie llamarme y al voltear para ver que quería, estaba detrás de mí con una suave sonrisa—. Mal y yo iremos a la habitación de los chicos a hablar sobre la varita. ¿Vienes?

Ya sabía yo que esos cuatro no estaban aquí por gusto. Y la expresión de disgusto que tenía Mal plasmada en la cara lo decía todo. Tenía la palabra 'disgusto' escrita en la frente. Y la verdad, no entendía porque. La mayoría de las personas aquí nos dieron una cálida sonrisa y regalos y pequeñas cositas en envoltorios. ¿Cómo se llamaban? ¡Ah sí! Dulces. Fue mi parte favorita del día. Pero por otro lado, no voy a mentir y como dije anteriormente, hubieron algunas personas que si nos vieron mal y nos juzgaron en voz baja. Ratas.

—Sí, no, mejor no. —negué con la cabeza y la sonrisa de Evie se desvaneció.

—¿Por qué no? —preguntó cambiando su expresión drásticamente.

—No tengo ganas de salir. Ya es tarde.

—Estuviste aquí por horas, tomar algo de aire fresco no te caería nada mal después de todo este encierro. —mi cuerpo se tensó levemente al oír la palabra 'encierro'—. Además, estoy segura que a ti y a Jay les alegrará verse otra vez.

¿Por qué me alegraría de ver a Jay? Solo sabía joder y joder. Solo abría la boca para decir estupideces y no pensaba con claridad las cosas. Ni con la cabeza. Pero... tenía que admitir que, a pesar de que toda mi vida estuve encerrada, y ahora tenía la posibilidad de ver a Jay cuantas veces quiera, extrañaba su voz y sus chistes.

Evie aplaudió contenta mientras daba saltos al oírme soltar un suspiro, aceptando la propuesta de ir. Gato soltó un maullido cansado y salió de mi regazo en cuanto me puse de pie. Mal movió la mano para que nos apuráramos abriendo los ojos exageradamente y empujándonos fuera de la habitación. La miré fastidiada y caminé algo alejada de ellas. Gato que caminaba junto a mis pies le bufó silenciosamente a Mal, pero esta ni siquiera se inmutó.

Caminamos con cuidado por los pasillos, pies ya era muy tarde, ya era toque de queda y si algún guardia o algún profesor nos encontraba, estaríamos en grandes problemas. Así que aceleramos el paso para llegar finalmente a la habitación de Carlos y Jay. Mal abrió la puerta y se adentró primero. Luego Gato, que rápidamente entró acostándose en la que parecía ser la cama de Jay. Evie y yo entramos de últimas.

Carlos estaba jugando un videojuego, Jay estaba revisando algunas cosas que había robado y Mal se acercó a ver. Evie y yo nos pusimos a ver y a inspeccionar el cuarto. Era muy diferente de al de las chicas. Era obviamente más masculino y varonil. ¡Incluso tenían de esas cortinas que no dejaban pasar la luz solar de la mañana a la habitación! Que injusto.

—¿Podemos intercambiar de habitación? —les pregunté a los chicos, acostándome en la cama de Jay, donde Gato hacía.

—Ey, baja esa rata de mi cama. —Jay señaló a Gato y me miró seriamente. Yo le lancé un cojín y él lo atrapó en el aire y me lo devolvió, pero yo no pude atraparlo y me golpeó la cara—. Hablo en serio. No quiero encontrarme con uno de sus pelos. Ni los tuyos.

black roses   𖦹   ben bestia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora