Prólogo.

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–Estoy nerviosa– Chiara se dejó caer sobre la cama
y miro por quinta vez la maleta que tenía
preparada junto a la puerta.

–Todo irá genial, ya lo verás – repitió Vio lo
mismo que llevaba diciendo la última media hora
–. mírame a mí, estoy estudiando fuera también
sólo que, en otro país no en otra ciudad.

Chiara lo tenía todo listo. Había hecho y
deshecho la maleta más de tres veces para asegurarse de que lo llevaba todo. Nunca
se había tenido que separar de su familia
ni de su casa tanto tiempo y estaba histérica.

–Tú sí que sabes animar– ironizó Chiara.

–Eres tan dramática a veces– Chiara no podía verla, pero apostaba que Vio estaba rodando los ojos–. Por cierto, ¿Has hablado con ya sabes quién sobre lo que vais hacer?

–¿Con Taylor dices? ¿Qué vamos a hacer con qué?

–Con vuestra relación.

–Seguir intentándolo, claramente.

–¿Crees que eso saldrá bien?

–Tú estás más lejos todavía, con una diferencia horaria enorme y seguimos igual.

–Pero yo soy tu mejor amiga, no es lo mismo.

–No se que va a pasar, Vio – Chiara se pasó una mano por la cara, con la cabeza llena de pensamientos dispersos –. Ni siquiera sé si me voy a llevar bien con mis compañeros de piso.

–¿Por qué te ibas a llevar mal?

–No lo sé, pero es una opción.

–Podrías encontrar allí al amor de tu vida.

–Ya tengo al amor de mi vida.

–Perdona un momento, tengo que ir al baño a vomitar.

–¿Vas a ser siempre así cuando nombró a Taylor?

–Sí.

Dio un sonoro suspiro. No le afectaban las cosas
malas que Vio podría soltar sobre Taylor, estaba demasiado ensimismada con lo que circulaba por su cabeza como para prestar atención a otra cosa.

Escucho a Vio suspirar también.

–Chiara, ahora en serio– hablo con un tono de voz
mucho más calmado –. Va ir todo bien, ya lo verás.
¿Qué es lo peor que podría pasar?

Inevitable - ruski Donde viven las historias. Descúbrelo ahora