Capitulo 7 - La sorpresa.

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Le repetí a Vio por quinta vez la lista de cosas que
había metido a mi mochila repasando que no se
me olvidara nada importante. Estaba nerviosa,
ansiosa e impaciente por subirme al tren y llegar a
casa. El sábado era mi aniversario con Tay y lo
tenía absolutamente todo planeado. Ella no sabía
nada, obviamente.

El tren salía esta madrugada, concretamente a las
tres y diez, haciendo que llegue a la estación sobre
las ocho o nueve de la mañana, según las paradas
que haya en el camino. Mi madre me recogería y
me llevaría a casa donde dormiría un poco y
pasaría tiempo con mi familia. El sábado –o, mejor
dicho, mañana teniendo en cuenta la hora –era
cuando vería a Taylor y le daría la sorpresa. Aún no
tenía muy claro cómo, pero tendría tiempo
suficiente para pensarlo.

Lo que menos me gustaba de todo el plan era que
tendría que ver a Luis, aunque esperaba con todas
mis fuerzas que se pasará el día encerrado en su
habitación como solía hacer cuando vivía ahí.

Era casi la una de la madrugada y estaba cenando
un bocadillo rápido que me había hecho para
llevarlo a mi habitación. Con los nervios de
prepararlo todo se me había olvidado por completo
comer algo antes. Me senté en la cama exhausta.

–Como me vuelvas a repetir una vez más lo que
llevas en la maleta, voy a saltar por la ventana –se
quejó Vio a través del altavoz.

–No lo haré, tranquila –di otro mordisco a mi
cena –. He metido las entradas del concierto, ¿no?

–En el bolsillo pequeño, dentro de los apuntes de
una de tus asignaturas –arrastró la voz como si me
lo hubiese dicho mil veces.

–Vale, vale.

–Sigo sin poder creerme que hayas aguantado a ese
ser durante un año.

–Vio... –me froté los ojos, algo cansada.

–Guiri –imitó mi tono.

Salí de la habitación para ir hacia la cocina y fregar
mi plato de la cena. Por suerte tenía la casa sola
para mí ya que los demás habían aprovechado que
era jueves por la noche para salir un rato. Antes de
que se fueran me había despedido de ellos porque
lo más probable era que cuando volvieran yo ya
me hubiera ido.

Me llevé a Vio conmigo a través del teléfono.
Aprovechando que mi momento psicótico por no
olvidarme nada había terminado, me contó que
lo había dejado con Tommy. Qué sorpresa. Yo la
escuchaba atentamente hasta que el sonido de la
puerta del piso abriéndose llamó mi atención. En cuestión de segundos Rus apareció en mi vista.

–¿Qué haces aquí?

Debería estar con el resto, borracha a estas alturas
de la noche.

–Vivo aquí –rodó los ojos.

–¡Hola Rus! –se escuchó decir a Vio.

–Hola, Vio. ¿Qué tal todo?

–Aguantando los dolores de cabeza que me da la
cría –o sea, yo–, mientras hago como que estudio
un poco.

En más de una llamada que he tenido con Vio y
Rus aparecía, siempre terminaban hablando como
si alguna vez se hubiesen conocido en persona.
No sé si eso me agrada o desagrada. Lo cierto es
que se me hacía raro porque era difícil que a Vio le
cayera bien alguien, Taylor nunca lo había conseguido.

–Te entiendo, imagina tenerla viviendo contigo–
respondió Rus apoyándose en la isla de la cocina,
donde estaba el móvil.

–¿Queréis que me vaya y así tenéis intimidad para
criticarme? –me crucé de brazos.

Inevitable - ruski Donde viven las historias. Descúbrelo ahora