Tus palabras duelen

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Narra Donnie

Había besado a Mikey. ¡Había besado a Mikey! No lo podía creer. No sé por qué tuve  las ganas de hacerlo; sin embargo, no me arrepiento... sus labios eran dulces y suaves y, cuando no besamos, me sentía en el cielo. Mi corazón palpitaba fuertemente. Nunca había sentido esto. Creo que esto es la liberación de oxitocina o comúnmente llamado "enamoramiento".

Cuando terminé de besarlo caí en cuenta de la realidad...¡Esto está mal! y no podemos estar juntos. Estoy confundido: yo quiero mucho a Mikey, es mi hermano favorito y parece que estoy sintiendo algo por él. Pero somos familia y no estoy muy seguro de mis sentimientos.

Mejor lo evito, no quiero darle falsas ilusiones. Él mismo lo dijo, está enamorado de mí. No quiero hacerle daño, ni romper su corazón, mejor las cosas claras. 

Salí de mi laboratorio en busca de algo de comer. En la sala encontré a Mikey viendo televisión, con un plato lleno de palomitas.

-Hola Donnie- saludó bostezando.

No quise contestarle; sin embargo creo que ya era suficiente 3 días con la ley del hielo.

-Donnie, te estoy saludando- reclamó con cierta molestia.

-Hola- dije mirando a otro lado.

Creo que notó mi desinterés, porque lo siguiente que dijo fue:

-Si tienes hambre, en la nevera está la cena. Te la sirves tú.

Wow, sí que quería ser cortante. A lo que sólo encogí mis hombros y me dirigí a la cocina.

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Había un silencio total en la alcantarilla, algo muy raro si consideramos que aquí habitan 4 tortugas adolescentes. No sé por qué pero el silencio comenzaba a incomodarme.

-Eh ¿Por qué hay tanto silencio?- pregunté tratando de romper el hielo.

-Leo y Rapha salieron a la Ciudad Oculta y Splinter fue a visitar a Draxum- habló.

¿Splinter viendo a Draxum? Que raro. Otra cosa rara es que Leo está iniciando a pasar más tiempo con Rapha y por alguna razón que aún no puedo descubrir, las peleas entre ellos han disminuido.

En eso, mi brazalete comenzó a tintinear, dando una señal de alerta.

-¿De dónde viene ese sonido?- inquirió Mikey.

-De mi brazalete. Está indicando que hay intrusos en la alcantarilla.

Agarré mi tecno-bo y él tomó su nunchakus. Juntos nos dirigimos al centro de las alcantarillas y, efectivamente, ahí se encontraban soldados del Pie.

Narrador 

-Mikey, ve por la izquierda y yo iré por la derecha. Seamos sigilosos(susurra)- dijo Donnie, quien se encontraba detrás de una roca.

-Sí, claro. Muy sigilosos(se tropieza y cae al suelo)- habló Mikey.

Gracias a la caída de la tortuga de caja, sus enemigos se dieron cuenta de su presencia. No pasó ni un minuto y los hermanos Hamato ya se encontraban peleando con el Clan del Pie.

El dúo de tortugas estaba llevando una buena ventaja sobre sus oponentes, hasta que...

-¡Cowabunga!-(se chocan)

Donnie y Mikey se chocan y se quedan enredados por el arma de Mikey, mientras que el tecno-bo quedaba muy lejos de su dueño. No se podían mover, estaban atrapados, parecía que todo había terminado sino fuera por...

-¿Alguien ordenó un rescate?- preguntó Leo, con su sonrisa egocéntrica, saliendo de su portal.

-Primera y última vez que lo digo: me alegro de verte- dijo el de máscara morada.

-Leo, libéralos, yo te cubro- dijo Rapha.

Leo asintió e hizo lo que su líder ordenó.

Una vez que las 2 tortugas fueron liberadas, decidieron terminar la pelea. Finalmente, lograron derrotar a sus enemigos...

El Clan del Pie había capturado a Donatello, le quitaron su tecnobo y lo golpearon.

-No te preocupes. Ahí voy- dijo Mikey; sin embargo, en un mal movimiento, termina desactivando el caparazón tecnológico del contrario.

En eso, Leo logra salvar a sus hermanos. Él y Rapha terminar de derrotar a sus contrarios. Todos retornaron a su hogar.

-Muy bien hecho, grandote- dijo Leo, coqueto.

-Tú tampoco lo hiciste mal, Leito- habló el más grande.

Por su lado, los otros dos quelonios no habían cruzado palabra alguna. Se miraban, pero se veía que Donnie estaba molesto.

Narra Mikey

Apenas  llegamos a las alcantarillas, Donnie se fue a su laboratorio. Decidí ir con él, necesitaba saber si el enojo era conmigo ya que me sentía realmente fatal.

¿Así se siente cuando haces enojar a la persona que te gusta?

-¿Hola?- dije abriendo la puerta del laboratorio.

-¿Qué haces aquí?- preguntó Donatello, quien estaba detrás mío.

-Quería saber cómo estabas- hablé.

-¿Sólo eso?-preguntó, desinteresado.

Asentí con mi cabeza.

-¡¿Y CÓMO QUIERES QUE ME SIENTA SABIENDO QUE ESTUVE VULNERABLE?! ¡Me podía morir, Mikey!

-Yo...

-Si no fueras tan estúpido sabrías como utilizar tu arma correctamente y nada de esto hubiera pasado. Pero como tienes el cerebro tan pequeño...

Pequeñas lágrimas se formaron en mis ojos. 

-Vete, sal de mi laboratorio.

Me quedé paralizado, estaba analizando lo que me había dicho ¿En serio pensaba eso de mí?

-Creo que tus 2 neuronas no entienden. ¡Puedes dejar de actuar como un niño infantil!

Fue todo, eso fue la gota que rebalsó el vaso.

-¡Jódete!- exclamé.

Salí de ahí y cerré la puerta de golpe. Tomé mi patineta y me fui de las alcantarillas.

Antes me sentía culpable, ahora me siento con rabia. Rabia, porque parece que es una parte de Donatello que había olvidado: su temperamento.

¡Son un tremendo idiota!

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Holaaa mi gente. ¿Cómo les va? Mil gracias por su apoyo, son los mejores. Saluditos para todos ustedes. Los aprecio muchísimo.  Graciasss(/◕ヮ◕)/

Nunca seré suficienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora