black roses 𖦹 ben bestia

𝜗 𝒄hapter 𝒇𝒊𝒗𝒆 𝜚

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✩ˑ ━━ ❛ 𝓒𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝓕𝐈𝐕𝐄 ❜ ┊ೃ
¡ 𝒄𝒍𝒂𝒔𝒔𝒆𝒔  !

A la mañana siguiente y con toda la flojera del mundo, Mal, Evie y yo nos preparamos para nuestras clases del día. Jamás había ido a la escuela, era mi primera vez en una. Mamá me enseñó todo lo que sé, en casa. Así que no tuve le necesidad ni la oportunidad de ir a una escuela de verdad. Por lo que en secreto sentía algo de emoción por ver como sería estar en un salón de clases con los maestros y compañeros por primera vez en mi vida.

Doug me había dado mi horario, donde me notificaba dónde quedaban mis aulas, quienes eran mis maestros y qué clases daban. También decía una lista de nombres, seguramente mis compañeros pero no le presté mucha atención. Aproveché que Mal y Evie estaban terminando de arreglarse para salir sin ser notada por ellas, ejem ejem; Evie. Salí en busca de mi casillero que era el número 3457. No fue difícil encontrarlo. En cuanto lo abrí estaba lleno de libros y cuadernos y lápices. Sonreí inconscientemente tomando uno de ellos y revisándolo hasta que alguien pinchó mis costillas y dejé caer el libro al suelo, soltando un gritito de la sorpresa. Oí una risa familiar y medio cerré la puerta de la taquilla para ver a Ben ya viéndome con diversión.

—Buenos días. —saludó sin borrar su sonrisa. Estaba recostado a los demás casilleros, con las manos metidas a los bolsillos con los ojos puestos en mi, acción que ya se me estaba haciendo costumbre. Y que me gustaba pero no podía evitar sentirme nerviosa.

—Hola. —devolví el saludo porque maleducada no soy.

Ambos agachamos la mirada por el libro que aún seguía en el suelo. E instantáneamente nos arrodillamos para recogerlo y nos golpeamos con las cabezas del otro. Los dos soltamos un quejido y luego una risa. Ben recogió el libro y me tomó de la mano para ayudar a levantarme.

—Gracias. —agradecí tomando el libro que había recogido para mi. Lo guardé con algo de vergüenza en mi casillero y luego cerré la puerta.

—¿Te gustó? Hice que organizaran y metieran todo lo necesario para ustedes para sus clases. —sonreí alzando ambas cejas con sorpresa.

—¿Ah sí? —él asintió orgulloso.

—Me encargué de escoger todo. —admitió e inevitablemente se sonrojó ante esa dichosa confesión—. Espero que te haya gustado. Si te gustó, ¿verdad? —inclinó su cabeza hacia mi por inercia.

Sonreí al ver lo nervioso que se había puesto. Como sus mejillas ahora eran adornadas por un leve rojo carmesí que lo hacía ver horriblemente tierno.

—Usted, majestad, se preocupa mucho por nada. —palmeé suavemente su mejilla derecha de manera juguetona y él a duras penas sonrió—. Relájate soldado. —Ben no cambió su expresión y yo suspiré—. Todo estuvo perfecto, ya puedes respirar. —él siguiéndome el rollo soltó un largo suspiro que me provocó una risa.

—Menos mal. No dormí en toda la noche pensando si te gustaría o no. —noté hasta ese momento las bolsas negras debajo de sus ojos.

—Ay no. Estás bromeado, ¿cierto? —le pregunté seriamente y él al ver mi mueca de preocupación sonrió.

—¿Te preocupas por mi?

De momento mi expresión cambió drásticamente a una seria. ¿Qué coño me estaba pasando? ¿Tengo que tirarme de un cuarto piso para actuar normal delante de la gente? ¿Delante de Ben? La verdad no entendía porque actuaba así con él. Mi cuerpo añoraba por su toque. Mi oídos pedían oír su voz. Mis ojos gritaban que lo para volver a verlo. ¿Por qué reaccionaba de esta manera? ¿Qué tiene Ben Bestia de especial por el que yo en general deseaba —no de manera sexual— todo de él?